Emprendedores en Miami: el sector privado en Cuba enfrenta muchos obstáculos

Una visita sin precedentes a Miami por parte de un amplio grupo de emprendedores cubanos la semana pasada ha brindado una visión panorámica del funcionamiento interno del sector privado en Cuba, las luchas que enfrentan los nuevos propietarios de empresas y el potencial de asistencia tanto del gobierno de Estados Unidos como de la comunidad empresarial del sur de la Florida.

El grupo de unos 70 empresarios de la isla participó en paneles de discusión con abogados, funcionarios estadounidenses, representantes de empresas estadounidenses y destacados líderes empresariales cubanoamericanos en una reunión organizada por Akerman LLP, una firma de abogados con sede en Miami que ha representado a empresas que hacen negocios con Cuba.

La empresa privada es un fenómeno nuevo en la economía marxista de Cuba, que por lo demás está rígidamente controlada. Aunque el gobierno había permitido durante algún tiempo la existencia del trabajo por cuenta propia en pequeños niveles, no fue hasta hace dos años, en medio de una grave crisis económica, que empezó a permitir que sus ciudadanos iniciaran sus propios negocios, compraran suministros en el extranjero y contratan hasta cien trabajadores cada uno.

El Ministro de Economía de Cuba dijo recientemente a la Asamblea Nacional del país que las empresas privadas ya están en camino de importar este año más que el gobierno: alrededor de mil millones de dólares en bienes. Los expertos dentro y fuera de Cuba dicen que los empresarios también emplean a más trabajadores en la mayoría de los sectores de la economía, 1.6 millones, que el gobierno.

Debido a que el gobierno cubano limita severamente lo que los periodistas extranjeros en la isla pueden informar, el rápido crecimiento del sector privado hasta hace poco había recibido poca atención fuera de Cuba, por lo que la visita a Miami ofreció detalles reveladores sobre los limitados pasos de Cuba hacia el capitalismo.

Estas son algunas de las lecciones de la visita.

El sector privado es sorprendentemente diverso

En sólo dos años, las empresas (conocidas como pymes, siglas de pequeñas y medianas empresas) han desempeñado un papel importante en la importación de alimentos y otros suministros básicos, en un momento en que el gobierno, con problemas de liquidez, enfrenta severas dificultades para proporcionar productos básicos a la población cubana.

Pero el grupo que visitó Miami incluía varias empresas productoras de otros bienes como ropa (Los Hilos de Ariadna, Confecciones Ramos, Zory), productos de belleza (D’Cabellos SURL), jugos de frutas y conservas (Conservas El Roble, Media Luna, La Ceiba, Reina Victoria), lámparas (Vitroarte), y decoración y mobiliario (Grupo YES). Otras empresas exportan software y brindan servicios como logística, transporte, diseño de interiores y soluciones de gestión empresarial. Y las empresas están repartidas por toda la isla, no concentradas sólo en La Habana.

Buscando mantenerse a flote en un entorno tan desafiante, muchas de las empresas se han diversificado, añadiendo otras líneas de negocio a sus actividades principales. D’Cabellos SURL, por ejemplo, fabrica principalmente productos de belleza como champú y geles de baño, pero también se ha diversificado en la fabricación de botellas y bolsas de plástico.

A pesar del rápido éxito, los empresarios enfrentan muchos obstáculos

Aunque orgullosos de sus logros, los miembros del grupo expresaron una letanía de problemas que enfrentan, algunos exclusivos de Cuba.

Un obstáculo importante: la falta de acceso al sistema bancario internacional. Esto significa que los emprendedores cubanos no pueden hacer fácilmente lo que sus homólogos de todo el mundo hacen todos los días: pedir dinero prestado para comprar suministros, pagar a los trabajadores y ampliar sus negocios.

El embargo estadounidense prohíbe la mayoría de las transacciones comerciales y financieras con Cuba. Eso puede cambiar un poco pronto porque la administración de Joe Biden planea permitir que los empresarios cubanos abran cuentas bancarias en Estados Unidos y accedan a ellas desde Cuba. Sin embargo, los expertos creen que pocos bancos estadounidenses correrán el riesgo porque muchos seguirán reacios a procesar transacciones relacionadas con Cuba, que sigue en la lista del Departamento de Estado de países que patrocinan el terrorismo.

Pero incluso para los cubanos que ya tienen cuentas en bancos extranjeros, en países como México, España, República Dominicana o Panamá, hay otro desafío: convertir la moneda local, el peso cubano, a dólares y luego enviar el dinero al exterior para pagar a los proveedores.

Nada de eso es posible ahora porque los bancos cubanos no tienen suficientes dólares para convertir moneda y no permiten que las empresas privadas transfieran dinero al extranjero. Eso deja pocas opciones a muchos de los propietarios de negocios, aparte de engorrosas soluciones, como pagar comisiones a empresas extranjeras para que actúen como intermediarias y paguen a proveedores en el extranjero en su nombre. A cambio, los dueños de negocios pagan a esas empresas en dólares obtenidos en el mercado negro de Cuba.

“Estos son nuestros bucaneros modernos”, dijo uno de los organizadores del evento, Alfonso Larrea, sobre los emprendedores cubanos que encuentran formas creativas de importar alimentos para la población a pesar de las muchas limitaciones.

Pero esa solución difícil de manejar, conocida como el círculo cerrado, también está en peligro, porque el gobierno recientemente limitó los retiros de efectivo de los bancos y exigió que la mayoría de las transacciones se realicen de manera digital. Eso hace que sea más difícil para los emprendedores privados tomar sus pesos cubanos en efectivo para comprar dólares en el mercado negro para pagar a esas empresas intermediarias.

“Si no me venden dólares, y ahora no me dejan llevar el efectivo para comprar los dólares en la calle, ¿qué están buscando? Estrangularnos”, dijo el propietario de un negocio que pidió no ser identificado por temor a represalias del gobierno. Otros dos miembros del grupo, que también pidieron permanecer en el anonimato, dijeron que las restricciones de efectivo están afectando duramente a sus negocios, pero estaban esperando a ver qué sucede a continuación. “Cada seis meses hay un cambio de política en Cuba”, dijo uno de ellos.

La limitación al retiro de efectivo “sí va a ser una gran afectación en este momento para nuestro pueblo, porque ellos son los que venden en el barrio, en la tienda de la esquina,” dijo Larrea, exfuncionario del Ministerio de Cultura cubano que fundó Evexcon SRL , una empresa privada de la isla que se especializa en la organización de eventos.

Quieren aprender del capitalismo estadounidense

Más allá del acceso a la banca, las empresas cubanas dicen que necesitan todo lo demás: capital, crédito, tecnología, experiencia, proveedores más baratos y materiales básicos como conservantes y envases de alimentos. Y ellos esperan conseguir algunas de esas cosas en los Estados Unidos.

“¿Qué necesitamos? Capacitación que eso es constante y necesario para cualquier empresa y actualización tecnológica,” dijo Luis Hernández, uno de los pocos empresarios afrocubanos en el grupo que visitó Miami que dirige Vitroarte, un taller de producción de cristalería, lámparas y vitrales en Camagüey, una ciudad en el centro de Cuba. “Son las dos cosas más importantes que necesitamos, aparte de materiales, insumos y maquinaria”.

Los emprendedores cubanos Alfonso Larrea (izquierda), Luis Hernández y Daimara Sevilla Aguilar durante un evento en el bufete de abogados Akerman de Miami el 26 de septiembre de 2023.
Los emprendedores cubanos Alfonso Larrea (izquierda), Luis Hernández y Daimara Sevilla Aguilar durante un evento en el bufete de abogados Akerman de Miami el 26 de septiembre de 2023.

Varios dueños de negocios dijeron que esas necesidades son particularmente agudas en el campo de la construcción, donde también es difícil retener mano de obra debido a la continua emigración masiva de cubanos a Estados Unidos y otros países.

Las empresas constructoras privadas son actualmente pequeñas, no pueden proporcionar servicios de ingeniería ni participar en grandes proyectos de desarrollo turístico, que el gobierno canaliza hacia empresas estatales y compañías militares.

Pero algunos de los empresarios están pensando a largo plazo.

Debido a que la mayor parte de la infraestructura y los edificios residenciales de Cuba están en mal estado, “en algún momento habrá una explosión constructiva en Cuba; debemos prepararnos para ese momento”, dijo Iván Díaz, fundador de Dimas Soluciones, una empresa constructora que también vende equipos de energía renovable.

Lázaro Valdés Sánchez, un agricultor propietario de una pequeña instalación en la provincia occidental de Mayabeque que elabora conservas de frutas y postres tradicionales cubanos como cascos de guayaba en almíbar, dijo que no tiene acceso a la tecnología para aumentar la producción ni a los contenedores adecuados para exportar.

Yamilka Avilés, directora económica de Agroindustria Media Luna, productora de jugos y conservas de frutas en Ciego de Ávila, una provincia en el centro de Cuba, dijo que importar insumos básicos como latas y otros envases desde Europa y China lleva tanto tiempo que su empresa se ve obligada a comprar cantidades para todo el año para mantener las líneas de producción en movimiento.

“Si pudiera importar directamente desde Estados Unidos, no tendría que invertir tanto en insumos y no tendría los altos inventarios que tengo hoy”, afirmó.

Algunos de estos dueños de pequeños negocios dijeron que el tener que importar desde países tan lejanos como China y no poder pagar fácilmente a los proveedores, contribuye a los altos precios de los alimentos que se venden en las tiendas privadas de la isla, que muchos cubanos no pueden pagar. Una de las razones por las que dijeron que vinieron a Miami fue para reunirse directamente con los proveedores y así poder evitar a los revendedores en la isla, reducir costos y bajar los precios finales.

El gobierno desempeña un papel importante

Los empresarios dejaron en claro que el futuro del sector privado en Cuba depende de la voluntad del gobierno cubano, que dicta qué actividades están autorizadas o prohibidas, cuántos empleados puede contratar una empresa e incluso cuánto de su propio dinero puede retirar de su cuenta bancaria.

Las autoridades cubanas también exigen que las empresas privadas importen y exporten bienes a través de empresas estatales que actúan como intermediarias, lo que añade trámites burocráticos y costos.

Debido a que el gobierno es dueño de la mayoría de las industrias, almacenes y fábricas y controla el turismo, los emprendedores dijeron que en ocasiones tienen que asociarse con empresas estatales, tenerlas como clientes o arrendar sus instalaciones.

Antes de 2021, a algunas empresas se les permitió asociarse con empresas estatales bajo un estatus legal diferente, como un “proyecto de desarrollo local”, que requería compartir los ingresos con los gobiernos locales. Ese fue el caso de Agroindustria Media Luna antes de convertirse en una empresa privada.

Media Luna tiene su propio comité del Partido Comunista y sus trabajadores pertenecen al sindicato controlado por el estado, según un vídeo de la empresa. Una de sus tiendas insignia en la ciudad de Ciego de Ávila exhibe un cartel con la firma de Fidel Castro, según muestra el video.

Algunos emprendedores que visitaron Miami trabajaban anteriormente para el gobierno o instituciones estatales, que sigue siendo el mayor empleador del país. Algunas empresas, como Dofleini, una empresa de software fundada por un actual miembro de la Asamblea Nacional de Cuba, han trabajado mano a mano con el gobierno, por ejemplo, creando la plataforma que el gobierno utiliza para registrar las mipymes.

Pero muchos de los empresarios que hablaron con el Miami Herald eran agricultores, artesanos, mecánicos y propietarios de hostales y pequeños restaurantes que habían trabajado por cuenta propia durante varios años hasta que pudieron convertir sus negocios en empresas en 2021. Otros vivieron en el extranjero antes de regresar y abrir sus compañías o tienen residencia permanente en otro país pero atienden sus negocios en la isla.

A medida que las empresas privadas sigan creciendo, creando empleos y suministrando bienes necesarios para la población y las empresas estatales, tendrán más influencia para hacer frente al gobierno cuando no estén de acuerdo con algunas políticas, dijo Pedro Freyre, abogado de Akerman.

El hecho de que el gobierno cubano permitiera a los empresarios venir a Miami como grupo es en sí mismo relevante, dijeron algunos de los cubanoamericanos que asistieron a las reuniones, y una señal de que al menos algunos miembros del gobierno, que parecen divididos sobre la existencia de empresas privadas en una economía comunista, están interesados en ver qué resulta del viaje.

Una oficina en Hialeah

Hay al menos un resultado concreto de la visita.

Alfonso Larrea, fundador de Evexcon SRL, una empresa privada en Cuba que se especializa en la planificación de eventos, habla con un grupo de empresarios cubanos en Ready2Go en Hialeah, una agencia de viajes que albergará una oficina que brindará servicios comerciales a los dueños de negocios que visiten Miami.
Alfonso Larrea, fundador de Evexcon SRL, una empresa privada en Cuba que se especializa en la planificación de eventos, habla con un grupo de empresarios cubanos en Ready2Go en Hialeah, una agencia de viajes que albergará una oficina que brindará servicios comerciales a los dueños de negocios que visiten Miami.

Larrea llevó al grupo de empresarios a una oficina en Hialeah que se ha creado para apoyar a los empresarios cubanos que visitan los Estados Unidos, ofreciendo servicios como espacio de trabajo, alquiler de automóviles, correo y otros servicios comerciales esenciales.

En declaraciones al grupo, Larrea, volvió a expresar algunas de las preocupaciones y expectativas de los emprendedores privados cubanos, como que se les permita proporcionar financiación legalmente a otras empresas o poder formar una asociación independiente de empresarios.

Pero a pesar de las frustraciones, instó a los emprendedores a seguir superando los límites de lo que es posible en la isla.

“Es un proceso lento, pero recuerden que hace unos años no se podía tener una empresa, los dólares estaban prohibidos y hablar de mipymes era contrarrevolucionario”, afirmó.

“Siempre digo que no se toca a la puerta; a la puerta hay que caerle a patadas”, añadió. “Vamos a seguir cayéndole a patadas a las puertas”.