El plan para vender terrenos públicos a la compañía minera se percibe como una recompensa por su mal comportamiento

La administración de Trump ha propuesto vender 70 acres de una importante área de conservación de la vida silvestre adyacente al Bosque Nacional San Bernardino de California a una empresa minera de piedra caliza después de que esta vertiera materiales de desechos minerales en una zona federal sin permiso.

La Oficina de Administración de Tierras está intentando vender las tierras públicas a Omya Inc., una multinacional que opera una gran cantera de piedra caliza en el valle de Lucerna. La tierra forma parte de un área designada que protege al borrego cimarrón y otros animales salvajes.

En diciembre de 2005, la agencia federal emitió un aviso de violación al descubrir que la cantera había vertido rocas de desecho, lo que se conoce como sobrecarga, en unos 9 acres de tierra federal. La Oficina de Administración de Tierras afirmó que la venta planificada cumple con un acuerdo al que se llegó con Omya en 2011 sobre el uso no autorizado de la tierra, lo que permitiría a la compañía continuar con la extracción de carbonato de calcio en el área hasta el 2055.

Pero los conservacionistas consideran que la propuesta de la administración de Trump es una recompensa a una empresa por su mal comportamiento. La propuesta ha generado preguntas obvias sobre la seriedad de las reiteradas afirmaciones del Secretario de Interior, Ryan Zinke, sobre el hecho de que no vendería tierras federales.

“Estamos siendo testigos de un patrón preocupante: Ryan Zinke dice una cosa al público y hace otra para satisfacer a las empresas y a ciertos intereses especiales”, escribió en un correo electrónico Chris Saeger, Director Ejecutivo del grupo ambientalista liberal Western Values ​​Project. “Cuando el Secretario del Interior declara repetidamente que no venderá terrenos públicos, los estadounidenses esperan que cumpla su palabra”.

Esta es al menos la tercera vez que la Oficina de Administración de Tierras prevé vender tierras federales bajo la supervisión de Zinke. El ex congresista de Montana y Navy SEAL se describió a sí mismo como un feroz defensor de las tierras públicas, y dijo repetidamente que se opone a deshacerse de ellas, ya sea mediante la venta o transfiriendo el control a los estados.

En agosto, ante la indignación pública generalizada, Interior tuvo que desechar una propuesta para vender más de 1 600 acres que hasta hace poco eran una zona protegida pues formaban parte del Monumento Nacional Grand Staircase-Escalante de Utah. La agencia afirmó en una declaración para The Salt Lake Tribune que Zinke “no había visto la propuesta antes de su publicación y no estaba satisfecho con ella”. Sin embargo, aún está sobre la mesa un plan de la Oficina de Administración de Tierras para deshacerse de 200 acres en el condado de Emery, Utah, que la compañía de energía PacifiCorp espera incorporar a su planta de energía Hunter.

El Secretario de Interior Ryan Zinke hablando en una conferencia de prensa en la sede de la Agencia de Protección Ambiental en Washington, DC. (ASSOCIATED PRESS)
El Secretario de Interior Ryan Zinke hablando en una conferencia de prensa en la sede de la Agencia de Protección Ambiental en Washington, DC. (ASSOCIATED PRESS)

La tierra que la Oficina de Administración de Tierras está intentando vender en California se encuentra justo al norte de la cantera White Knob Quarry de Omya, aproximadamente a 12 kilómetros al noroeste del Lago Grande del Oso. El área forma parte de una porción de terreno público de 39 000 acres llamada Área de Enlace de Vida Silvestre de Montañas Graníticas de Gran Interés Ambiental, que conecta con otra área de interés ambiental designada al norte y colindante al sur con el Bosque Nacional San Bernardino. Las zonas de gran interés ambiental protegen importantes recursos históricos, culturales o naturales y demandan una gestión especial.

En su evaluación ambiental para la propuesta de venta, la Oficina de Administración de Tierras señaló que el Área de Enlace de Vida Silvestre de Montañas Graníticas es “crítica para los borrego cimarrón, el águila real, las tortugas del desierto, los halcones pálidos y otras especies” y alberga “numerosas plantas raras y sensibles”. Sin embargo, según el borrador del plan, estas plantas y animales no se han documentado en los acres destinados a la venta.

La propuesta de la Oficina de Administración de Tierras cambiaría la designación del área de 70 acres, de manera que pasaría de ser un sitio protegido a un terreno público general. La agencia tiene la autoridad para vender terrenos públicos conforme a la Ley Federal de Política y Gestión de Terrenos de 1976, pero solo si los terrenos cumplen con ciertos criterios, entre los que se incluyen: ser “poco rentable y de difícil gestión”; si la tierra “ya no es necesaria” para el propósito por el cual fue adquirida y si su venta “sirve para alcanzar objetivos públicos importantes”, como la “expansión de comunidades y el desarrollo económico”.

El mes pasado la agencia señaló en un comunicado que la operación minera de Omya emplea a 50 personas y paga más de 800 000 dólares al año en impuestos al condado.

“La Oficina de Administración de Tierras se esfuerza por ser un buen vecino en las comunidades donde servimos, y parte de ese trabajo consiste en escuchar lo que piensa el público sobre esta propuesta de venta de terrenos y lo que podría significar para el área”, comentó Beth Ransel, gerente de la Oficina de Administración de Tierras en el Distrito del Desierto de California.

El borrador del plan de la Oficina de Administración de Tierras describe otras dos alternativas. Una es no tomar ninguna medida, de manera que Omya tendría que presentar un plan de operación minera para toda la zona. La otra opción es vender 45 acres, lo que permitiría al gobierno federal mantener la propiedad de tres humedales y otros hábitats sensibles dentro de la parcela de 70 acres. Además de las zonas de humedales, que representan aproximadamente tres cuartos de acre, hay aproximadamente 3,4 acres de hábitat de corrientes efímeras, es decir, corrientes que fluyen solo después de las precipitaciones.

Se trata de tierras de conservación importantes. Pertenecen a los estadounidenses. – Nada Culver del Centro de Acción de BLM en la Sociedad de Vida Silvestre.

Sin embargo, la Oficina de Administración de Tierras prefiere vender los 70 acres completos. Si lo hace, “eliminaría las violaciones en la tierra mientras mantiene los valores de relevancia e importancia del resto del Área de Enlace de Vida Silvestre de Montañas Graníticas de Gran Interés Ambiental”, se puede leer en la evaluación ambiental.

Pero la propuesta es “muy desconcertante”, según Nada Culver, asesora principal y directora del Centro de Acción de la Oficina de Administración de Tierras en el grupo de conservación Sociedad de Vida Silvestre.

“Es realmente difícil, como miembro del público, aceptar que esa es la respuesta”, dijo por teléfono. “Se trata de tierras de conservación importantes. Pertenecen a los estadounidenses”.

La Ley Federal de Política y Gestión de Tierras aclara que las tierras públicas deben permanecer bajo propiedad federal a menos que “se determine que la disposición de una parcela en particular servirá al interés nacional”. La ley también ordena al Secretario de Interior que “dé prioridad a la designación y protección de áreas consideradas de gran interés ambiental”.

“Están violando e ignorando todas las obligaciones que dictan cómo se deben administrar nuestras tierras públicas”, afirmó Culver, y agregó que “es muy difícil entender cómo podría ser de interés público recompensar” a una compañía que entró ilegalmente en tierras federales y dañó un hábitat sensible.

Culver dijo que la Sociedad de Vida Silvestre presentará sus ideas como parte de un período en el que la agencia se abrirá a los comentarios públicos, el cual finalizará el 4 de enero. Además de analizar detenidamente el impacto que tendría eliminar esos acres del ecosistema más grande, la Oficina de Administración de Tierras también debería reconocer el precedente que establece con esa venta, apuntó.

Como parte del acuerdo de 2011 con la Oficina de Administración de Tierras y el estado de California, Omya se comprometió a monitorizar el drenaje donde había depositado los escombros de la roca minera, reparar un camino de acarreo en el terreno en las tierras de la Oficina de Administración de Tierras para proteger varios drenajes en la zona y retirar una instalación de almacenamiento de explosivos que se construyó en tierra de la Oficina de Administración de Tierras sin permiso. El acuerdo también requería que Omya solicitara a la Oficina de Administración de Tierras una compra directa de los 70 acres que la compañía espera utilizar para eliminar en un futuro los materiales de desecho.

En 2015, Omya obtuvo la aprobación de la Comisión de Planificación del Condado de San Bernardino para ampliar la vida útil de la operación de la cantera hasta 2055 y su huella en 40 acres, según informó el San Bernadino Sun.

No queda claro si Zinke apoya, o incluso conoce, la propuesta de venta de terrenos. El Departamento del Interior no quiso hacer declaraciones al HuffPost. Un representante de Omya Inc. tampoco respondió cuando intentamos contactarlo, el miércoles.

A principios de este mes, Zinke nombró a Ellis Ivory, una constructora de vivienda retirada de Utah y prima segunda de Ken Ivory, representante republicano del estado de Utah que se opone a las tierras federales, para trabajar en la recientemente resucitada Junta Asesora de Parques Nacionales. En una entrevista con el HuffPost, Ellis Ivory se distanció de su pariente, diciendo que “no es un defensor” del control estatal de la tierra pública pero que “entiende los argumentos y la pasión de Ken Ivory”. Ellis Ivory apoyó la transferencia de la tierra sin fines de lucro de Ken Ivory con una donación de 6 000 dólares en 2012.

Chris D’Angelo

HuffPost