El revolucionario papel de la Inteligencia Artificial en el futuro de la Medicina

La medicina del futuro experimentará grandes cambios de la mano de las inteligencias artificiales
La medicina del futuro experimentará grandes cambios de la mano de las inteligencias artificiales

Durante los últimos años se han publicado incontables estudios y experimentos con Inteligencia Artificial que abren posibilidades increíbles en prácticamente todos los campos científicos que uno pueda imaginar. Especialmente llamativas son las aplicaciones de estos algoritmos a aspectos médicos y, solo haciendo un somero recopilatorio de las últimas semanas, hemos asistido a noticias espectaculares como robots que dan soporte a cirujanos durante las operaciones, algoritmos capaces de detectar el Alzhéimer años antes de que aparezcan los primeros síntomas o cómo las IA empiezan a ganar a los propios expertos en el diagnóstico de diferentes tipos de cáncer, retinopatías o anomalías cardiovasculares. Los estudios y posibles aplicaciones en medicina son tan extensos que ya cuentan con sus propias Revistas especializadas, como el Journal of Artificial Intelligence in Medicine.

A la luz de infinidad de titulares, casi diarios, ensalzando sus ventajas y beneficios, uno podría pensar que los robots y algoritmos se han convertido ya en los dueños de las salas de operaciones, las consultas médicas y la atención sanitaria de los pacientes. Sin embargo, en este abierto ambiente de optimismo conviene ser realista, huir de exageraciones y destacar que la Inteligencia Artificial aún no actúa en entornos clínicos reales. Un reciente artículo en Undark nos recuerda que las infinitas opciones que las IA pueden abrir en el campo de la Medicina son, todavía, eso… posibilidades.

En nuestros días aún no hay robots que operan, ni algoritmos que diagnostican solos sin supervisión de un humano.

Una vez al tanto de la realidad, y ya con los pies en el suelo, hay que reconocer que la revolucionaria influencia que este tipo de tecnologías van a tener en la Medicina de los próximos años es innegable e inevitable, pero… ¿en qué consistirá su participación en ese futuro cercano?

La revolución de las IA en medicina no consistirá tanto en "robots médicos" sino en mejores y más rápidos diagnósticos.
La revolución de las IA en medicina no consistirá tanto en "robots médicos" sino en mejores y más rápidos diagnósticos.

Aunque pueda sorprender, la más importante de las aportaciones de la IA a la medicina no consistirá en robots cirujanos o médicos mecánicos, sino en la fundamental tarea de diagnóstico y detección precoz de infinidad de casos, incluyendo diferentes tipos de cáncer (como los melanomas o de pulmón), enfermedades neurodegenerativas (como la demencia, el Alzhéimer o el Parkinson) o salud cardiovascular.

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Como vimos en un artículo anterior, aún deben mejorar en tareas de reconocimiento de imágenes, pero en muchos aspectos, los algoritmos de predicción ya están consiguiendo resultados más precisos que los propios expertos, y en el futuro, muchas de las enfermedades que hoy consideramos mortales se curarán simplemente “cogiéndolas a tiempo”. Les pondré un ejemplo práctico: el melanoma, uno de los tipos más peligrosos de cáncer de piel, es tratable con un altísimo porcentaje de éxito, cercano al 100%, siempre que se detecta en fase temprana, mientras que resulta letal en fases avanzadas.

Contar con herramientas avanzadas y precisas de diagnóstico, permitirá tratar incontables enfermedades en sus primeros estados, y por tanto mucho más fáciles de solucionar. En revisiones rutinarias, con un simple escáner o con un vistazo a una radiografía, la Inteligencia Artificial será capaz de detectar los primeros síntomas de muchas enfermedades con más exactitud y rapidez que el ojo humano más experto… detalles y pistas en las fases más tempranas que podrían pasar desapercibidas incluso al mejor de los especialistas. Las noticias de los médicos a sus pacientes podrían pasar del terrible “tiene usted cáncer” al “tiene usted los primeros síntomas y podemos tratarle sin problemas”.

Otra de las grandes ventajas que la extensión generalizada de las inteligencias artificiales ofrecerá en un futuro próximo es la “democratización” de la atención médica. Uno de los grandes problemas que afectan al mundo es la falta de atención sanitaria adecuada en innumerables regiones y países del planeta. Incluso en los países más desarrollados, y Estados Unidos es el mejor ejemplo de esta paradoja, el coste anual de los gastos médicos es tan alta que queda fuera del alcance de muchos de sus ciudadanos.

Los sistemas de IA podrían liberar a los médicos con exceso de trabajo, reduciendo los costes, aumentando el acceso en comunidades desatendidas e incluso reduciendo el riesgo de errores médicos. Además, en muchos países con escasez nacional de médicos, como China, donde los departamentos ambulatorios de los hospitales urbanos superpoblados pueden atender hasta 10,000 personas por día, este tipo de tecnología no necesitaría una precisión perfecta para resultar ya útiles en casos de menor gravedad.

Las redes de aprendizaje automático unidas a las nuevas herramientas de edición genética se suman para desarrollar nuevas terapias, fármacos y tratamientos.
Las redes de aprendizaje automático unidas a las nuevas herramientas de edición genética se suman para desarrollar nuevas terapias, fármacos y tratamientos.

Todo ello sin mencionar la posible creación de nuevos fármacos, desarrollados mediante investigación de Inteligencias Artificiales. Las nuevas y más avanzadas redes neuronales artificiales podrían ser clave en las fases más fundamentales del descubrimiento de nuevas moléculas en farmacia: Identificar objetivos para intervención, descubrir moléculas candidatas, acelerar los ensayos clínicos o encontrar nuevos biomarcadores para diagnosticar enfermedades.

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Si aún queremos pensar con más detenimiento en el futuro: las nuevas herramientas de edición genética (como la célebre CRISPR) sumadas a la próxima generación de Inteligencias Artificiales podrían ser la clave, no solo para curar, sino incluso para erradicar una enfermedad antes de que apareciera. En la actualidad ya se ha demostrado que los modelos de Aprendizaje Automático consiguen los mejores resultados en la predicción de las mejores guías-objetivos para la edición genética, o explicado de manera más sencilla: La IA predice con mayor precisión dónde hay que “meter la tijera” genética y qué segmentos de RNA hay que seleccionar.

Son tan solo algunas de las aplicaciones que, sin duda, veremos pronto en nuestros hospitales, quizá falten unas décadas o quizá tan solo unos años, pero llegarán.