El peligroso desafío del hielo y la sal que se ha convertido en viral

Parece un desafío sencillo, pero puede ocasionar graves problemas en la piel. El último ‘challenge’ que se ha puesto de moda en las redes sociales consiste en colocarse un puñado de sal en la mano, agarrar un hielo y cerrar el puño. Y gana el que más tiempo aguanta. Se llama ‘el desafío del hielo y la sal’ y está causando estragos.

Al unir estos dos elementos se produce una reacción que puede llegar a bajar la temperatura del hielo hasta los 17 grados bajo cero, causando quemaduras por congelación en la epidermis. Este tipo de heridas pueden llegar a causar un gran daño por sepsis si no son tratadas de manera adecuada, y también pueden dejar una marca indeleble en la piel.

De esta reacción se aprovechan muchos restaurantes y bares, que para enfriar rápidamente una botella de vino o de champagne mezclan en una cubitera hielo y sal, generando así mucho más frío en poco tiempo.

La voz de alarma sobre este desafío la ha dado la Sociedad Británica para la Prevención de la Crueldad contra los Niños, que ha identificado esta peligrosa tendencia en las redes sociales. Al parecer, el origen del reto se encuentra en los colegios de Estados Unidos y ahora ha dado el salto al Reino Unido y al resto de Europa.

La policía de West Yorkshire (Inglaterra) ha lanzado una advertencia a padres y a adolescentes a través de Twitter para que no sigan la cadena del desafío. Los medios británicos están dando en los últimos días noticias sobre lesiones cutáneas en jóvenes por esta causa. Incluso el Hull Daily Mail ha llegado a publicar el caso de un niño que ha perdido parte de la movilidad de su mano porque la quemadura afectó uno de sus nervios.

El proceso de rápido enfriamiento se produce porque el hielo tiene una pequeña capa de agua sobre su superficie que al entrar en contacto con ña sal se disuelve, formando así una solución saturada. Tras ello, el hielo empieza diluirse y se origina una bajada de la temperatura que puede llegar a ser incluso de -17 grados. Si la piel está en contacto con el hielo durante este proceso, se puede provocar un dolor punzante y una quemadura.