El gran desafío que enfrentaría el kirchnerismo

El gran desafío que enfrentaría el kirchnerismo

Durante los más de 10 años del kirchnerismo en el poder, un aspecto se tornó crucial en relación a la gobernabilidad: la mayoría en ambas cámaras del Congreso de la Nación para llegar al quórum propio. Sin embargo, a partir de marzo del año que viene, el parlamento tendrá otra conformación que, de ganar Daniel Scioli con los resultados de las PASO, podrían dificultar ciertos aspectos de la gobernabilidad. El termómetro parlamentario, a 10 días de las elecciones nacionales.

Qué se renueva

La nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto final. La estatización de las AFJP, la de YPF, la nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y el matrimonio igualitario. Los hitos del kirchnerismo fueron casi todas leyes que se pudieron aprobar con pocos impedimentos: en la mayoría de ellas hubo quórum propio. Pero, ¿qué escenario parlamentario le tocaría a Daniel Scioli, candidato a presidente del FpV, si se dieran los resultados de las PASO?

Un escenario de negociación, en el mejor de los casos, y adverso en el peor de ellos: de repetirse los números de las primarias, el kirchnerismo perdería 20 bancas en Diputados y con ellas el quórum propio. Lo primero que hay que aclarar es que en estas elecciones el kirchnerismo renueva las bancas de diputados que ganó Cristina Fernández de Kirchner con el amplio 54 por ciento de los votos en 2011. Son 77 los escaños que pone en juego en la Cámara Baja, y para mantenerlos, Scioli debería sacar un porcentaje similar a la histórica cifra de CFK.

(AP Photo/Victor R. Caivano)
(AP Photo/Victor R. Caivano)

Recordemos los resultados del 9 de agosto: Scioli sacó 38.41 puntos, Mauricio Macri (Cambiemos) 30.07 y Sergio Massa (Frente Renovdaor - UNA) 20.63. Con estos números, y debido al sistema D’Hondt de distribución proporcional de escaños, el kirchnerismo perdería 19 bancas, quedándose con 111, a una distancia de 18 de las 129 necesarias para llegar al quórum. Cambiemos conseguiría 21 bancas más, llegando a las 83. UNA ganaría 13, llegando a 25, y el resto de la Cámara de Diputados quedaría conformada por 6 legisladores de Progresistas, 3 de la izquierda y 19 de otros partidos (número que conviene retener, en tanto puede ser clave para futuras alianzas). ¿Qué significa todo esto para el análisis político?

Un panorama distinto para el kirchnerismo

“Seguramente el tamaño del bloque del Frente para la Victoria se va a reducir un poco”, explica Marcelo Leiras, director de las Carreras de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés. Esto significa que el kirchnerismo perdería su autonomía para tratar en la Cámara Baja los proyectos de ley, dependiendo más de de las alianzas con UNA y otros partidos. Y, sobre todas las cosas, que la agenda legislativa podría dejar de marcar el pulso de las discusiones del oficialismo, para abrirse a las negociaciones con sus ahora rivales en el parlamento.

Para Leiras, el rol de Scioli sería fundamental en este hipotético escenario: “Independientemente del tamaño que tenga el bloque kirchnerista, la tarea de Scioli va a ser disciplinar diputados. Varios de ellos tienen fidelidad con los gobernadores, y otros con la Presidenta -que no son la mayoría-”, esquematiza el politólogo. Un dato no menor: hay más lealtades a los gobernadores provinciales en Diputados que a la saliente Presidenta, según desliza Leiras.

(AFP/Archivo | Juan Mabromata)
(AFP/Archivo | Juan Mabromata)

La fuerza más ganadora sería la de Cambiemos, con una salvedad que debe ser alcarada: al tratarse de una coalición electoralista, las divisiones entre UCR y PRO podrían ocasionar ciertas disonancias a la hora de tratar una ley. Con lo cual, ganar más bancas no necesariamente implica tener una hegemonía mejor consolidada en las discusiones del Congreso.

En el Senado, el panorama es bien distinto. Aún con los resultados de las PASO, el kirchnerismo llegaría a los 39 escaños. En la actualidad tiene 35, y pondrá en juego siete bancas, pero se quedaría con 11 de las 24 que se disputarán en esta elección. El quórum en la Cámara Alta es de 37 legisladores, con lo cual para el tratamiento de temas nacionales (función primordial del Senado), el kirchnerismo estaría más cómodo que en Diputados.

Cabe la pregunta por los decretos, función del ejecutivo que ha sido utilizada por el kirchnerismo en más de una ocasión (de hecho, la Asignación Universal por Hijo no es una ley, sino un decreto): ¿no podría “gobernar por decreto” para suplir un potencial déficit mayoritario en el poder legislativo?

Legislar por decreto siempre es costoso. Es menos firme que la legislación aprobada, y es necesario para un Presidente contar con apoyos políticos manifiestos. Eso es lo que representa una ley: una manifestación de apoyo político”, explica Leiras. Es decir, el Parlamento funcionaría en este panorama más adverso para el kirchnerismo como un contrapeso del Ejecutivo, función para la cual fue diseñada la tripartición de poderes en el modelo republicano.

Los borocotazos: un termómetro de lo que vendrá

Es necesario aclarar, sin embargo, que pensar en un escenario similar a las PASO es apenas orientativo. Teniendo en cuenta que había más candidatos en las primarias que dispersaban más el voto, y que para las definitivas las opciones se redujeron, la variable de los porcentajes obtenidos por los candidatos que hoy pasaron ya podría verse alterada. “Las PASO no son una perfecta predicción de lo que podría ocurrir el 25 de octubre pero dan una idea aproximada. Es cierto que no se va a repetir exactamente, pero a la vez es probable que se de un escenario similar al del 9 de agosto”, cuenta Leiras a Yahoo Noticias.

En cuanto a ese hipotético escenario que enfrentaría Scioli, se tornan centrales las alianzas para el politólogo: “De darse esta situación, Scioli trataría de juntar todos los votos peronistas, y muchos de ellos van a venir de UNA. Digo peronismo en sentido de legisladores electos en listas que apoyan los gobernadores de cada provincia, y personalidades que son de cuño peronista que ya están hoy en UNA”.

En esta dirección, no es menor tener en cuenta los “borocotazos” que puedan darse: aquellos funcionarios que pueden saltar en este tiempo de una fuerza política a la otra, e incluso después de los comicios generales.

La capacidad de adaptación es una de las virtudes más preciadas de la política, y algunos funcionarios ya demostraron que la tienen intacta. Ellos podrían ir marcando el termómetro del nuevo mapa en Diputados: Héctor Daer, Secretario General de ATSA y diputado nacional del Frente Renovador, dio señales de pasar al Frente para la Victoria. Alberto Roberti, jefe del bloque de Sergio Massa en Diputados, salió al cruce de las críticas a su mujer, la también diputada Mónica López, quien pasó del FR al FpV. Sería una pieza clave, que también dio señales de poder arribar al kirchnerismo.

Facundo Moyano, hijo del histórico dirigente sindical Hugo Moyano y hoy candidato de Massa, dijo que si Scioli gana las elecciones, estará “cerca” de él. “La mayoría del bloque massista apoyará a Scioli si hay balotaje”, arriesgó Marcelo Helfgot, acreditado en el Congreso, a Yahoo Noticias.

En este contexto, salvo las fallidas retenciones móviles en 2008, cuando el entonces vicepresidente Julio Cobos desempató con su famoso voto “no positivo”, el kirchnerismo no tuvo demasiados problemas a la hora de aprobar una ley.

Así, el escenario que enfrentaría Daniel Scioli de darse unos resultados similares a los de las PASO podría empezar a empañar el panorama de la aceitada maquinaria parlamentaria kirchnerista que Cristina supo hábilmente construir, cuidar y hacer rendir durante su último mandato.

Por @JuanBrodersen