El extraño caso de un hombre escocés que casi muere por culpa de su edredón

Martin Taylor, un escocés de 43 años que vive en Aberdeenshire, pensó que moriría sin saber qué lo aquejaba. Primero le costaba trabajo respirar. Después se mareaba cuando hacía el más mínimo esfuerzo. Llegó al punto de no poder pararse. Caminar casi le era imposible, apenas unos minutos.

El escocés Martin Taylor casi pierde la vida por su nuevo edredón. (Foto Getty Creative)
El escocés Martin Taylor casi pierde la vida por su nuevo edredón. (Foto Getty Creative)

Dejó de trabajar. Se pasaba casi todo el tiempo en la cama o sentado. Subir las escaleras para llegar hasta su habitación le demoraba unos 30 minutos. “Solo podía subir dos escalones a la vez y luego necesitaba sentarme y descansar”, dijo a la revista médica semanal BMJ, de la Asociación Médica Británica​, que cada semana publica raros casos de diagnósticos.

Taylor visitó a su médico unas cuatro veces, pero no acertó en el diagnóstico. “Fue extremadamente angustiante”, confesó al medio especializado, donde se dio a conocer su caso. Él no fumaba y llevaba una vida bastante ordenada y saludable.

En esos momentos pensó que serían sus últimos días. Pasaba casi todo el tiempo dormido. Sin embargo seguía yendo al médico. Finalmente los doctores encontraron lo que padecía: neumonitis por hipersensibilidad, una enfermedad que se desata cuando los pulmones se inflaman por una reacción alérgica.

Si se detecta a tiempo, es fácilmente tratable, pero cuando no se diagnostica puede provocar cicatrices pulmonares permanentes e incluso la muerte. Para mal de Taylor los primeros médicos que consultó no pudieron encontrar la causa de esta enfermedad, y aunque recibió tratamiento para una infección en las vías respiratorias superiores, su salud siguió deteriorándose durante tres meses seguidos más.

No obstante, su médico de cabecera no se dio por vencido. Llamó a un experto de una clínica especializada en enfermedades respiratorias, al doctor Owen John Dempsey, del Hospital BMI Albyn en Aberdeen, Escocia, cerca de Aberdeenshire. Y ahí comenzaron a armar el rompecabezas de las causas de la neumonitis por hipersensibilidad de Taylor.

La misteriosa causa de la enfermedad

El doctor Dempsey, un experto veterano considerado además una verdadera joya en su especialidad, aseguró en un reporte de la CNN que la neumonitis por hipersensibilidad puede ser difícil de diagnosticar.

Hacer el diagnóstico fue "un poco como hacer un rompecabezas", dijo Dempsey. Una de las primeras pistas fue el análisis de sangre de Taylor, el cual mostró que su sistema inmunológico estaba expuesto a la proteína aviar, aunque Taylor le había dicho que no tenía ningún pájaro en su casa. Sus mascotas eran un perro y un gato.

"Tengo un interés particular en este grupo de enfermedades", aseguró el doctor Dempsey. "Sabemos que si analizas la historia del paciente meticulosamente, a menudo puedes identificar desencadenantes de enfermedades pulmonares en el medio ambiente".

Así el doctor Dempsey comenzó a sumergirse en la investigación del caso de Taylor. Encontró que vivía con su esposa en una casa cálida y seca. Tenían un loft, que no visitaban mucho, y un baño en su habitación tenía un poco de moho sobre la ducha y la ventana.

Supo que tampoco Taylor había viajado al extranjero, ni tenía antecedentes de drogas. También había trabajado antes de estar enfermo en una oficina sin ninguna exposición evidente. En sus tiempos libres, Taylor solía tocar la guitarra y el saxofón en una banda local.

"Nos pagan para ser curiosos", explicó el doctor Dempsey sobre su detallada búsqueda en el medio donde vivía su paciente Taylor.

"El peligro es que no preguntamos lo suficiente y asumimos que las enfermedades son 'idiopáticas' o inexplicables. Si es así, perdemos una pista y nuestros pacientes son sometidos a pruebas o tratamientos innecesarios", abundó.

La enfermedad se puede desencadenar después de la exposición a nuevos edredones o almohadas de plumas. Incluso la reacción puede suceder de entre tres semanas a cinco años. (Foto Getty Creative)
La enfermedad se puede desencadenar después de la exposición a nuevos edredones o almohadas de plumas. Incluso la reacción puede suceder de entre tres semanas a cinco años. (Foto Getty Creative)

Edredón asesino

Finalmente, las indagaciones del doctor Dempsey dieron en la diana. Taylor y su esposa habían reemplazado recientemente su ropa de cama sintética por un edredón y almohadas de plumas. Taylor tenía la “enfermedad del pulmón del cuidador de aves”.

Es un padecimiento por la inhalación de partículas de origen orgánico, que en algunos individuos produce una reacción inflamatoria pulmonar de tipo inmunológico. Ocurre generalmente por respirar partículas procedentes de aves como palomas, loros o periquitos y de ahí su nombre.

Es un poco complejo diagnosticarla, ya que por una parte no es frecuente y, por otra, se deben usar unas técnicas que solo están establecidas en algunos centros especializados , y requieren experiencia de los especialistas.

La enfermedad se puede desencadenar después de la exposición a nuevos edredones o almohadas de plumas. Incluso la reacción puede suceder en un período de tiempo de entre tres semanas a cinco años. La dificultad para respirar puede aumentar con el tiempo, y el paciente puede tener sudores nocturnos, tos seca, pérdida de peso y fiebre.

Acertar en su diagnóstico resulta complejo además porque a menudo el paciente asegura que no hay pájaros en su hogar y los médicos no preguntan por la ropa de cama.

"La mayoría de los médicos, en mi experiencia, no piden ese nivel de detalle", abundó el doctor Dempsey. A su juicio los especialistas siempre deben preguntar sobre las exposiciones en el hogar, incluida la ropa de cama, los mohos, el calor y la sequedad del hogar, y cualquier cuestión inusual del entorno del paciente.

El reconocimiento temprano de la exposición al antígeno aviar y la eliminación de la ropa de cama u otro irritante es fundamental para la recuperación de los pacientes, enfatizó.

Luego de que Taylor dejó de usar su almohada y edredón de plumas, además de los medicamentos recetados, comenzó finalmente a recuperar su salud.

"No he tenido mareos desde que me recuperé. No me afecta nada en absoluto ahora. Mi vida es más o menos como antes", aseguró Taylor, quien ahora duerme con otro tipo de ropa de cama y bien lejos del edredón “asesino” que casi lo mata.