En 2035, uno de cada tres españoles vivirá en Madrid o Barcelona
La despoblación es un problema que, lejos de frenarse, aumentará en los próximos años según datos de la División de Población de las Naciones Unidas (ONU) recogidos por eldiario.es. Las proyecciones realizadas por este organismo a varios años vista y con las tendencias actuales de fecundidad, mortalidad y migraciones auguran que para 2035, un 28% de la población española se repartirá entre Madrid y Barcelona.
Un dato que se incrementa hasta el 33% si se incluye en el reparto poblacional a las ciudades de Valencia, Sevilla y Zaragoza. Para hacerse una idea de lo que esto supone es interesante saber que en la actualidad tanto la capital madrileña como la catalana atesoran menos de un cuarto del total.
Más cifras. Según el Banco Mundial, en 2018 el 80% del censo nacional se aglutinaba en las ciudades y para 2050 se prevé que aumente al 88%. Hoy el día, con los datos del INE, la población española es de 46,6 millones y las previsiones vaticinan que en 2033 esta se verá incrementada en 2,4 millones de personas más para el mismo espacio.
¿Todo esto qué significa? ¿Que los pueblos acabarán por vaciarse y la gente no cabrá en las grandes ciudades? Para que se cumplan las proyecciones de la ONU todo depende de que ninguno de los valores tenidos en cuenta a la hora de realizarlas cambie su tendencia. Lo que parece seguro es que el flujo migratorio del campo a la ciudad no cesará en las próximas décadas, como no lo ha hecho en las anteriores. En España y fuera.
En declaraciones a eldiario.es, Diego Ramiro, investigador del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC, ha señalado que “en 1950 solo una ciudad, Nueva York, estaba por encima de los 10 millones de habitantes. Ahora en todo el mundo hay 20”. Añade que “en Asia y África, donde el 40-50% de la población vive en ciudades. En Europa y América del Norte ese porcentaje ronda el 80%”.
Volviendo al caso de España y a la despoblación -a día de hoy el 50% de los municipios españoles tiene menos de 500 habitantes-, Joaquín Recaño, investigador del Centre d’Estudis Demogràfics (CED), vaticina que el proceso de la marcha de población de los pueblos a las ciudades se frenará. Básicamente porque llegará un momento en el que cada vez habrá menos gente para emigrar.
En cuanto a la saturación de las grandes urbes, es necesario poner en consideración que la baja natalidad hace que no se cubra la de mortalidad. Recaño descarta que no se puede producir un colapso “porque las ciudades en España también envejecen y tienen un problema de reproducción y fecundidad”.
Por otro lado, cada vez se amplía más el concepto de lo que es una ciudad añadiendo municipios cercanos o las conocidas ciudades-dormitorio. En muchos casos la clave, como analiza Ramiro, estará en la red de transportes que cada una de ellas tenga.
En lo referente al vaciado de los pueblos, los expertos señalan que los problemas siempre van a ser los mismos. Por un lado está la falta de oportunidades en algunos municipios que hacen que la población más joven se marche. La que queda envejece y no hay nacimientos. A menos población, menos inversión en infraestructuras y proyectos que generen oportunidades. Es un círculo vicioso.