El melancólico ‘like’ de Melania Trump en Twitter que ha desatado especulaciones sobre su matrimonio

¿Ha entrado Melania Trump al terreno de usar Twitter como herramienta para sacudir y provocar, para generar reacciones e incitar la discusión pública? ¿O simplemente ha mostrado, para que lo escuche quien le corresponda, un desasosiego con su vida personal y, en lo específico, en su relación con su esposo, el hoy presidente Donald Trump?

Esas interrogantes las ha desatado lo que sería un singular ‘like’ que Melania Trump (o al menos quien opera la cuenta oficial @MelaniaTrump en Twitter) hizo a un tuit de un bloguero en el que se dice que el único muro que el presidente ha logrado levantar hasta ahora es el que lo separa de su propia esposa.

Ese ‘like’ ha desatado chismes y comentarios, desde el cotilleo sentimental hasta análisis de tono político.

Un ‘like’ en Twitter ha desatado la especulación sobre un ‘distanciamiento’ entre Melania y Donald Trump. (Yahoo)
Un ‘like’ en Twitter ha desatado la especulación sobre un ‘distanciamiento’ entre Melania y Donald Trump. (Yahoo)

Esta anécdota se suma a los dimes y diretes sobre el peculiar perfil que ha mantenido la actual primera dama, pasivo y distante, sobre todo si se le compara con algunas de sus antecesoras o, incluso, con el de su hijastra, Ivanka Trump, muy activa en actos y decisiones de la Casa Blanca. Y ya no se diga si se pone como referencia el torbellino de su marido, el presidente Trump.

Para empezar, Melania no vive en Washington, pues se ha dicho que optó por quedarse en Nueva York, en su residencia en la Torre Trump, para no alterar las actividades escolares de su hijo Barron. Y no ha asumido un rol protagónico en las tareas de la Casa Blanca, como muchas de sus antecesoras han hecho. ¿Eso ha sido una consecuencia o la causa de su bajo perfil? Es difícil saberlo, aunque el mencionado ‘like’, con toda su melancolía y de ser real, no haría sino mostrar lo que otros presidentes y primeras damas han reconocido en el pasado: el enorme peso de la Presidencia afecta y cambia a las personas vinculadas a ella, en mayor o menor grado.

Aunque Melania parece un caso especial, en el pasado otras primeras damas han optado por mantener un papel discreto, o al menos mesurado en comparación con algunas de las más activas esposas de presidentes estadounidenses. Por ejemplo, Eleanor Roosevelt, Jacqueline Kennedy, Nancy Reagan, Hillary Clinton y Michelle Obama asumieron papeles de gran notoriedad e influencia, algunas en la esfera pública y otras en lo íntimo de la Casa Blanca. En comparación con ellas, e incluso con otras menos asiduas a las controversias mediáticas como Barbara Bush, el perfil de Melania Trump luce muy reducido, sin una agenda específica ni actividades más allá de asistir a eventos en compañía de su marido.

Hasta hora, mucho de lo que una Primera Dama ha hecho en el pasado, de modo formal o informal, ha quedado vacante o ha sido asumido, por ejemplo, por Ivanka, muy activa en recepciones con dignatarios extranjeros e incluso en labores de asesoría de su padre, el presidente.

El misterio sigue, en todo caso, pues las peculiaridades de la relación, influencia y comunicación en el matrimonio Trump es algo que les compete a ellos y que sólo sería conocido por su grupo más cercano. La privacidad, incluso en el caso de figuras de prominencia pública tan enorme como los inquilinos de la Casa Blanca, es un asunto que debe respetarse cuando no tiene implicación o relación con los asuntos públicos.

En todo caso, sean cuestiones reales o ‘fake news’, a las redes sociales les ha fascinado la idea –como sucede con las relaciones emotivas en el mundo de la farádula– la idea de un distanciamiento o incomprensión entre Donald y Melania Trump.

Y es posible que Melania Trump no haya en verdad dado ese ‘like’ en Twitter de modo premeditado. Como se comenta en el periódico International Business Times, quizá lo hizo por error o fue el resultado del dedazo de un intrusivo o atolondrado asistente. Basta recordar el asunto del ‘plagio’ de frases de un discurso de Michelle Obama que se detectó en el mensaje que Melania dio en la Convención Republicana de 2016.

Y aunque el papel de Melania ha sido muy discreto hasta ahora, lo cierto es que su índice de popularidad es importante. Mientras el presidente Trump encara niveles de aceptación históricamente bajos para un mandatario debutante, en marzo pasado Melania gozaba de 52% de aceptación, de acuerdo a CNN. Un porcentaje muy favorable, y que sería de ensueño para su esposo, estancado en el orden del 41-42%, según FiveThirtyEight.

Se bajo perfil ha sido, también, una fortaleza y podría servirle de base para una actividad futura.

Sea como sea, el incidente del melancólico tuit abona a la telenovela familiar de la Casa Blanca, un melodrama que, con todo, se queda detrás en rating y consecuencias ante el drama de acción e intriga en el que se ha convertido el gobierno de Trump.

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