Etxabarri, el remoto asador vasco que se codea con los mejores restaurantes del mundo

Jaime Quiros – A tan solo 42 kilómetros de Bilbao y muy cerca de Durango se encuentra la localidad de Atxondo. De unos 2.000 habitantes pasaría completamente desapercibida si no fuera por la gran distinción que ha provocado que su nombre aparezca en diferentes medios de todo el mundo. Y es que allí se encuentra uno de los restaurantes más importantes del mundo: el Asador Etxabarri.

Hasta tal punto es importante el restaurante que dirige Víctor Arguinzoniz que se ha situado en el sexto puesto en la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo que elabora la revista británica Restaurant. Todo un hito. Sobre todo teniendo en cuenta que la clasificación se puede observar como en los primeros puestos se encuentran establecimientos más ostentosos, como el Eleven Madison Park de Nueva York, el primero del ranking, o la Osteria Francescana en Modena, el segundo.

¿Cuál es el secreto entonces de este asador que se encuentra en una localidad tan pequeña para que haya logrado codearse con la creme de la creme de la gastronomía mundial? Uno de los primeros factores pasa por su menú degustación, que asciende a 140 euros más impuestos y que ha llamado la atención de propios y ajenos. Una auténtica delicia para todo tipo de paladares.

La propia publicación inglesa destaca de este espacio una combinación “de técnicas hábiles de barbacoa, el chef mismo, el exquisito entorno rural, la atmósfera sin pretensiones del restaurante y, por supuesto, la comida”.

[También de interés: La tienda de carne humana que ha revolucionado Londres]

<em>Comedor del Asador Etxebarri, situado en Atxondo, País Vasco, España (AFP)</em>
Comedor del Asador Etxebarri, situado en Atxondo, País Vasco, España (AFP)

La filosofía principal de este asador no la encontramos en la innovación, sino en el cuidado del producto y el escrupuloso perfeccionismo en la oferta al cliente. En definitiva en una variedad óptima, pero con una gran calidad en todos los platos dentro de la carta.

“A Etxebarri no hay que volver por probar un plato nuevo sino por querer disfrutar de una buena comida”, llegó incluso a apuntar Arguinzoniz en una entrevista con la Cadena Ser. “Nuestra oferta se basa en el producto y varía en función de la temporada. A partir de ahí pueden salir platos nuevos o platos que hemos ido perfeccionando”, añadía.

En definitiva la clasificación evidencia que no hacen falta aires de grandeza para rayar lo extraordinario. El local se divide en dos. En la planta baja es un bar simple, mientras que en la planta de arriba hay dos amplias zonas de comedor con vigas, mientras la decoración refleja la naturaleza rústica de los alrededores, pero mezclada con elementos de arte contemporáneo. ¿Quién se apunta a visitarlo?

IDNet Noticias