“Encuentro al atardecer” de Sergio Andricaín, otro libro fuerte para niños

Siempre me pregunté por qué la generalidad de los autores de libros para niños eran tan mojigatos, y tonteaban las historias como si los pequeños fueran limitados racionales. Luego supe que la culpa no era solo de los autores, sino también de los programas de escuela, que certifican los libros para que puedan entrar en el “código de aceptación para las escuelas”. Me alegró lo liberal de mi infancia, que estuvo rodeada de cuanto libro quise leer, incluyendo la historia de Naná, que mi madre trató de escamotear, una prostituta francesa del siglo XIX escrita por Émile Zola, novelista, periodista y dramaturgo francés, máxima figura de la escuela literaria del naturalismo.

Entonces leí La noche más noche de Sergio Andricaín, uno de los dos centros tras la Fundación Cuatrogatos, y me devolvió la esperanza. Creo que ese libro pasará a la historia, igual que otros como Sirena y punto, pero sobre todo ese, La noche más noche, un libro valiente, lacerante y acusador.

Sergio respeta a los “locos bajitos” de una forma hermosa, con la sensibilidad del poeta que describe el desastre y lo embellece para que se tolere mejor. Y se lanza en esta ocasión con el libro Encuentro al atardecer (Editorial Océano, S.L., 2023) ilustrado por Roger Icaza.

¿Por qué decides regalar a los niños historias difíciles?

Escribo historias diversas. Algunas abordan situaciones complejas, otras no. Cuando las empiezo a escribir, casi siempre los personajes y los acontecimientos narrados tiran de mí, me llevan por un camino vagamente vislumbrado. Por lo general, suelo tener una idea imprecisa acerca de lo que quiero contar. Solo sé si tendrá un tono alegre o, por el contrario, si será un relato dramático.

En lo personal, opino que cualquier asunto es susceptible de ser presentado al lector infantil. El quid está en cómo se le ofrece. Un autor de libros para niños debe conocer del universo infantil, su imaginario y sensibilidad, la infinita capacidad que tienen los chicos para apropiarse de la realidad y de recrearla en su mente con la ayuda de la imaginación. Si eso forma parte él, se filtrará en lo que escribe. Por supuesto, hay temas que requieren investigación, que exigen un tratamiento riguroso y una escritura que apele a la amplia variedad de recursos que nos brinda la literatura: la elipsis, las metáforas, las alegorías… También se necesita saber cómo otros escritores han abordado problemáticas difíciles sin traicionar a sus lectores ni a sí mismos; y esto lo obliga a leer muchísimo. Y claro está, quien crea obras para los niños, debe mantenerse lo más alejado que le sea posible de asumir un tono didáctico, moralista o doctrinal.

En tu más reciente libro, presentado hace unos días en Artefactus, un niño solo, en la oscuridad, juega. Supongo que esto no te lo aceptarán los puritanos ni el sistema de educación, porque de ese comienzo se desprende, que los padres son abusadores, y es mejor recoger al niño para que el gobierno los encamine. ¿No crees?

Hoy día muchos padres delegan, a la escuela y a los maestros, responsabilidades que les corresponden a ellos asumir durante el tiempo que sus hijos se encuentran en el hogar. Manuel es un niño que al inicio de la historia está solo. No sabemos por qué ni cuántas horas lleva así (esto ocurre con frecuencia en las familias). Él juega solo, pero afortunadamente no con una tableta ni un celular. Suponemos lo hace echando mano a su imaginación.

Es cierto que los padres de estos tiempos tienen muchas responsabilidades que los llevan a permanecer buena parte del día fuera de la casa. Pero es necesario que busquen tiempo para compartir junto a sus hijos a esas horas en que todos coinciden en el espacio hogareño. Es necesario que los ayuden no solo a realizar las tareas escolares, sino que también conversen con ellos, que comenten cómo han transcurrido sus respectivas jornadas, que respondan las preguntas e inquietudes que sus hijos tienen y los inviten a realizar actividades lúdicas y recreativas en el interior de la casa o fuera de esta. Y, sobre todo, deben hacerles saber cuán importantes son para ellos y demostrárselo amorosamente en la vida cotidiana.

¿Por qué un diálogo de principio a fin?

Así fue saliendo la historia: dialogada. Una cosa llevó a la otra. Manuel, el niño que está solo en una habitación, ¿qué puede hacer para entretenerse? Pensar, jugar, imaginar... Si Dum es un personaje inventado por Manuel o si es realmente un fantasma, cada lector encontrará su propia respuesta. El diálogo y el juego son esenciales en la infancia. Y eso hacen Manuel y Dum: intercambiar experiencias, sueños. La conversación entre ellos les permitirá saber cómo es cada uno, qué los diferencia y qué tienen en común, cómo es su universo familiar, qué hacen diariamente… Precisamente será el diálogo lo que los irá acercando y propiciará que entre los dos surja la amistad, la necesidad de mantenerse en contacto.

—¿Y por qué nunca antes me habías hablado? /—Porque mis padres me han advertido que no lo haga (…) /—Claro, porque son fantasmas /—No, porque somos distintos y las personas de tu mundo son tan complicadas (…) ¿Crees que es necesario mostrar lo distinto a niños pequeños? El gobierno de Florida cree que no debe ser así.

Creo firmemente en que hay que educar en la diferencia; la humanidad es diversa, como lo son el universo y todo lo que nos rodea. Desde muy pequeños, los niños perciben que cada persona es distinta de las otras tanto físicamente como también por su manera de pensar, por su proyección social…, pero son los adultos quienes contaminan el pensamiento de los chicos remarcando las diferencias, y no lo que tenemos en común los seres humanos. Urge enseñarles, desde pequeños, que mediante el conocimiento es posible crear sociedades diversas, plurales, inclusivas, donde cada individuo tiene un lugar y puede contribuir a mejorar el mundo. Por otra parte, la educación debe enfatizar que vivimos rodeados de infinitos misterios a los que la humanidad ha intentado hallarles respuesta a lo largo de la historia, por esa razón a los niños hay que cultivarles la curiosidad por lo desconocido, la búsqueda de explicaciones, la pasión por los descubrimientos.

La figura nubosa se aproxima al espejo y, muy lentamente, tal como apareció, desaparece. Sólo queda un niño en la habitación. Un niño que se despide de una imagen borrosa que atraviesa la superficie de un espejo antiguo. Siempre utilizas la poesía como recurso, ¿es para ablandar la historia a los mayores o a los niños?

La poesía es un recurso que empleo en mis historias porque me permite acercarme a determinadas aristas de la realidad desde una perspectiva más amable y sutil. Por otra parte, los recursos poéticos aplicados a la narrativa exigen un lector atento, comprometido con lo que lee; alguien que disfrute el desciframiento de lo sugerido en el texto, de lo que no se dice explícitamente. La poesía pone al lector en contacto con lo más depurado del lenguaje literario y de su poder para expresar emociones, sentimientos, ideas, de enunciar misterios y describir lo esencial.

¿Cuándo viene el próximo libro?

Todavía no lo sé. Tengo varias ideas en mente y algunas ya empezaron a tomar forma de escritura. Ya veremos cuándo termino algunos de los textos empezados.

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