Elegante, con gran poder y potente brazo. En la pelota cubana tiene asegurado un puesto entre los grandes

Fue uno de los mejores bateadores de su generación y está ubicado entre los grandes de todos los tiempos en las Series Nacionales de Cuba.

Como pelotero reunía las cinco herramientas: Bateaba con fuerza y promedio, con buen desempeño en el corrido de las bases, efectivo a la defensa, con un brazo potente y certero en sus tiros a las almohadillas.

Por su juego estelar se ganó la admiración de los aficionados cubanos sin importar que fueran de la capital o de cualquier otra ciudad del país.

Hoy, cuando está a punto de cumplir 76 años de edad queremos recordar su brillante carrera beisbolera.

Armando Capiró Laferté nació el 22 de marzo de 1948 en el municipio de Santiago de Las Vegas, en La Habana.

Debutó en Series Nacionales en 1965 con el equipo Occidentales. Actuó también con Industriales, Habana y Metropolitanos.Comenzó su carrera en su pueblo natal y luego jugó en La Cabaña.

Integró la selección del equipo Boyeros, de La Habana, en los campeonatos provinciales, y en los juveniles con el conjunto Industriales.

Entre sus primeros entrenadores estuvo la otrora primera base de los Tigres de Marianao de la Liga Profesional Cubana, Lorenzo “Chiquitín’’ Cabrera; y más tarde el profesor y exjugador de la Unión Atlética Amateur Juan Ealo.

Se inició en la Serie Nacional de 1965 con Occidentales. Fue el primer pelotero en la historia del béisbol cubano en pegar más de 20 jonrones en una temporada y el primero en arribar a la cifra de 100.

Su swing era compacto con sus piernas abiertas sobre el plato. Fue un bateador que imponía respeto y estuvo con el uniforme del equipo Cuba como cuarto bate entre 1970 y 1979.

Nosotros tuvimos la suerte de verlo en varios estadios de la capital cubana conectar batazos con una fuerza monumental, incluyendo líneas que salían a cuatro metros por arriba de la cabeza del antesalista y con esa misma fuerza la bola seguía como una bala a la misma altura para traspasar las vallas del jardín izquierdo.

Esta leyenda cubana fue un maestro perfecto del pitcheo y el primer lanzador latino en ser estrella en Grandes Ligas

Logró varios liderazgos con el madero durante la década del setenta entre los que destacan los 22 jonrones (en 78 juegos) en 1973, los 12 dobles en 1978-1979, los 52 imparables en 1977, los siete triples en 1977, las 18 bases intencionales en 1973, los ocho elevados de sacrificio en 1971, así como tres veces lideró las carreras impulsadas en 1971 (51), 1973 (74) y 1975 (27).

Cuando hablamos de Capiró debemos dejar a un lado las estadísticas generales que en algunas ocasiones confunden, pues debemos tener en cuenta que en su época el pitcheo era más selecto, los campeonatos más cortos, la bola menos viva y se utilizaba el bate de madera (no aluminio).

Estos factores atentaron en contra de sus estadísticas globales en comparación a otros bateadores que lo hicieron en torneos más largos, con pitcheo menos efectivo, con bola más viva y con bate de aluminio.

Existe una anécdota en un hecho ocurrido en el Mundial de 1972 celebrado en Nicaragua cuando Roberto Clemente dirigía el equipo de Puerto Rico y en uno de los partidos en que actuaba Cuba conectaron un batazo por el territorio de Capiró con un hombre en primera y el corredor trató de llegar a tercera, pero fue fusilado en la antesala por la escopeta del jardinero antillano.

En ese momento, el comentarista nicaragüense Edgar Tijerino exclamó: “¡Qué brazo, es casi más potente que el de Clemente!

Y cuando el ídolo boricua se enteró lo que había dicho Tijerino le salió al paso y replicó: “Parecido, pero no igual a mi brazo’’.

En esta Serie Mundial de 1972 el antillano bateó para .377 (61-23) y fue líder en impulsadas con 21.

También actuó en los Mundiales de 1970 en Cartagena, Colombia en 1971, en La Habana 1971, en Managua 1972, en La Habana 1973 donde lideró los jonrones con nueve, en un torneo donde el pitcheo cubano estableció un récord de 110 entradas consecutivas sin permitir carreras limpias.

Jugó en cinco décadas y tiene placa en el Salón de la Fama. ¿Quién fue esta leyenda cubana del béisbol?

También participó en el Mundial en Colombia 1976 cuando de nuevo lideró los cuadrangulares (5) y anotadas (17), así como en Italia 1978.

Capiró también estuvo en los Juegos Panamericanos de 1971 en Cali donde finalizó al frente de las remolcadas con 10 empatado con el matancero Wilfredo Sánchez.

Luego asistió a la cita de México en 1975 y en Puerto Rico en 1979 cuando compartió el título de bateo con el cienfueguero Pedro José Rodríguez con promedio de .500 (22-11).

En Juegos Centroamericanos y del Caribe ganó la corona de bateo en Panamá 1970 con un astronómico average de .667 (15-10).

Vistió el uniforme del equipo Cuba además en Santo Domingo 1974 y Medellín 1978.

En una ocasión, el estelar pitcher nicaragüense de Grandes Ligas Dennis Martínez, que enfrentó a Capiró antes de ingresar a las Mayores, nos dijo: “En mis años en las Mayores he tenido la oportunidad de presenciar a muchos bateadores excelentes, pero creo que este cubano ha sido uno de los hombres con mayor talento natural que he visto. De haber jugado en Grandes Ligas hubiera brillado en esta pelota’’.

A tres años de su muerte, un repaso a la carrera de la leyenda de la pelota cubana “Cheíto’’ Rodríguez, el Señor Jonrón

Se retiró en 1980 con solo 32 años de edad, luego de sufrir una seria lesión en el tobillo al caer mal durante un deslizamiento en un robo de base.

También tuvo dos operaciones de los meniscos que lo obligó a terminar su vida activa de pelotero.

Miles de fanáticos lo recibieron de pie con una cerrada ovación la tarde que llegó en silla de ruedas al Estadio Latinoamericano.