Elon Musk se prepara para cerrar la compra de Twitter y arranca una nueva era

El magnate Elon Musk anunció su compra de Twitter
El magnate Elon Musk anunció su compra de Twitter

WASHINGTON.- Twitter se prepara para una nueva era. Elon Musk, el hombre más rico del mundo, se apresta a cerrar este viernes la compra de la compañía, una operación signada por las polémicas y las idas y vueltas y que ha generado enorme inquietud por el futuro de la influyente red social. Musk, quien intentó enterrar el acuerdo y al final no tuvo más remedio que avanzar, dijo ahora que decidió comprar Twitter para “intentar ayudar a la humanidad”.

“La razón por la que adquirí Twitter es porque es importante para el futuro de la civilización tener una plaza digital común, donde una amplia gama de creencias pueda ser debatidas de una manera saludable, sin recurrir a la violencia”, afirmó Musk en un mensaje que publicó en su cuenta en Twitter, donde cambió su perfil para proclamarse “jefe” de la red social.

“No lo hice porque sería fácil. No lo hice para hacer más dinero. Lo hice para intentar ayudar a la humanidad, a la que amo”, agregó luego.

El mensaje apareció un día antes de que se venza el plazo legal acordado para cerrar la trasferencia de Twitter a Musk por unos 44.000 millones de dólares, una venta que estuvo a punto de zozobrar cuando Musk intentó hundir el acuerdo. Twitter lo llevó a los tribunales, y Musk, acorralado, decidió avanzar con la operación. Un juez frenó la demanda para permitir que la venta se concretara, y fijó como plazo el 28 de octubre. Musk intentó bajar los decibeles a las preocupaciones que generó su movida, en particular el riesgo de que la red social se intoxique aún más.

“Twitter no puede convertirse en un infierno de todos contra todos”, dijo en su mensaje.

Pero el mensaje de Musk no estaba dirigido al mundo, a los empleados de la compañía o a los usuarios, sino a los “queridos anunciantes”. El motivo: las empresas que pagan por publicar avisos en Twitter comparten algunas de las preocupaciones que han surgido ante los eventuales cambios que Musk pueda imponer, como, por ejemplo, relajar las reglas de moderación de contenidos que buscan preservar –aunque sin lograrlo del todo– la integridad de la plataforma, o que intente favorecer a sus negocios. Musk es dueño de Tesla, que produce automóviles eléctricos, y de SpaceX, una de las compañías involucradas en la nueva carrera espacial.

Musk dijo que Twitter adherirá a las “leyes de la nación”, y que la plataforma debe ser “cálida y acogedora” y permitir a los usuarios que elijan la experiencia que desean tener, tal como se elige qué película ver o que videojuegos jugar. Musk prometió además que los avisos serán “tan relevantes como sea posible” para las necesidades de los consumidores.

“Fundalmente, Twitter aspira a ser la plataforma de publicidad más respetada en el mundo que fortalezca sus marcas y haga crecer sus negocios”, les dijo a los anunciantes.

Twitter les dijo a los empleados que escucharán directamente de Musk el viernes, según una nota interna revelada por el periódico The Wall Street Journal. El empresario se encuentra en San Francisco, donde está la sede central de la compañía.

Preocupación

El cambio de manos de Twitter ha generado inquietud en varios frentes. Varias organizaciones civiles, incluida la poderosa Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, según sus siglas en inglés), han hecho hincapié en el peligro de que una sola persona tenga tanto poder en sus manos al controlar una de las redes sociales más influyentes del planeta, una inquietud que se extiende también a Mark Zuckerberg, de Meta.

La política teme que Musk levante la veda a Donald Trump, y le devuelva el megáfono que utilizó para trazar su camino a la Casa Blanca o desparramar la falsa acusación de que hubo un fraude masivo en la elección presidencial de 2020, que para muchos alentó el ataque al Congreso del 6 de enero de 2021.

El mensaje de Musk a los anunciantes toca otro nervio. En tiempos donde arrecia la cultura de la cancelación, las empresas se han mostrado cada vez más sensibles a las demandas políticas de la sociedad y a respetar los límites legales a la libertad de expresión, como el discurso de odio que puede alentar violencia. El último ejemplo de alto perfil lo dio Adidas, que decidió cancelar un contrato que había firmado con Kanye West –quien ahora usa el nombre Ye– después de que publicó un mensaje amenazante contra los judíos en Twitter, y vistió una remera con la leyenda “Las vidas blancas importan”, que ha sido vinculada al supremacismo blanco.

El personal de Twitter también se ha mostrado escéptico al cambio de manos, sobre todo luego de que se ventilara la posibilidad de que Musk recorte de manera drástica el plantel. El Washington Post reportó que Musk les dijo a potenciales inversores que planea eliminar casi el 75% de los 7500 empleos de Twitter. Aun cuando los recortes no alcancen esa magnitud, se espera que Musk achique el staff de la empresa.