El terrible y desconocido pasado del vicepresidente de Colombia

(EFE)
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Claudia Cano – Bogotá, Colombia

Germán Vargas Lleras es un nombre que no necesita presentación en Colombia y, desde hace unos días, tampoco en Venezuela y la región, ya que adquirió popularidad después de sus comentarios calificados de “xenófobos” por el mandatario Nicolás Maduro.

Durante una visita realizada al departamento Norte de Santander, en su calidad de vicepresidente, llamó “venecos” a quienes han cruzado la frontera para salir del caos que se vive en Venezuela y refugiarse en Colombia. Y con esa palabra, que para los seguidores de Vargas Lleras es una simple abreviación del gentilicio “venezolanos” y para otros es una expresión peyorativa, se disparó un rifirrafe de grueso calibre.

Pero más allá de la nueva tensión entre los gobiernos vecinos, este hombre que ocupa la vicepresidencia y es aspirante a presidente para las elecciones del próximo año, esconde un terrible pasado que pocos conocen.

El político y abogado de profesión, nieto del expresidente Carlos Lleras Restrepo, fue concejal, senador, ex candidato presidencial, ex ministro de Interior y Justicia, y es conocido por su fuerte temperamento. No en vano se le vio, antes de finalizar el año, dándole un golpe en la cabeza a uno de sus escoltas quien aparentemente lo pisó mientras Vargas Lleras era saludado por sus seguidores durante un acto publico, otras versiones apuntan a que defendió a una señora que fue apartada con brusquedad cuando pretendía saludarlo.

(EPA/CHRISTIAN ESTOBAR MORA)
(EPA/CHRISTIAN ESTOBAR MORA)

El carácter de este hombre que ya ha ocupado importantes cargos en el país, se vio ensombrecido en el año 2002 cuando tras apoyar la candidatura presidencial de Álvaro Uribe Vélez, y ser la cabeza de varios proyectos de ley en temas como la extradición y extinción de dominio, recibió el 13 de diciembre de ese año un regalo que literalmente explotó en su mano.

Era una agenda que llevaba el nombre de su esposa y que minutos después detonó. Este libro bomba, que logró sobrepasar los controles de seguridad del Congreso de la República, le causo heridas imborrables como la pérdida de dos dedos y medio de su mano izquierda.

Tiempo después, sus denuncias de alianzas entre narcotraficantes, paramilitares y políticos, además de las acaloradas discusiones con sus detractores, lo hicieron víctima de otro atentado terrorista en 2005 con un carro bomba del que salió ileso.

Dice que ya completa tres atentados, pero su vida ha estado marcada por otros incidentes, como el que sufrió mientras estaba en el mar y fue arrastrado por una corriente que le desprendió la cara del cráneo. De aquel accidente, tras doce horas de cirugía, hoy conserva placas de hierro y platino en su rostro.

(EPA)
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A este collar de perlas se le suma uno más y fue la extracción de un tumor benigno en su cabeza en enero de 2016 que afectó la movilidad de su pierna derecha y que lo obligó a estar bajo terapia.

Aún así, este hombre al que el diputado venezolano Diosdado Cabello llamó “hijo del gran puto” y aseguro: “no estoy haciendo nada malo, él no puede sentirse ofendido para nada porque él es muy amplio de criterio“, tuvo ya respuesta de Vargas lleras: “Diosdado Cabello es el mismo patán que lleva años maltratando a los compatriotas colombianos y oprimiendo al pueblo venezolano”.

Germán Vargas Lleras lucha por la paz del país, pertenece a la generación que vivió la guerra en carne propia, sus atentados, quebrantos de salud, lo han convertido en un hombre fuerte que aspira a tomar las riendas del país y ser sucesor del Nobel de paz.