El violento México que Claudia Sheinbaum no quiere ver ni aceptar, porque eso la enfrentaría con AMLO

Claudia Sheinbaum firma el Compromiso Nacional por la Paz pero no está de acuerdo Enrique Pérez Quintana En la etapa de las campañas la ley establece que los candidatos y las candidatas pueden presentar a la ciudadanía sus propuestas de gobierno y así lo están haciendo. El tema en que han coincidido quienes pretenden la presidencia de la república es el de la seguridad. Las campañas no son eventos en los que solo actúen los aspirantes al voto popular. En los primeros días de esta etapa empresarios, académicos, sindicatos obreros, organizaciones religiosas y demás, convocaron a los candidatos para escuchar sus propuestas y para exponerles sus puntos de vista sobre las soluciones a los problemas que los afectan. La Iglesia Católica en México es una agrupación de importante influencia entre la población del país. La Conferencia del Episcopado Mexicano presentó a los candidatos a la presidencia de México Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez el documento “Compromiso Nacional por la Paz” y los invitó a firmarlo, en caso de estar de acuerdo con su contenido.   El documento fue promovido por Luis Gerardo Moro, de la Compañía de Jesús, que impulsó la iniciativa contra la violencia tras los asesinatos de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora en Cerocahui, Chihuahua, en junio de 2022. Al exponer el contenido del documento y las motivaciones para su realización, el sacerdote Jorge Atilano y la académica Ana Paula Hernández, coordinadora de la iniciativa, expresaron: “Nos convoca un tejido social erosionado y frágil, capaz de abandonar a sus adolescentes y a sus mujeres”.  “Nos convoca un sistema de justicia lejano y burocrático en donde no hay confianza para denunciar ni capacidad para investigar los casos, en el que predominan la impunidad y la corrupción. Nos convoca un sistema de seguridad fragmentado incapaz de responder a las economías criminales que hoy controlan muchos territorios del país”. Asimismo, propone la “desmilitarización paulatina” del país, específicamente la participación de las Fuerzas Armadas en actividades de Seguridad Pública y pide reducir la “polarización política y social”.  Los candidatos a la presidencia firmaron el Compromiso Nacional por la Paz, con el que se pretende crear las bases para la pacificación del país. Aceptaron las 117 propuestas, divididas en siete ejes temáticos. Para firmar, Claudia Sheinbaum puso como condición que se anexara su propio documento “Sigamos Dialogando”. Expresó que no coincidía totalmente y expuso sus discrepancias.   “No coincido con algunas propuestas que suponen que no hay datos confiables en el Sistema Nacional de Seguridad, también no estoy de acuerdo con las referencias a una supuesta militarización o militarismo en el país y en los puntos donde se minimiza o relativiza la función del Estado en sus tres poderes y tres niveles de Gobierno, si bien la construcción de la paz requiere de toda la sociedad hay responsabilidades en cada uno de los poderes, tampoco coincido en la visión que se presenta en torno a la Guardia Nacional o algunos organismos autónomos”. (El Financiero, 12 de marzo de 2024) La condición de Claudia Sheinbaum para firmar el documento del Episcopado Mexicano implica su negación de la realidad de violencia que se vive en diferentes regiones del país, incluye a la CDMX. La estadística oficial y la información que a diario reportan los medios, no coinciden. El dato presentado en la mañanera va en un sentido y los muertos reportados por los medios y el evidente dominio de la delincuencia organizada en parte del territorio nacional va en otro sentido. La posición de la candidata Sheinbaum fue crítica hacia el documento Compromiso Nacional por la Paz, propuso su propia posición y el titulo significa que se reserva pronunciar la última palabra sobre el tema. No podía ser de otra manera. Haber aceptado sin condición le significaba rechazar la política de seguridad de López Obrador, sustentada en la premisa de atender las causas de la violencia. Salirse del camino que le trazó y abandonar su estrategia de apoyar y apoyarse de manera absoluta en el presidente, como vía para llegar al poder. El desacuerdo de Claudia Sheinbaum hace suya la afirmación de López Obrador de que todo va muy bien en México. Es como si la violencia y el miedo de los ciudadanos de Tamaulipas, Sonora, Zacatecas, Guanajuato, Colima, Jalisco, Chihuahua, Chiapas, Veracruz, Guerrero, Oaxaca y demás no existiera. Como si el Ejercito, la Marina y la Guardia Nacional, fueran eficaces en el combate a la delincuencia, como si la delincuencia no retara a las fuerzas armadas y no dejara de sembrar bombas en los caminos de Michoacán y no atacara con drones en Guerrero. Como si no estuvieran extorsionando en Acapulco, Taxco y Chilpancingo y otros.  Es previsible que la posición de Claudia Sheinbaum sea imitada por los candidatos de Morena que aspiran a puestos de elección en los niveles federal, estatal y municipal, que la verán como un escudo ante la amenaza de la delincuencia organizada que, en la disputa por el poder, también reclama su cuota y la obtiene por la vía del dinero o del miedo. Nadie sabe para quien trabaja. O sí.
Claudia Sheinbaum, candidata a la presidencia por Morena, firmó el Compromiso Nacional por la paz en el Centro Cultural Tlatelolco | Foto: Gerardo Vieyra/NurPhoto via Getty Imagesa

En la etapa de las campañas la ley establece que los candidatos y las candidatas pueden presentar a la ciudadanía sus propuestas de gobierno y así lo están haciendo. El tema en que han coincidido quienes pretenden la presidencia de la república es el de la seguridad.

Las campañas no son eventos en los que sólo actúen los aspirantes al voto popular. En los primeros días de esta etapa empresarios, académicos, sindicatos obreros, organizaciones religiosas y demás, convocaron a los candidatos para escuchar sus propuestas y para exponerles sus puntos de vista sobre las soluciones a los problemas que los afectan.

La Iglesia Católica en México es una agrupación de importante influencia entre la población del país. La Conferencia del Episcopado Mexicano presentó a los candidatos a la presidencia de México, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez el documento “Compromiso Nacional por la Paz” y los invitó a firmarlo, en caso de estar de acuerdo con su contenido.

El documento fue promovido por Luis Gerardo Moro, de la Compañía de Jesús, que impulsó la iniciativa contra la violencia tras los asesinatos de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora en Cerocahui, Chihuahua, en junio de 2022.

Al exponer el contenido del documento y las motivaciones para su realización, el sacerdote Jorge Atilano y la académica Ana Paula Hernández, coordinadora de la iniciativa, expresaron: “Nos convoca un tejido social erosionado y frágil, capaz de abandonar a sus adolescentes y a sus mujeres”.

“Nos convoca un sistema de justicia lejano y burocrático en donde no hay confianza para denunciar ni capacidad para investigar los casos, en el que predominan la impunidad y la corrupción. Nos convoca un sistema de seguridad fragmentado incapaz de responder a las economías criminales que hoy controlan muchos territorios del país”.

Asimismo, propone la “desmilitarización paulatina” del país, específicamente la participación de las Fuerzas Armadas en actividades de Seguridad Pública y pide reducir la “polarización política y social”.

Los candidatos a la presidencia firmaron el Compromiso Nacional por la Paz, con el que se pretende crear las bases para la pacificación del país. Aceptaron las 117 propuestas, divididas en siete ejes temáticos. Para firmar, Claudia Sheinbaum puso como condición que se anexara su propio documento “Sigamos Dialogando”. Expresó que no coincidía totalmente y expuso sus discrepancias.

“No coincido con algunas propuestas que suponen que no hay datos confiables en el Sistema Nacional de Seguridad, también no estoy de acuerdo con las referencias a una supuesta militarización o militarismo en el país y en los puntos donde se minimiza o relativiza la función del Estado en sus tres poderes y tres niveles de Gobierno, si bien la construcción de la paz requiere de toda la sociedad hay responsabilidades en cada uno de los poderes, tampoco coincido en la visión que se presenta en torno a la Guardia Nacional o algunos organismos autónomos”.

La condición de Claudia Sheinbaum para firmar el documento del Episcopado Mexicano implica su negación de la realidad de violencia que se vive en diferentes regiones del país, incluye a la CDMX. La estadística oficial y la información que a diario reportan los medios, no coinciden. El dato presentado en la mañanera va en un sentido y los muertos reportados por los medios y el evidente dominio de la delincuencia organizada en parte del territorio nacional va en otro sentido.

La posición de la candidata Sheinbaum fue crítica hacia el documento Compromiso Nacional por la Paz, propuso su propia posición y el titulo significa que se reserva pronunciar la última palabra sobre el tema. No podía ser de otra manera. Haber aceptado sin condición le significaba rechazar la política de seguridad de López Obrador, sustentada en la premisa de atender las causas de la violencia. Salirse del camino que le trazó y abandonar su estrategia de apoyar y apoyarse de manera absoluta en el presidente, como vía para llegar al poder.

El desacuerdo de Claudia Sheinbaum hace suya la afirmación de López Obrador de que todo va muy bien en México. Es como si la violencia y el miedo de los ciudadanos de Tamaulipas, Sonora, Zacatecas, Guanajuato, Colima, Jalisco, Chihuahua, Chiapas, Veracruz, Guerrero, Oaxaca y demás no existiera. Como si el Ejercito, la Marina y la Guardia Nacional, fueran eficaces en el combate a la delincuencia, como si la delincuencia no retara a las fuerzas armadas y no dejara de sembrar bombas en los caminos de Michoacán y no atacara con drones en Guerrero. Como si no estuvieran extorsionando en Acapulco, Taxco y Chilpancingo y otros.

Es previsible que la posición de Claudia Sheinbaum sea imitada por los candidatos de Morena que aspiran a puestos de elección en los niveles federal, estatal y municipal, que la verán como un escudo ante la amenaza de la delincuencia organizada que, en la disputa por el poder, también reclama su cuota y la obtiene por la vía del dinero o del miedo.

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