El orden y la limpieza pueden ser un reto para alguien con depresión, ansiedad o neurodivergencia

 La limpieza y el orden son símbolo de estatus y de éxito; por ende, lo opuesto se asocia a ser una persona sin valor o prestigio. (Foto: Getty Images).
La limpieza y el orden son símbolo de estatus y de éxito; por ende, lo opuesto se asocia a ser una persona sin valor o prestigio. (Foto: Getty Images).

En la depresión no puedes ni levantarte de la cama. Olvida intentar lavar un traste sucio; primero, hay que salir de la cama.

Cuando una persona tiene depresión clínica, se trata de un estado anímico que se caracteriza por la falta total de energía y una importante disfunción ejecutiva. No hay dopamina que permita llevar a cabo actividades, ya que este neurotransmisor está involucrado en el sistema de recompensa del cerebro.

“Por eso se requiere medicación, porque el cerebro no está generando lo básico para que la persona se mueva siquiera que salga de la cama”, explica la Maynné Cortés, psicóloga en Laboratorio Afectivo y activista neurodivergente, en entrevista sobre ciertos casos.

"Las funciones ejecutivas son las que te permiten planificar tu día, ejecutar tus planes, realizar tareas que involucran más de un paso, y te ayudan a evitar sentirte abrumado cuando te enfrentas a una pila de trastes. También son las que te permiten priorizar según la importancia en lugar de la motivación", afirma Maynné Cortés, quien también disfruta de comunicar sobre psicología con perspectiva de justicia social.

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Específicamente, la mayoría de las neurodivergencias se caracterizan por tener "diversidad funcional", como ella las denomina, ya que especifica que más bien las funciones ejecutivas no hacen lo propio. El término "disfunción ejecutiva" es acuñado principalmente de manera clínica.

Qué es la neurodivergencia

El término neurodivergente se ha definido como "tener un cerebro que funciona de un modo que difiere significativamente de los estándares sociales dominantes de ‘normalidad’”.

La neurodiversidad se refiere a las distintas formas en que los cerebros funcionan y procesan la información. Reconoce a los neurotipos como la dislexia, el autismo y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) como diferencias naturales en la cognición, de acuerdo con las definiciones que recoge Damian Mellifont, investigador de neurodivergencias en el Centro para la Investigación y Desarrollo de Políticas de Discapacidad en la Universidad de Sydney, Australia.

Mayor empatía hacia la neurodiversidad

Fernanda es una joven originaria de la Ciudad de México que ofrece servicios de limpieza para el hogar. Su proyecto se diferencia por ofrecer "organización y terapia" a personas que están pasando por crisis de depresión, ansiedad o que son acumuladores compulsivos. Entre los servicios que realiza, se encuentran la depuración de áreas, limpieza profunda, limpieza general y limpieza de áreas específicas. Por hora, cobra 110 pesos en la Ciudad de México.

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Como parte de su estrategia de promoción, Fernanda publica fotografías antes y después de su trabajo en espacios que previamente estaban llenos de objetos en el suelo e incluso con cuadros mal acomodados, en comparación con un ambiente ordenado.

Al publicitar su trabajo, varias personas le preguntan sobre su disponibilidad para limpiar el espacio de un familiar recién fallecido, lo cual les resulta difícil abordar. También, recibe solicitudes de personas que padecen enfermedades crónicas y admiten no tener energía en ocasiones para hacerlo ellas mismas. Además, hay recomendaciones de otras clientas que destacan su rapidez y amabilidad.

TDAH, logros y desencuentros

La autora e ilustradora parisina Alice Gendron compartió la noticia de la publicación de su nuevo libro con sus seguidores en Instagram. En una caricatura de sí misma, como a menudo publica, se cuestiona la aparente contradicción de publicar un libro y recordar que tiene una gran pila de ropa sucia.

Alice, quien también es bloggera sobre sus experiencias con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y traducida a más de tres idiomas, aborda una experiencia de vergüenza común que enfrenta la población neurodivergente frente a los estándares de orden y limpieza.

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Y, aunque parezca paradójico, proyectos cognitivamente desafiantes como escribir un libro pueden resultar más atractivos y más “fáciles” de lograr para personas con TDAH que las tareas que parecen cotidianas.

Como está tu casa ¿está tu mente?

“Odio la frase que dice que ‘como está tu casa, está tu cabeza’; o sea, tengo TDAH, mi cabeza es un caos, pero no quiere decir que no puedo hacer todo lo que hago muy bien. Sólo tengo 17 voces al mismo tiempo que me gritan cosas distintas, me distraigo todo el día, no lavo platos, se me olvida que estaban ahí, pero son procesos distintos”, reclama Maynné Cortés.

La limpieza y el orden son símbolo de estatus y de éxito; por ende, lo opuesto se asocia a ser una persona sin valor o prestigio. Son valores que, socialmente hablando, quitan o aumentan valor moral a una persona y son temas que se aprenden desde muy pequeños, por ello la psicóloga de Laboratorio Afectivo recomienda cuestionar los estándares que tenemos muy arraigados sobre el orden.

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La tiktoker de limpieza Aurikatarina acumula visitas en sus videos, en los cuales depura espacios y casas de personas con problemas de salud mental o que han acumulado objetos y basura durante años. Tiene más de 10 millones de seguidores y sus videos pueden resultar sumamente satisfactorios (que es una categoría en las clasificaciones del algoritmo de TikTok) por sus métodos efectivos para, por ejemplo, eliminar el cochambre de años en lavabos.

Sin temor alguno, ha mostrado incluso videos en los que se ven cacerolas con comida acumulada durante meses, que ya han cultivado gusanos. Ella muestra cómo limpia y se deshace de ese tipo de escenarios ya que afirma que “cuanto más sucio, mejor”.

Aurikatarina, de origen finlandés, realiza esta tarea de manera “gratuita”, porque para ella son personas que requieren de cierta ayuda; sin embargo es patrocinada y recibe pagos por parte de varias marcas relacionadas a productos de limpieza, como Scrubdaddy. Gracias a su viralidad, la influencer se dedica a limpiar casas en todo el mundo desde donde soliciten su ayuda sin cobrar nada.

Replantear nuestra relación con el orden

Un espacio limpio no te proporciona más valor, y un espacio sucio no te lo resta, según la psicóloga Maynné.

"El nivel de orden y limpieza en tu espacio no es un indicador moral de quién eres, ni para bien ni para mal. Son indicadores de muchas cosas, pero no de tu capacidad para realizar otras actividades", afirma Maynné Cortés de Laboratorio Afectivo en una entrevista.

La culpa y la vergüenza existen entre la población neurodivergente debido a la dificultad que experimentan al llevar a cabo tareas que, en apariencia, son consideradas socialmente como las más básicas para la supervivencia. Aunque pueden desempeñar otras actividades de manera competente, como en el caso de la autora Alice, no dejan de tener un peso importante en nuestro imaginario.

Y sí, la culpa y la vergüenza pueden ser un buen motivador para el quehacer del trabajo doméstico, pero Maynné enseña que hay otras formas de aproximarse al orden en su taller virtual: “Limpiar y organizar sin morir en el intento”.

¿Qué se puede hacer?

La psicóloga Maynné Cortés hace las siguientes acotaciones para tomar en cuenta y abordar el tema de la salud mental y limpieza:

  1. Para la población cuyas funciones ejecutivas se desempeñan dentro de los estándares socialmente aceptados, es importante tener empatía por la diversidad funcional de manera colectiva para entender mejor la salud mental de quienes nos rodean.

  2. Entender que son los espacios los que se ordenan y no uno como persona. Es decir, olvida frases estigmatizantes como “Como está tu espacio, está tu mente” o “la depresión es para gente sin quehacer”.

  3. Entender que para las personas neurodivergentes es su cerebro el que no se puede aproximar a tareas de orden y limpieza de la misma forma que la normativa. No significa que sean personas flojas.

  4. Delegar tareas de limpieza y depuración al contratar servicios es otra opción sin culpa, porque de nuevo, contar con estos servicios no te da ni te resta status. Es como tener una lesión en el tobillo: probablemente necesites ayuda externa para realizar tareas, ¿por qué no la aceptarías también durante la depresión?

  5. Hacer acuerdos con uno mismo sobre las ideas preconcebidas de orden y limpieza que aprendimos en el pasado o en otros contextos y aceptar que se pueden hacer ajustes a esas reglas que se acomoden mejor a la capacidad y disponibilidad que cada uno tiene.

  6. Dejar de lado la falsa creencia de “si yo no puedo hacer esta actividad que es fácil, no podré hacer aquella que es complicada”, que en general no aplica, pero para cerebros neurodivergentes tampoco.

  7. Con respecto a los espacios: no eres tú quien se tiene que ajustar al entorno, es el espacio en donde habitas el que te debe acomodar. Dejar de lado la visión normativa de cómo deben ir las casas, los dormitorios o las salas y adecuarlos a lo que te funcione.

  8. Si dejas que se acumulen 10 platos hasta que te incentives a lavarlos, ten solo los platos para cada integrante del hogar y lávalos cada vez que debas usarlos. Olvida las vajillas extensas de casa de tu abuelita, ya ni siquiera hay tantos integrantes por familia nuclear.

Si deseas recibir orientación sobre salud mental, puedes aproximarte a tu Unidad de Medicina Familiar en México del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que cuenta con profesionales de psicología o bien, comunicarte al teléfono 800 2222 668, donde la opción, 4 es para salud mental, donde brinda orientación sobre temas relacionados a la salud mental como depresión y ansiedad.

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