El secreto de una pareja argentina para financiar un viaje por el mundo

(La Nación) Podrían llamarse Los locos de la Polaroid. Pero ellos prefirieron ser los Viajeros Randevuses. María Pagola y Augusto Rosés son una pareja de periodistas, locutores y viajeros. Hace diez meses recorren el mundo juntos, ya pasaron por 23 países. En el viaje encontraron una forma de sustentarse: sacan fotos polaroid a todo el que se encuentren. Así, se hicieron conocidos en cada sitio, y llegaron a ser entrevistados en la televisión española.

Fue el 20 de abril que salieron de la Argentina. En uno de los primeros pasos del viaje surgió la idea de las fotos. Estaban comiendo un asado con argentinos en San Sebastián, en el País Vasco, cuando un chico se los dijo: “¿Por qué no se animan con las fotos?”. María y Augusto se quedaron pensando. Averiguaron los precios y los rollos. Terminaron comprando lo necesario por internet y salieron a la playa. Después de unos meses se sabían el speech en inglés, francés, portugués, italiano y, claro, español. Ya llevan tomadas unas 700 fotografías instantáneas a personas de más de 50 países distintos.

Llegaron a la televisión española de casualidad. Un día, en Agaete, un pueblito con playa en el norte de la isla Gran Canaria, hicieron el mismo discurso de siempre a un grupo de amigos. Entre ellos había una periodista. “Son periodistas y también aventureros”: así los presentaron en vivo. Después siguieron sacando fotos en lugares turísticos como la iglesia Notre Damme en París, la puerta de Brandeburgo en Berlín, el Puente de Carlos en Praga, la entrada a Dubrovnik y el Coliseo en Roma.

Y así conocieron, casi sin pensarlo, todos los países de los Balcanes. Y eso, también, fue gracias a las fotos polaroid, pues se quedaron en las casas de sus fotografiados que estaban de vacaciones en Islas Canarias cuando empezaron la idea. Durante dos meses recorrieron Rumania, Serbia, Bulgaria, Macedonia, Albania, Kosovo, Montenegro, Croacia, Eslovenia y Bosnia.

(Facebook-Randevuses)

Datos curiosos

  • Sólo tenían en claro que querían viajar durante un año cuando encontraron la forma: una visa francesa para argentinos menores de 30 años, que les permite vivir y trabajar legalmente durante un año en Francia o permanecer en Europa legalmente por la misma cantidad de tiempo. “Esa visa fue la clave para que podamos estar tanto tiempo porque ninguno de los dos tiene doble ciudadanía”, cuenta María a LA NACION, ahora desde Málaga.

  • El recorrido es arbitrario. La forma en que deciden cuál es el próximo destino no es para nada usual ni práctica: según dónde les ofrezcan una casa para vivir un tiempo, hacia allí van. “Nos hemos alojado sobre todo en casa de amigos, conocidos, amigos de amigos, también hemos parado en hostels, hicimos couchsurfing y varias personas a las que le vendimos fotos polaroid nos invitaron a parar en su casa. De esta manera conocimos Viena, Polonia, unas playas de Catalunya y pueblitos cerca de París”, explica Augusto a LA NACION.

  • Una noche se quedaron a dormir en la iglesia Sacre Coeur de París. Para poder hacerlo, llenaron un formulario online en el que se comprometían a rezarle a una imagen por una hora. Así, se ganaban la posibilidad de dormir adentro. “Como yo no entiendo mucho francés, lo inscribí a Augusto como un sacerdote argentino. Fue un lío explicar que no era. Esperaban a alguien importante y caímos nosotros con las mochilas”, cuenta María.

  • En sus redes sociales escriben lo que a ellos les gustaría leer en un blog de viajes. En uno de sus videos de Instagram se la puede ver a María contando el inicio de la Primera Guerra Mundial desde la esquina donde asesinaron al archiduque Franz Ferdinand el 28 de junio de 1914 en Sarajevo. En otro, Augusto cuenta la historia de por qué se llama así el Puente de los Suspiros en Venecia.

Por qué “Randevuses”

A la abuela de María le dicen Nita. Era una mujer atolondrada y despistada con las palabras. Un día, cuenta su nieto, llegó a decirle a un taxista que la lleve a la calle “Paso de los Toros”, en vez de “Combate de los Pozos”.

“Cada vez que ella iba a visitar a amigos o saludar a alguien decía que iba a hacer los Randevuses. Todos creíamos que había inventado esa expresión. Tiempo después nos dimos cuenta que la palabra existía; viene del francés, es una reinterpretación del término “Rendez – vous” que significa tener un encuentro”, cuentan los viajeros periodistas en su cuenta de Facebook.

Así, la abuela les dio el nombre original. No querían llamarse como todos: viajando, conociendo, mochileando. En definitiva, sabe María, ellos viven el viaje de encuentro en encuentro.

La historia de amor

La historia de amor de María y Augusto tiene sus versiones. La de ella: “lo busqué durante muchos años y él me rechazó”. La de él: “me gusta desde el primer día que la vi en la facultad en 2007”. Pero en algo coinciden. Un día de abril de 2013 se encontraron en un centro de ayuda por la inundación de La Plata. Y entonces sí, no hubo más desencuentros.

Ella, una mujer que insiste, le planteó a su novio que lo único que la ataba a La Plata era él. Por eso le propuso viajar juntos. Él, un hombre ordenado, se negó, no era el momento, le faltaba recibirse. Por fin, en el año 2015, dijo: “Estoy listo”. Decidieron que planificarían el viaje y juntarían dinero por un año. Entonces decidieron irse a vivir juntos, vendieron el auto, el colchón, la cama y también regalaron algunas de sus pertenencias. Cuatro meses antes de viajar, se fueron a vivir a la casa de los padres de ella. Y ahí, sí: economía de guerra.

Ahora la idea no es tanto volver como seguir viajando. Aplicaron para visas en Irlanda y Dinamarca. Quieren trabajar y escribir para ver si pueden, después, ir para Asia.

En este viaje, después de casi un año y 23 países recorridos, María está convencida: “La gente te ve de viaje y te ayuda, te regala comida, te da una cama sin conocerte, eso no puede pasarte nunca si no salís a ver que hay más allá de tu casa”.