El pueblo que tiembla y todavía nadie sabe por qué, en el sur de Argentina

El pueblo Sauzal Bonito, en la Patagonia Argentina, instalará sismógrafos para averiguar si el fenómeno es algo natural o está relacionado con la actividad petrolera.

En Sauzal Bonito no salen del asombro. La tierra donde se levanta el pequeño pueblo no para de temblar. Se sacude una, dos, tres y hasta cuatro veces en cuestión de horas agrieta las paredes de las casas, atemoriza a su población y genera interrogantes en el mundo científico.

Sauzal Bonito es un paraje ubicado en la provincia argentina de Neuquén, en el corazón de la formación Vaca Muerta, una de las reservas de gas y petróleo más grandes que hay en el mundo.

Sauzal Bonito. (Cortesía)
Sauzal Bonito. (Cortesía)

Hay quienes sostienen que la actividad hidrocarburífera es la principal responsable de estos sismos que, si bien no son tan fuertes, se reiteran sin que nadie encuentre una explicación. Ocurre que el pueblito convive con el yacimiento de gas “Fortín de Piedra”, donde la extracción de combustible se hace a través del “fracking”, inyectando agua a una profundidad de 2.500 a 3.000 metros.

Los especialistas no se animan a dar una explicación certera. Primero van a realizar un monitoreo de la zona instalando sismógrafos y después del estudio dirán lo que corresponda.
El fenómeno que ocurre en este lugar es por demás llamativo. La provincia de Neuquén no es una zona sísmica importante en el país. De 0 a 4 grados, una parte está calificada como 1 y a medida que se avanza a la cordillera, cambia la categoría a 2.

Sauzal Bonito. (Cortesía)
Sauzal Bonito. (Cortesía)

El gobierno neuquino ya firmó un acuerdo para la instalación de 15 sismógrafos que permitan obtener una información precisa no sólo de este lugar sino de una amplia zona de cobertura. El presidente del Instituto Nacional de Previsión Sísmica (Inpres), Alejandro Giuliano, aseguró que tal investigación demandará por lo menos un año, pero que a medida que avance el trabajo se irán dando a conocer los resultados paulatinamente.

El especialista indicó que si bien la provincia de Neuquén no es una zona de riego, hay antecedentes en cuanto a sismos mucho más importantes que el de 4,8 grados en la escala de Richter, el último que se registró en Sauzal Bonito. Recordó que en 1920, en la zona de El Huecú (al norte de la provincia) tuvo lugar el más fuerte que se haya registrado: 7,3 grados. En aquella oportunidad pasó desapercibido porque no generó daños debido a que esa zona estaba prácticamente deshabitada.

Pero a los pobladores de Sauzal Bonito no les interesan demasiado las estadísticas del pasado. Hoy viven con miedo porque los movimientos son cada vez más reiterados. Y el último fue fuerte. “Fue terrible, tuvimos que salir con los chicos afuera porque teníamos miedo. Muchos no querían volver a las casas y durmieron en carpas”, dijo a los medios locales Marisol, una vecina del pueblo.

A la mayoría de los pobladores los sismos dañaron sus casas. No fueron importantes, pero hubo rajaduras en las paredes, caída de mampostería y corrimiento de vigas en los techos. La comunidad que vive mayoritariamente de la producción agraria y la cría de animales espera con ansiedad los resultados. Quiere saber si esto es un fenómeno pasajero vinculado a la naturaleza o si estos sacudones de la tierra están relacionados con las acciones de los hombres.