El hombre que murió salvando a varios niños en un estadio de Maine ocultaba un terrible secreto

Douglas Parkhurst se encontraba en Goodall Park en Sanford, Maine, mirando un juego de béisbol, cuando un auto entró en el terreno a toda velocidad y erráticamente.

(ABC News)
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Parkhurst, nativo de Nueva York y veterano de Vietnam, sacó a varios niños del camino e intentó cerrar una puerta del estadio para mantener el vehículo dentro cuando fue atropellado. Lo conducía una mujer, Carol Sharrow.

“Vi el auto salir por la puerta, y este tipo tenía algunos niños con él”, dijo un testigo a News Center Maine. “El hombre mayor empujó a los niños fuera del camino. Fue impactado en vez de los niños”.

La conductora huyó pero fue detenida posteriormente. Parkhurst, de 68 años, falleció poco después.

“Queremos compartir nuestra sincera gratitud de que físicamente todos los jugadores de Babe Ruth y Little League están a salvo”, publicó la Sanford Maine Little League en Facebook después del incidente. “Y nuestro profundo pesar por la familia del hombre valiente que dio su vida esta noche para proteger a los demás”.

Sin embargo, el valiente anciano escondía un oscuro secreto. En 2013, confesó haber atropellado con su auto a una niña de cuatro años, y luego darse a la fuga.

En su confesión detalló que se hallaba detrás del volante de su Buick Special con su hermano Lenny después de una noche de juerga cuando atropelló a la pequeña el día de Halloween de 1968.

Carolee Ashby cruzaba una calle en Fulton, Nueva York, con su hermana mayor, Darlene, informó el Post-Standard en 2014. Era el cumpleaños 15 de Darlene y las hermanas habían salido a comprar velas para un pastel. Carolee estaba comiendo un helado mientras cruzaba de la mano con Darlene en la intersección. Darlene luego explicó que de repente sintió un tirón en su brazo.

“Por un segundo, no sabía si alguien había tratado de arrebatarme a Carolee”, relató. “Supe inmediatamente que Carolee no estaba allí”.

Un automóvil que pasaba se había desplazado hacia la mitad de la carretera, golpeando a Carolee. Un automovilista que presenció el accidente más tarde le dijo a la policía de Fulton que creía que un oso de peluche había sido golpeado y arrojado. La niña perdió sus botas negras de vaquero; estaban a 20 pies de donde su cuerpo yacía cerca de la acera.

El conductor salió corriendo. No mucho después del accidente, la policía de Fulton recibió información de que un joven de 18 años llamado Douglas Parkhurst había chocado su Buick contra un poste y regresó a casa llorando en Halloween. Parkhurst fue entrevistado durante dos horas, pero negó su participación en el fatal accidente.

Los investigadores observaron el daño a su automóvil e incluso lo obligaron a llevar a los agentes a donde afirmaba que había golpeado su auto contra una barandilla de la carretera, informó el Post-Standard. Pero la policía no siguió a Parkhurst. Luego se fue a servir a Vietnam y regresó a la región. El caso estuvo abierto durante décadas, pero no fue olvidado.

En 2012, después de que Russ Johnson se retiró de la policía, escribió una publicación en Facebook sobre el homicidio no resuelto de Carolee en 1968. La nota provocó que una mujer que vivía entonces en Florida presentara nueva información. Ella les dijo a los investigadores que los Parkhursts le habían pedido que dijera que había estado con ellos en Halloween en 1968. Ella se negó, sospechando que la solicitud estaba relacionada con el atropello de la niña.

Pocos meses después la policía volvió a interrogar a Parkhurst. Aunque inicialmente lo negó, terminó confesando el delito. Dijo que no recordaba detalles, más allá de que estaba borracho y que había golpeado algo. También admitió que le mintió a la policía sobre los daños a su auto, y estar sorprendido de que los agentes nunca investigaron a fondo sobre eso.

Debido a que su confesión se produjo después de que el estatuto de limitaciones había expirado, Parkhurst eludió ir a la cárcel por el delito.

Al conocer del fallecimiento del hombre, Darlene, la hermana de Carolee, dijo que parecía “que el círculo se ha cerrado”.

“Ahora estoy aliviada. Lo mismo que le sucedió a mi hermana le sucedió a él. Hizo un círculo completo. Ahora es el momento de seguir adelante”.

Sin embargo, cree que no está en condiciones de perdonar al hombre que le arrebató la vida a su hermanita. “Sé que mi madre habría estado agradecida de que los niños se salvaron”, le dijo al Press-Herald. “Alguna vez puedo perdonarlo, pero no ahora”.