Los altibajos de una Berlinale que cumplió 70 años

Berlín, 28 feb (EFE).- La Berlinale cumplió los 70 años con una nueva dirección bicéfala -Carlo Chatrian y Mariette Rissenbeek- de la que se esperaba algo de renovación y cine de autor. Cumplieron esas expectativas en la competición oficial y con la introducción de la sección "Encounters" para nuevos lenguajes del cine.

MÁS CINE DE AUTOR, MENOS ESTRELLATO

La sección oficial aportó sorpresas buenas o, sobre todo, no incluyó productos descabellados como ocurrió en los últimos tiempos de los 18 años bajo el liderazgo de Dieter Kosslick.

Pero el cine de autor no suele aportar grandes presencias sobre la alfombra roja. Hubo menos empujones ante el Berlinale Palast y también una pérdida de visibilidad mediática en el festival que parece resignado a dejar ese cometido a su rival, Cannes.

UN SUSTO DE ENTRADA

La edición número 70 estuvo precedida por el escándalo en torno al pasado nazi de su fundador, Alfred Bauer. Unas semanas antes de la apertura salió a relucir su papel en la industria del cine del Tercer Reich. La dirección retiró de inmediato el premio instituido en su memoria, el tercero en importancia del palmarés. Y encargó investigar su pasado a historiadores independientes.

LOS CAZADORES DE OSOS

Un total de 18 filmes aspiran a los Osos que el sábado repartirá el jurado presidido por el actor británico Jeremy Irons. La crítica que sigue el festival repartió ya elogios o varapalos entre los concursantes. A continuación, un resumen (por orden de proyección):

"El Prófugo": la argentina Natalia Meta abrió la competición con una película apuntalada en su actriz, Érica Rivas. Pero no llegó a convencer en su indefinición entre el género de terror y lo onírico.

"Volevo Nascondermi": el italiano Giorgio Diritti tocó la fibra con su retrato del pintor Antonio Ligabue. Su baza es el actor Elio Germano, en su papel de discapacitado que se reivindica en el arte.

"Le sel des Larmes": dirigida por Philippe Garrel, la película en torno a los amores de un ligón por el extrarradio parisino se vio como una floja reedición de Erich Rohmer o François Truffaut.

"First Cow": Kelly Reichardt, procedente del cine independiente de EEUU, cautivó con un anti-western ecológico sobre la amistad de dos pioneros que buscan fortuna amasando galletas de leche y miel.

"Undine": el quinto intento del alemán Christian Petzold en la competición de la Berlinale. Esta vez, con Paula Beer, como una moderna ninfa acuática. Técnicamente perfecta, pero fría.

"Todos os mortos": de Caetano Gotardo y Marco Dutra, traza un retrato del Brasil que deja atrás la esclavitud, pero donde arraigan los abismos sociales, a través de un convincente grupo de mujeres.

"Siberia": el estadounidense Abel Ferrara acudía a la Berlinale como uno de los nombres de peso. El filme es una sucesión de delirios, a los que da cuerpo su alter-ego, Willem Dafoe.

"Effacer l'historique": el dúo belga Benoït Delépine y Gustave Kervern alegró el festival con su comedia sobre una comunidad de vecinos adictos a las redes. Una brillante sucesión de chistes, a la que se echa de menos un eje argumental sólido.

"Schwesterlein": drama suizo-alemán donde lo más destacable es la actriz de Nina Hoss, una mujer desbordada por un amor hacia un hermano gemelo agónico que desbarata su familia.

"The woman who ran": un ejercicio minimalista del celebrado surcoreano Hong Sangsoo. Se ganó sin dificultades la complicidad del espectador, en un filme sustentado en un grupo de mujeres.

"Favolacce": dirigida por Fabio y Damiano D'Innocenzo, se colocó entre las aspirantes al Oro con su cuento cruel alrededor de unos adultos empeñados en hacer de sus hijos un clon de su brutalidad.

"Never Rarely Sometimes Always": segunda producción del cine independiente de EEUU a concurso y también clara favorita a premio. Es un alegato por el aborto libre, sustentada en la interpretación de Sidney Flanigan, una de las revelaciones de este festival.

"Berlin Alexanderplatz": nueva versión, algo desigual, de la novela de Alfred Döblin en el Berlín actual y con un refugiado como el hombre que quiere una vida decente y cae en las redes del mal.

"The Roads Not Taken": dirigida por Sally Potter, con Javier Bardem en el papel de un hombre roto por la demencia y traumas pasados. Pese a Bardem, Potter no logra llevar a puerto su filme.

"DAU/Natasha": la película más polémica de la Berlinale, en que el ruso Ilya Khrzhhhanovsky lleva a la práctica su visión radical del cine. Una obra de arte, para algunos. Un polémico despliegue de sexo explícito y torturas, para otros.

"Rizi": un ejercicio magistral de cine sin diálogo del malayo-taiwandés Tsai Ming-Liang alrededor de un encuentro sexual entre dos hombres. Otro de los grandes favoritos al Oso.

"Irradiés": documental del camboyano Rithy Panh en torno a los genocidios del siglo XX. Fue proyectada en la última jornada a competición y ascendió de inmediato en las quinielas.

"There is no Evil": del iraní Mohammad Rasoulof, ausente en la Berlinale por imperativos de Teherán. Representa a una de las cinematografías mimadas por el festival alemán.

Por Gemma Casadevall

(c) Agencia EFE