Le arrebatan una bebé recién nacida a sus padres en un hospital de Miami con la dudosa orden de una corte tribal

Una bebé recién nacida fue sustraída de un hospital en el área de Miami, arrancada de los brazos de sus padres y se desconoce su paradero y el estado en que se encuentra. Y aunque muchas voces claman que se trató de una acción ilegal e inhumana, las singulares circunstancias del caso mantienen en enorme incertidumbre cuál será el destino de la bebé y cuáles las responsabilidades que habrán de enfrentar los implicados en su punzante separación de sus progenitores.

Ingrid Ronan Johnson nació hace unos días en el Hospital Baptist en Kendall, en el sur de Florida, hija de Rebecca Sanders, de 28 años, y de Justin Johnson, de 36. Ella es integrante de la tribu india Miccosukee, cuya reservación se ubica en el área de los Everglades, y él es de raza blanca.

Pero a poco de nacida la pequeña, su abuela materna, Betty Osceola, que también es parte de los Miccosukee, obtuvo una orden de una corte tribal para arrebatarle la custodia de la niña a la madre, la propia hija de Osceola, y logró con el apoyo de policías de su reservación y la complacencia aparentemente negligente de policías de Miami-Dade llevarse a la bebé del hospital, según el relato del periódico Miami Herald.

La bebé Ingrid Ronan Johnson fue sustrída en Miami de los brazos de su madre por una dudosa orden de la corte de la tribu Miccosukee. (Captura de video NBC)
La bebé Ingrid Ronan Johnson fue sustrída en Miami de los brazos de su madre por una dudosa orden de la corte de la tribu Miccosukee. (Captura de video NBC)

Pero la orden de la corte de la reservación Miccosukee carece de validez fuera de su jurisdicción y, por añadidura, ni siquiera establece lo que la madre habría hecho mal para que se le quitara la custodia de su hija. Sanders incluso no recibió los documentos de esa corte sino hasta un día después de que le quitaron a la niña y en ellos, para colmo, no se dice qué mal hizo ella para que procediera que se le cancelara la custodia y se le entregara a su madre, abuela de la bebé.

El mismo hospital ha sido criticado por haber permitido la sustracción de Ingrid, y aunque esa institución ha indicado que lo hizo porque junto a los policías tribales se presentaron policías de Miami, al parecer esos oficiales estaban allí por una confusión o un engaño. Y los policías de la tribu Miccosukee, como la orden de su corte, no tienen jurisdicción fuera de su reservación.

Así, hay un severo clamor al respecto al grado de que el senador federal Marco Rubio afirmó que la orden de la corte tribal en realidad fue utilizada para secuestrar a la pequeña Ingrid.

En ese sentido, al parecer los policías de la reservación Miccosukee dijeron que portaban una orden de un juez federal y solicitaron apoyo a la policía de Miami-Dade, que envió a sus oficiales como acompañamiento. Pero en realidad no había tal orden de un juez federal, sino la de la corte tribal que no tenía jurisdicción, pero ni el hospital ni los policías de Miami se enteraron o, si lo hicieron, optaron por no oponerse.

Este incidente pone a prueba los límites de la jurisdicción y extensión del estatus de nación soberana que disfruta la tribu de los Miccosukee en la Florida. Como apunta EFE, los miccosukees vive en gran parte, como muchas otras tribus en EEUU, de la explotación de casinos y cuentan con inmunidad soberana en sus reservas.

Por el momento, de acuerdo a NBC, el director de la Policía de Miami-Dade indicó que se analiza lo que pueden hacer al respecto.

Orquestado por la abuela materna de la niña

La corte tribal no ha hecho comentario, pero los padres de la menor, aunque han tenido punzantes conflictos en el pasado, incluidas situaciones de violencia doméstica de Sanders contra Johnson, se encuentran ahora unidos en el repudio de la sustracción de su hija y se dicen desolados por ello. Ambos han rechazado afirmaciones de que él habría atacado a un hijo de Sanders con una relación anterior, lo que sería la supuesta razón para apartar a Johnson de la niña. Pero incluso si fuese cierto no tendría que ver con quitarle la custodia también a Sanders.

Osceola, la abuela de la niña, habría sido la fuerza tras todo el asunto y se ha dicho que habría actuado por el rechazo que sentía hacia Johnson y por su determinación de apartarlo de la bebé.

El relato del Miami Herald indica que Osceola y Johnson estaban en conflicto, podría afirmarse que estaban irremediablemente enfrentados, que no podían verse ni en pintura y que la abuela decidió que su nieta no tendría ninguna relación con su padre. Para lograrlo, se comentó en el Herald, Osceola consiguió que se fabricara la orden de la corte tribal y que se aplicara mediante engaños para quedarse con Ingrid.

Pero Sanders, hija de Osceola y madre de la bebé, señala que ella desea, pese a que ya no conviven, que Johnson sea parte de la vida de su bebé y ambos están juntos en la denuncia y en la lucha por recobrar la custodia. Y dice que se siente traicionada por la tribu, que ella creyó defendería sus derechos y en lugar de ello le fue arrebatada su hija.

La bebé Ingrid Ronan Johnson con su padre Justin Johnson y su madre Rebecca Sanders. (Captura de video NBC)
La bebé Ingrid Ronan Johnson con su padre Justin Johnson y su madre Rebecca Sanders. (Captura de video NBC)

El problema es que no se sabe dónde está la bebé Ingrid. Si se encontrara dentro de la reservación Miccosukee las autoridades locales o estatales no podrían intervenir y solo las federales tendrían allí jurisdicción. El abogado de Osceola dijo que la pequeña está bien, pero sus padres temen por su bienestar.

Aunque hay un cierto vacío en la cuestión legal en el tema, un exjefe de la policía de la reservación Miccosukee fue citado por el Herald indicando que las órdenes de la corte tribal es inválida fuera de su jurisdicción y lo procedente habría sido presentarla ante un juez estatal o federal. De haber sido avalada en alguna de esas instancias, entonces sí se podría haber procedido a reasignar la custodia de la menor y a entregarla a quien en ello correspondiera.

Nada de eso sucedió y por ello las calificaciones de secuestro, la posible responsabilidad del hospital al haber permitido que se llevaran a la niña y la ilegalidad que podrían tener las acciones de quienes aplicaron esa orden y de Osceola al quedarse con su nieta.

Y, para colmo, la bebé ni siquiera es aún integrante formal de la tribu Miccosukee y probablemente no lo será dado a que no tendría una ascendencia india suficiente para cumplir con los criterios al respecto.

Todo se encuentra ahora en una tensa incertidumbre, en espera de conocer lo que las autoridades estatales, federales y tribales harán al respecto y con el deseo de que se logren evitar mayores daños o posibles tragedias.

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