A Emily Blunt no le importa si su personaje en 'Oppenheimer' es agradable

Emily Blunt en Nueva York, el 9 de noviembre de 2022. (Josefina Santos/The New York Times)
Emily Blunt en Nueva York, el 9 de noviembre de 2022. (Josefina Santos/The New York Times)

En “Oppenheimer”, la taquillera película biográfica del guionista y director Christopher Nolan, estrenada en el verano (palabras que generalmente no van juntas), al personaje de Kitty Oppenheimer lo borran en dos oportunidades.

Kitty, interpretada por Emily Blunt, es la mujer detrás del hombre: aunque también es científica, es la esposa relegada de J. Robert Oppenheimer (Cillian Murphy), el físico estadounidense que dirigió el desarrollo de un arma atómica durante la Segunda Guerra Mundial en Los Álamos, Nuevo México. “Oppenheimer” es enfáticamente su película, tanto que gran parte del guion fue escrito en primera persona (“ABRO los ojos- SALTO de la cama- me APRESURO a vestirme”).

Y, en segundo lugar, aunque Kitty fue la esposa de Robert (tuvieron dos hijos juntos), no fue su primer amor ni, como sugiere la película, su más intenso. La psiquiatra Jean Tatlock (Florence Pugh) estuvo involucrada primero con Robert durante tres años, y los dos continuaron viéndose, incluso después de que los Oppenheimer se casaran. A mitad de la película, Kitty encuentra a su marido maníaco por la muerte de Tatlock.

“Qué desgarrador debe haber sido para ella”, dijo Blunt, “verlo en ese estado por otra mujer”.

Todo esto es para afirmar que Blunt, la actriz nacida en Londres conocida por películas como “El diablo viste a la moda”, “El regreso de Mary Poppins” y “Un lugar en silencio”, desapareció a ratos en la epopeya de tres horas, que se basó en la biografía ganadora del Premio Pulitzer “Prometeo americano”. Pero la actuación de Blunt es una de las más memorables en una película repleta de estrellas de cine y aclamados actores de carácter. Blunt, ganadora de un premio del Screen Actors Guild por “Un lugar en silencio” en 2019, es hoy una probable candidata a su primera nominación a los Premios Oscar.

El mes pasado, en una entrevista en video, Blunt habló sobre interpretar con empatía a un personaje desafortunado pero no exactamente simpático. A continuación, extractos editados de esa conversación.

P: Christopher Nolan les pidió a los actores que investigaran sobre los personajes de la vida real que iban a interpretar. ¿Qué aspecto de Kitty Oppenheimer fundamentó tu actuación?

R: Todos leímos “Prometeo americano”. En el vuelo a Albuquerque, pude ver a otras personas intentando leerlo con rapidez. Las esposas de Los Álamos la describieron como una de las personas más malvadas que jamás habían conocido. Los hombres estaban intrigados por ella, pero un poco intimidados. Kitty no hablaba de trivialidades. Solo hablaba de cosas importantes. ‌
P: Robert y Kitty Oppenheimer entregaron temporalmente a su bebé a sus amigos, los Chevalier, porque estaban muy abrumados. ¿Fue difícil interpretar esa escena?

R: Tengo niñas de 9 y 7 años y adoro ser mamá. Siempre me han encantado los niños. Así que es bastante difícil ser tan fría con estos pequeñines en el plató. Claramente Kitty tuvo un trauma allí, un trauma que no fue identificado en aquel tiempo. Tenía problemas graves con la bebida. Traté de empatizar con la mujer que tenía un cerebro fenomenal, que tiene que contorsionarse para convertirse en una buena ama de casa. Debe haber sido una agonía para alguien como ella, tan salvaje, tan brillante, que nunca debería haber sido madre y que claramente tuvo una gran depresión tras el nacimiento del niño.

P: ¿Cómo equilibras la empatía con la fidelidad al personaje, potencialmente a expensas de la simpatía?

R: Para mí, nunca es importante si alguien es agradable. Solo tengo que entenderlos. Podía interpretar esa silenciosa desesperación del personaje, la inquietud y ese estilo desvergonzado que tenía, que era tan ardiente y emocionante. Y, sin embargo, ella fue una fuerza muy estabilizadora para él. Fue su protectora más vigorosa. Creo que tenía cualidades bastante extraordinarias, además de otras que realmente la hicieron fallar como persona. Es brusca e imperfecta, pero empaticé con la idea de alguien deteriorándose en la tabla de planchar, cuando debería haber abordado emprendimientos intelectuales que le habrían encantado.

P: ¿Hubo otras escenas que te revelaron a Kitty?

R: ¿Recuerdas la escena bajo la roca con Cillian? Él está balbuceando incoherencias sobre su amante.

Cuando leí la escena, pensé: “Vaya, eso es muy interesante, es casi como si él no pudiera ver que está hablando con su esposa”. Y lo abofeteé. Chris dijo: “Dale una bofetada”. No quedó en la película, pero golpeé ese famoso pómulo demasiadas veces. Quizás lo que más quise mostrar es su intento por salvar las apariencias. Como: “Tranquilízate, la gente aquí depende de ti”, cuando en realidad es más como, “Yo dependo de ti”.

P: ¿Cómo compararías los platós “tranquilos” de Nolan con otros en los que has estado?

R: En algunos platós improvisas. Puede funcionar en ambos sentidos: con una comedia o algo que sea más libre, a veces es genial que sea un poco más caótico. Pero con Chris, es su preparación, para que cuando aparezcas, no te sientas apurado como actor. Estoy segura de que todo el equipo ya estaba en sus camas, listo para dormir, todas las noches a las 7 p. m.

c.2024 The New York Times Company