El emigrante youtuber: Cómo sobrevivir el desierto y la frontera para llegar a Florida

El hallazgo de un tráiler abandonado en San Antonio, Texas, donde murieron asfixiados de calor 53 mexicanos y centroamericanos, puso en evidencia las condiciones extremas a las que se enfrentan los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala confirmó que en ese vehículo 22 guatemaltecos murieron debido a la falta de aire y agua; además de 26 mexicanos y 5 hondureños. Entre las víctimas había jóvenes, mujeres, y adolescentes.

En medio de la tragedia hay algunos que logran sortear el peligro de este viaje hacia norteamérica y sobreviven para contar su historia. Ese es el caso de Sergio, un joven de 19 años originario de Huehuetenango, un departamento ubicado en las tierras altas del occidente de Guatemala.

Él no viajaba en ese tráiler encontrado en Texas. Sergio llegó a Estados Unidos unos meses antes, arriesgó su vida y dejó a un lado el sueño de convertirse en un YouTuber de viajes, para encontrar un trabajo que le permita mejorar las condiciones de pobreza en la que vive su familia en Centroamérica. Esta es su historia.

De Guatemala a Florida

En las entrañas de Florida hay un nuevo vecino: Sergio, de 19 años, recién llegado de Guatemala. El camino no le tomó las casi 3 horas que demora el avión entre ambos puntos. Sin pasaporte ni visa, al joven le tomó 3 meses y diez días cruzar la fronteraentre México y Estados Unidos, a veces aplastado en un vehículo lleno de emigrantes escondidos, otros días sobre el peligroso tren de carga llamado La Bestia; otras veces a pie cruzando el desierto de Sonora junto otros centroamericanos.

Lo único que llevaba consigo era una mochila y algo que lo hace particular: su teléfono para tomar vídeos para su canal de YouTube.

En entrevista con el Nuevo Herald, Sergio —de quien se omite el apellido por motivos de seguridad— relató que antes de convertirse en un emigrante, llevaba un año de haber iniciado un canal de YouTube para recomendar lugares turísticos de su departamento. En los vídeos se puede ver a un joven elocuente y emocionado por mostrar su país.

En enero de 2022 el escenario de las grabaciones de Sergio cambió. Ya no eran las montañas y cerros de su pueblo, esta vez era el desierto árido al que debía enfrentarse para llegar a Estados Unidos.

No es común ver el camino de un emigrante a través de YouTube, pero Sergio lo hizo con detalle. En su canal se puede ver cómo se sostiene de La Bestia, el tren de carga que los migrantes usan para cruzar México y evitar más de 40 puestos de control de inmigración y en el que ha documentado la existencia de redes de crimen organizado que roban, secuestran y violan.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH) dijo que el tren de carga sigue siendo el vehículo más usado por los migrantes para cubrir el trayecto por el territorio mexicano, y que hay bandas que extorsionan para abordar, bajo la amenaza de agredir a quienes no paguen, especialmente mujeres y adolescentes.

“Era enero cuando iba encima de La Bestia (en el techo) había mucho viento, frío, caían brisas de lluvía; era de noche cuando el tren paró y nos bajaron. Allí estaban los miembros de la mafia y nos apuntaron con armas para decirnos que si no pagábamos nos iban a matar. No sabíamos qué estaba pasando, solo nos pusimos de rodillas y tuvimos que pagar alrededor de 3 mil pesos mexicanos cada uno ($145)”, relata Sergio.

Esa fue la segunda vez que Sergio tuvo que pagar extorsión para no ser asesinado dentro del ferrocarril.

El joven subió al tren a las 6 de la mañana del 7 de enero y bajó a las 6 de la mañana del día siguiente. En ese tiempo no durmió, no comió ni pudo utilizar un baño.

“Es una locura, no sé cómo decirlo, pero te subes y ahí hace mucho viento y hace mucho ruido y tienes mucha hambre, pero no puedes hacer nada, simplemente tienes que aguantar y agarrarte para no caer”, describe.

Sergio sobrevivió a La Bestia pero le esperaba algo peor: el desierto.

“Es una pesadilla”

El desierto es una de las zonas más mortíferas a las que se enfrentan. De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el calor abrasador y las pocas fuentes de agua son factores que ponen en riesgo la vida de las personas.

Desde 2014 la OIM ha documentado la muerte de más de 3,300 personas en esa zona. Los restos de los emigrantes suelen ser encontrados mucho tiempo después de su muerte, debido a la escasa presencia humana en el área. En otros casos, los cuerpos nunca se recuperan y las personas se reportan como desaparecidas. El 2021 fue el año con más fallecimientos, con 595 casos; pero podrían ser más, ya que la OIM estima que debido a las condiciones del área hay un subregistro en los datos.

Con ese contexto, el YouTuber guatemalteco alistó una mochila, unas latas de comida, suero, unas cuantas botellas de agua y otro tipo de alimentos más pequeños. También se colocó un traje camuflado para reducir las posibilidades de ser visto por las patrullas fronterizas. Todo eso no lo preparó para lo que venía.

“Pasa un helicóptero y tienes que esconderte y mientras tanto el helicóptero está más encima de ti y tu corazón se acelera, los nervios te bloquean y empieza una persecución con helicóptero y estás deshidratado y no tienes comida y caminas y cargas un galón de agua… es como si estuvieras en la guerra, como una cacería de personas”, relata Sergio a el Nuevo Herald.

Hambre, sueño, pánico, sed, repite el joven, quien describe el desierto como un laberinto sin salida donde una montaña se ve igual a la otra o todo está completamente tan plano que no se puede ver una salida. El migrante cuenta que cruzó el área con otro grupo de personas y un guía, parte de la red de coyotaje, que en el camino por donde iban perdieron las fuerzas.

“Un hombre guatemalteco dijo que no podía seguir caminando porque tenía dolor de corazón y el guía le dijo que se quedara allí sentado y que a las 5 de la tarde llegaría a traerlo. Yo pensé que era cierto, pero llegó esa hora y nosotros ya estábamos cruzando otros cerros. El guía nunca regresó y no supe nada de esa persona, no sé si sobrevivió”, relata.

En años anteriores se han reportado casos de migrantes que mueren en el desierto tras ser abandonados por los coyotes.

Sergio pasó alrededor de 9 días caminando. En ese tiempo pasó sufrió los embates del sol, el frío, el hambre y la sed. Un par de veces se desmayó. Pese a eso tomó videos con su celular para editarlos y subirlos a su canal de YouTube. En una de las imágenes aparece comiendo un limón mientras relata que se desmayó y que de esa forma “volvió la vida”.

“Hablé con mi hermana y le dije que esto no se debería llamar el sueño americano, sino la pesadilla americana porque no es vida. Yo acabo de llegar (a Florida), pero creo que nunca me voy a adaptar a esto”, dice.

Pese a todos los peligros que Sergio describe, se estima que cada día más de 300 personas migran de Guatemala. Según Unicef, en Guatemala el 49.8% de los niños de 8 años, es decir, uno de cada dos niños, sufre desnutrición crónica, y el 54.2% de la población vive en situación de pobreza, de acuerdo con estimaciones del Banco Mundial.

La situación de los derechos humanos también va en deterioro, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que este 2022 incluyó a Guatemala en la lista de países que requieren “atención especial” por problemas estructurales en materia de justicia, seguridad ciudadana, marginación y discriminación.

La vida en la Florida

Tras sobrevivir al desierto Sergio llegó a Estados Unidos, donde fue recibido por un familiar. No pasó mucho tiempo para que encontrara un trabajo como jardinero. Con una jornada de trabajo demandante y sin poder salir de su casa por miedo a la delincuencia de la zona en la que vive y a ser detenido por no contar con papeles, el joven dejó a un lado su proyecto como YouTuber de viajes pero todavía tiene viva la ilusión de regresar a su país y retomarlo.

“Aquí (en Estados Unidos) cambias tus sueños por dinero. Ahora ya no puedo hacer algo que me apasiona, simplemente tengo que trabajar. Me hubiera gustado quedarme en Guatemala porque ahí tenía la libertad de ir a las montañas, de tomar fotos y de simplemente ser feliz”, cuenta Sergio a el Nuevo Herald.

Con el dinero que está ganando el joven migrante piensa ahorrar para comprarse su primera computadora, para comprar una cámara, pero sobre todo para construir una casa en su pueblo natal en las montañas del occidente de Guatemala. Hasta entonces, dice Sergio, podrá retomar su proyecto de ser un YouTuber de viajes.