“La emergencia no ha terminado”, recuperación del sistema educativo en Acapulco tras Otis ha sido incompleta, detalla estudio

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Ante un panorama educativo que previo al impacto del huracán Otis por Acapulco ya presentaba diversas carencias, hoy la recuperación es dispareja, incompleta, desarticulada y excluyente, adelantó el Centro de Excelencia e Innovación para los Derechos y Oportunidades de la Niñez (CEIDON) como parte de una de las primeras investigaciones que está llevando a cabo.

En Guerrero, antes de la llegada de Otis en octubre del año pasado, tres de cada 10 adolescentes de entre 15 y 16 años de por sí no asistían a la escuela, las condiciones de infraestructura ya flaqueaban y se habían enfrentado con anterioridad al cierre de escuelas provocado por la pandemia, al terremoto que enfrentó el estado en 2021 y al desajuste derivado de nuevos planes y programas de estudio.

En este contexto, las mil 460 escuelas de educación básica y media superior, más de 11 mil docentes y cerca de 180 mil estudiantes en Acapulco y Coyuca son parte de una recuperación que excluyó a las escuelas estatales y no cubrió la totalidad de las afectaciones al depender de montos preestablecidos. Aunado a ello, Guerrero sigue siendo la entidad con la tasa de trabajo infantil más alta, que se suma al permanente acecho de la violencia y riesgo de reclutamiento por parte de grupos delincuenciales.

Documentan recuperación dispareja e incompleta de la educación en Acapulco tras Otis
La recuperación de la educación en Acapulco y Coyuca tras Otis no es pareja, miles de escuelas estatales se excluyeron por presupuesto. Foto: Cuartoscuro.

“Estamos examinando la tesis de que la recuperación y la activación del sistema educativo en Acapulco y Coyuca de Benítez ha sido dispareja, incompleta, desarticulada y excluyente. Cuando entró el huracán Otis, el sistema escolar de estos dos municipios ya estaba en emergencia”, señaló Marina Díaz Enriquez del Ceidon.

La dinámica oficial, asegura el Ceidon, se ha enfocado más en cumplir con datos y papeleo que presente una buena imagen, en lugar de proporcionar a las infancias y adolescencias las herramientas y orientaciones pedagógicas y emocionales que necesitan. A pesar del despliegue de recursos del programa La Escuela es Nuestra (LEN) durante la primera respuesta, especifica la organización, hasta la fecha no hay claridad de cuándo y cuántos recursos le corresponderá a cada escuela o cómo se distribuirá el pago de los seguros.

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Además, Otis hizo evidente las condiciones de desigualdad, pues la intervención en las escuelas cercanas a la zona costera, hotelera y el centro histórico fue muy diferente con respecto a aquellas que se encuentran pasando el maxitunel, en el paso limonero y en la cima. “Era lógico que los efectos y atenciones iban a ser diferenciados, lo que es aún más evidente entre escuelas estatales y federales”, puntualizó Díaz Enríquez.

Esto llevó al centro a concluir que tanto en la infraestructura como en las relaciones educativas, la emergencia no ha terminado. Una vez terminado el estudio, este pretenderá también recuperar las lecciones aprendidas y recomendaciones que surjan de las comunidades escolares. Ante cualquier emergencia y las crisis recurrentes derivadas del cambio climático, hacen falta medidas correctivas y preventivas para hacer efectivo el interés superior de las infancias, subraya el Ceidon.

Documentan recuperación dispareja e incompleta de la educación en Acapulco tras Otis
Foto: Cuartoscuro.

Recuperación socioemocional, clave para el aprendizaje

Laila Sabbagh, coordinadora de investigación aplicada en Ceidon, explicó una parte fundamental de la investigación ha sido la experiencia misma, es decir, conocer de manera cercana cómo lo vivieron y lo siguen resintiendo, qué piensan y cómo se sienten en lo individual y colectivo las infancias afectadas por Otis.

Para ello, se han desarrollado diálogos significativos con infancias, padres, madres, cuidadores, docentes, funcionarios, colegas de Save the Children y de otras organizaciones, en los que las niñas y niños han referido la pérdida de su vivienda, no poder ir a la escuela, no contar con lugares de esparcimiento tras la afectación a la vegetación, pérdida de personas cercanas, mascotas y juguetes; ropa y útiles inservibles, y la conciencia sobre la preocupación de sus padres.

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“Continúa el estado de alerta cuando escuchan el viento con mayor intensidad con temor de que vuelva a pasar; algunas y algunos de ellos mencionaron sentirse tristes cuando recuerdan lo que pasó. En uno de los cuatro centros comunitarios de aprendizaje instalados por Save the Children, niños y niñas comparten que cuando sienten miedo realizan algunas estrategias que les ayudan a sentirse mejor”, explicó Sabbagh.

Documentan recuperación dispareja e incompleta de la educación en Acapulco tras Otis
Foto: Cuartoscuro.

Según lo documentado por el centro, las intervenciones de las autoridades estuvieron sobre todo enfocadas en la recuperación del orden público en un inicio y en actividades como la entrega de despensas, medicamentos, útiles, uniformes y materiales de construcción, aunque muchos de ellos tuvieron retrasos importantes en su llegada por el traslado desde otras zonas que implicaba meses.

Aun así, las organizaciones lograron cursos presenciales y a distancia, así como acompañamiento psicosocial, con 604 docentes, establecimiento de espacios amigables, actividades con madres, padres y cuidadores, campañas, mejoras en la infraestructura, activación de 17 aulas temporales y cuatro centros comunitarios de aprendizaje, además de tutorías.

Documentan recuperación dispareja e incompleta de la educación en Acapulco tras Otis
“Mucho podemos y debemos hacer todavía por Acapulco y Coyuca” dice la subdirectora del Ceidon sobre la educación y escuela tras Otis. Foto: Cuartoscuro.

“Ante las circunstancias de las emergencias que han atravesado las familias en Acapulco, es fundamental mantener una perspectiva sensible al trauma y desde el marco de crianza con ternura; esto nos permite abrir los espacios para la reflexión y contrarrestar los efectos que dejan estas experiencias, especialmente en las niñas y niños, pero también en las personas adultas”, destacó Sabbagh.

Añadió que, de acuerdo con la evidencia, la recuperación socioemocional es clave para toda la activación de aprendizajes cognitivos, pues la escuela debe tener un papel de espacio seguro y despliegue de potencial. Por ello, es fundamental apoyar los procesos para que la población escolar pueda entender los desastres e integrar lo ocurrido a través de un acompañamiento que enriquezca el autocuidado, la autorregulación y las relaciones de reciprocidad.

“El desastre que revela el huracán Otis tiene una inercia y profundidad enormes previas al evento meteorológico. Con evidencia, podemos decir que la necesidad de garantizar el derecho a la educación, la seguridad y a la salud de niñas y niños venía acumulándose. Este huracán ha abierto estas brechas, las ha ampliado y las ha agravado.

“Mucho podemos y debemos hacer todavía por Acapulco y Coyuca. Esto es un llamado para no suponer que ya se resolvió la emergencia; la reconstrucción ha sido precaria, por lo que es necesario generar mecanismos que brinden soluciones permanentes y debemos invertir en el reforzamiento sistemático y profesional de las escuelas”, añadió Ana Laura Nava, subdirectora del Ceidon.