El insólito desplome de AMLO y Morena en CDMX; la 4T pierde lo que parecía imposible

Andrés Manuel López Obrador, President of Mexico, removes his face mask outside the Museum of the Ministry of Finance and Public Credit located in the Zócalo of Mexico City, after casting his vote that will define the incumbents of the 16 mayoralties, 160 councilors and 66 seats in the Congress of Mexico City, as well as for the first time a migrant deputy.  (Photo by Gerardo Vieyra/NurPhoto via Getty Images)
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Los resultados electorales admiten múltiples enfoques de interpretación, lo que para unos es un triunfo para otros es un fracaso. Eso fue lo que paso en las elecciones intermedias que se realizaron en México, con miles de puestos de elección popular en disputa, miles de casillas para la recepción del voto y millones de ciudadanos manifestando, uno a uno, su voluntad presente para efectos futuros.

En la Ciudad de México se manifestaron los ciudadanos como no lo habían hecho desde que, en 1997, el PRD, con Cuauhtémoc Cárdenas, ganó la jefatura de gobierno. Durante 21 años, hasta 2018, la CDMX había refrendado su apoyo mayoritario a la “izquierda”. Casi la totalidad de las delegaciones, ahora alcaldías, fueron gobernadas por políticos cuyo origen fue el PRD o Morena.

Durante 24 años se consideró que la gran reserva de votos de la izquierda era la CDMX. Sus reformas sociales como la pensión a los adultos mayores, la autorización de los matrimonios entre individuos del mismo género, el apoyo a las madres solteras, la legalización del aborto, el respeto al derecho de manifestación y demás, convirtieron a la Capital del país en una ciudad de libertades que, en otras entidades, hasta hoy, no han fructificado.

La CDMX concentra una gran actividad cultural, en ella se desarrolla la ciencia y tecnología, apoyada principalmente por la Universidad pública, la actividad social y política es una realidad que se expresa de manera cotidiana con movimientos como el feminista o de los ciclistas que adoptan causas para reivindicar derechos, en ocasiones soslayados por el gobierno.

Durante casi tres años el presidente Andrés Manuel López Obrador, con su discurso político ideológico, ha polarizado a la sociedad. Sus decisiones económicas lo mismo que la cancelación del AICM y la construcción del aeropuerto de Santa Lucia, y recientemente las nuevas rutas de entrada y salida de aviones a la CDMX, significaron retrocesos para los habitantes de la ciudad, afectaciones financieras para múltiples negocios y la cancelación de empleos y no creación de otros en el futuro.

La atención que el gobierno Federal ha dado a la pandemia no solo afectó la salud y causó la muerte de muchos, también significó el cierre de miles de pequeñas y medianas empresas, la pérdida de empleos y el incremento de problemas sociales como el comercio informal, la delincuencia y la prostitución en la ciudad, entre otros.

El día después de las elecciones intermedias en la Ciudad de México, es diferente al que se había experimentado en los pasados cinco lustros. El dominio casi absoluto de la “izquierda” desapareció. La Capital amaneció polarizada, lo que podría interpretarse como un “logro” del discurso político electoral que se expresa todas las mañanas en Palacio Nacional.

Los partidos aliados PAN, PRI y PRD ganaron 9 de las 16 alcaldías en disputa. Lo que para Morena y sus dirigentes reales y formales es un retroceso y significa que, los ciudadanos de su principal reservorio de votos no aprueban su gestión de gobierno y se expresan retirando su apoyo.

Mas de la mitad de los ciudadanos de la CDMX, con su voto expresaron que no están de acuerdo en que se esté extraviando la ciudad de las libertades, reclaman que la “izquierda” haya traicionado los principios que la convirtieron en la vanguardia en el país, cuando recortó los presupuestos a favor de la cultura, el desarrollo de la ciencia y la tecnología y toleró y apoyó a un acusado de violación como Félix Salgado para que llegara al poder utilizando a su hija, haciendo evidente el desprecio al movimiento feminista y demás.

La coalición de partidos de oposición avanzó y lo hizo no por el reconocimiento a sus propuestas, porque no las hubo. Sus triunfos en las alcaldías de la CDMX deben interpretarse como la manifestación del voto útil ejercido por los ciudadanos para ponerle límites a López Obrador en consecuencia a Claudia Sheinbaum, en ese orden.

El voto adverso a Morena es también la expresión de que el cariño por López Obrador empezó a caer en la CDMX. El voto urbano se expresó y dejó dividida en dos a la Capital. La alcaldía de Tláhuac se mantuvo leal a Morena a pesar del derrumbe de la Línea 12 del Metro. El partido en el poder perdió en nueve alcaldías de las 16 que estaban en disputa.

El presidente López Obrador reconoció en su conferencia de prensa mañanera la derrota que sufrió su partido en las alcaldías de la CDMX, justificó el resultado con una “explicación” falaz: “Aquí sí ha tenido efecto la campaña de desprestigio, la guerra sucia. Todavía antier estaban hablando por teléfono a las casas, metiendo miedo.”

Para superar la derrota, López Obrador recomendó “trabajar más y tener en cuenta que aquí hay más bombardeo de medios de información, aquí es donde se resiente más la guerra sucia. Aquí está todo, siempre les he dicho, ponen el radio y es en contra, aturden y confunden, es propaganda, día y noche en contra”.

El resultado electoral en la CDMX fue el derrumbe de Morena en su principal bastión. Podría significar que donde empezó a crecer empieza su declive. Es un aviso para la disputa por el poder presidencial en 2024. Es un “pronostico” del voto urbano para el 2022 cuando se vote la revocación de su mandato.

Perdió Morena. Perdió Andrés Manuel y arrastraron a Claudia. Así es la política.

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