El jugador al que Jesús Gil arruinó la vida durante su presidencia en el Atlético de Madrid

Jesús Gil fue presidente del Atlético de Madrid y alcalde de Marbella (Tom Stoddart/Getty Images)
Jesús Gil fue presidente del Atlético de Madrid y alcalde de Marbella (Tom Stoddart/Getty Images)

Son tiempos de biopics, de retratos audiovisuales sobre personajes que admiramos o, cuánto menos, despiertan cierta curiosidad en nosotros. Ya sea en formato de ficción o de documental, el éxito en las salas de cine y en las plataformas de contenido a la carta está dando la razón a los creadores de filmes sobre artistas y demás personalidades de interés. Jesús Gil navegó entre esas dos aguas y muchas más, por eso se ha fraguado una serie emitida en HBO España en la que la audiencia tiene la oportunidad de conocer un poco más sobre ‘El Pionero’, título del documental que retrata la vida de uno de esos héroes chapados a la española.

Adorado y odiado. Ejemplar y vergonzoso. Emprendedor y estafador. Las facetas de Gil, fallecido en 2004, no dejan indiferente a nadie y, claro, al final se le acaba admirando por personaje que fue, por su descaro y su manera de presentarse a sí mismo, a los suyos y con lo suyo. Porque suya fue la ciudad de Marbella en la que fue alcalde y suyo fue el Atlético de Madrid que presidió. Por supuesto, suyos fueron también los santos cometidos con los que tocó la moral a muchas personas, entre ellas a un personaje desconocido que pensó haber palpado la gloria cuando realmente lo que acarició fue el despropósito.

Fotograma de Limamou Mbengue en 'Equipo de Investigación'/La Sexta.
Fotograma de Limamou Mbengue en 'Equipo de Investigación'/La Sexta.

Si a Limamou Mbengue se le pregunta qué significó para él Jesús Gil, puede que sus ojos negros se claven como espadas y uno prefiera perderse en el blanco de su esclerótica. El entonces presidente del Atlético trató a este joven senegalés como una estrella para luego bajarlo al subsuelo con honores de albero. Estuvo cinco años en el conjunto colchonero y no cobró nada por sus servicios. Ni las promesas vacías del todopoderoso presidente pudieron quebrar el sueño de este futbolista víctima de un fraude que comenzó desde el momento mismo en que fue fichado en 1994.

“Yo y mi familia estamos muy jodidos. El Atlético me engañó. Me hicieron un contrato diciéndome que la libertad de los dueños del club dependía de mí y después se rieron en mi cara”, afirmó al diario El País en un artículo publicado en 2006.

Jesus Gil y Gil junto a su mujer e hija. (Dusko Despotovic/Sygma via Getty Images)
Jesus Gil y Gil junto a su mujer e hija. (Dusko Despotovic/Sygma via Getty Images)

Lima pensó que había sido uno de los elegidos cuando Gil lo valoró en alrededor de 300 millones de las antiguas pesetas (más de 1.8 millones de euros) una cifra astronómica que tan solo fue parte de una operación más amplia, y considerada como fraudulenta, de 15 millones de euros (2,700 millones de pesetas) en la que había otros tres jugadores involucrados. Esa fue la cantidad por la que la Fiscalía le acusó de apropiación indebida durante su gestión del club entre 1992 y 1997. En lugar de saldar su deuda con dinero contante y sonante, lo que hizo la familia Gil fue ceder los derechos de cuatro futbolistas (pseudo futbolistas a la postre) al Atlético a través de otra sociedad que gestionaban, Promociones Futbolísticas, en la que supuestamente representaban a jugadores. La suma del valor de los “cuatro negritos” era suficiente para quedar en paz en una jugada que Gil pensó que era maestra antes de que se le fuera de las manos.

Aquellos futbolistas acabaron viviendo realidades muy distintas a lo que un día llegaron a pensar. Fueron utilizados por un magnate de los años noventa que directamente ni les pagaba. Tal es el caso de Mbengue, quien durante cinco años no vio un céntimo, como él mismo aseguró al programa de La Sexta, ‘Equipo de Investigación’, quienes le localizaron en Dakar, Senegal.

Jesús Gil se dirige a los aficionados del Atlético de Madrid en la temporada 94/95 (Quim Llenas/Getty Images)
Jesús Gil se dirige a los aficionados del Atlético de Madrid en la temporada 94/95 (Quim Llenas/Getty Images)

“Yo estuve cinco años en el Atlético de Madrid sin cobrar un céntimo, desde el año 94 al 2000. Ellos cobraron por mí 300 millones de pesetas más IVA” afirmó. Además de estar en una situación precaria en la que ni siquiera le pagaban el abono de transporte público, los Gil, con Miguel Ángel Gil Marín como portavoz, le pidió un favor cuando salió a la luz la trama del denominado ‘caso negritos’.

“Me dijo, tú lo único que tienes que hacer es cuando vayas a la Audiencia Nacional, declaras a mi favor. Cuando terminó mi contrato fui a la oficina a hablar con Gil Marín, le pregunté por mi futuro y se rio en mi cara. Esta camiseta la he sudado cinco años gratis”, sentenció en la cabaña que comparte con su mujer, su hijo y 13 miembros de su familia.

Lima se dedica a vender fruta en las calles de Dakar y probablemente jamás vea el documental sobre aquel jefe que tuvo y que le utilizó para arruinarle la vida después de hacer malabarismos con sus sueños.