El director de los CDC advierte a los estadounidenses sobre una posible segunda ola de coronavirus este invierno

Sanjana Karanth

El director de los Centros para el Control y prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) advirtió de la posible llegada de una segunda ola del nuevo coronavirus, que podría ser mucho más mortal que la fase actual de la pandemia porque podría superponerse con el comienzo de la temporada de gripe de este invierno.

Por tanto, los líderes gubernamentales de todos los niveles deben aprovechar los próximos meses y prepararse para lidiar con esa segunda ola, aunque algunos estados ya estén anunciando planes para reactivar sus economías, según le reveló el director de los CDC, Robert Redfield, a The Washington Post en una amplia entrevista publicada el martes.

“Existe la posibilidad de que el embate del virus durante el próximo invierno en nuestra nación sea más difícil del que acabamos de atravesar”, le dijo Redfield al Post. “Cuando les dije esto a los demás se mostraron incrédulos, no entendieron lo que quise decir”.

El funcionario de salud dijo que una segunda ola del virus podría resultar más severa debido a que la aparición simultánea de los brotes de gripe y COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, generaría una gran presión sobre el sistema de atención médica del país. Ambos virus cursan con síntomas respiratorios y requieren equipo médico y de protección similares.

La primera ola de COVID-19 que está experimentando el mundo en la actualidad ha matado hasta el momento a casi 44 000 personas e infectado a más de 816 000 solo en los Estados Unidos, según los datos sobre el coronavirus compilados por la Universidad Johns Hopkins. La pandemia ha sobresaturado los hospitales, hundido la economía, sacado a la luz las desigualdades sistémicas que conducen a una mayor exposición y revelado la escasez masiva de kits de pruebas, respiradores y equipo de protección personal en todo el país.

Los CDC han detallado medidas drásticas pero necesarias que los estados deben implementar, como la orden de confinamiento y el cierre de negocios, para ayudar a mitigar la propagación del virus. Aunque la mayoría de los estados han seguido esas pautas, algunos gobernadores ya han decidido reanudar sus economías a inicios de esta semana, a pesar de las advertencias de los expertos en salud de que aún no es suficientemente seguro.

La planificación de las reaperturas se producen tras pequeñas protestas de la derecha que tuvieron lugar en varios estados pidiendo el fin del confinamiento y después de que el presidente Donald Trump publicara una serie de tuits llamando a “LIBERAR” a Míchigan, Minnesota y Virginia de las medidas de seguridad contra el coronavirus, una actitud que según le comentó Redfield al Post “no fue positiva”.

Redfield también dijo que los líderes del gobierno deben enfatizar la necesidad de mantener el distanciamiento social mientras los estados levantan el confinamiento, así como aumentar de manera exponencial la capacidad de cada estado para identificar a los residentes infectados a través de la realización de pruebas y el rastreo de las personas que estuvieron en contacto con enfermos.

Sin embargo, esta semana Trump acaba de desestimar las preocupaciones bipartidistas sobre los estados que no tienen suministros adecuados, alegando que Estados Unidos estaba aplicando pruebas a “a un número de personas que nadie creía posible”.

“No todos consideran que deberíamos hacer tantas pruebas”, dijo Trump durante la sesión informativa sobre el coronavirus del lunes. “No se necesitan tantas. La razón por la que los demócratas y quizá algunos otros quieran más pruebas es porque desean criticar, ya que es casi imposible llegar a ese nivel máximo y, sin embargo, lo hemos conseguido”.

TRUMP: “No todos consideran que deberíamos hacer tantas pruebas. No se necesitan tantas. La razón por la que los demócratas y quizá algunos otros quieran más pruebas es porque desean criticar, ya que es casi imposible llegar a ese nivel máximo y, sin embargo, lo hemos conseguido”.

La semana pasada, la Casa Blanca publicó algunos criterios para que los estados analicen cuál es la mejor manera de restaurar sus economías por fases, e incluyeron por primera vez la obligación de registrar un declive de casos durante 14 días y establecer programas sólidos de aplicación de pruebas. Los CDC también han creado pautas detalladas para los gobiernos locales y estatales sobre cómo facilitar los esfuerzos de mitigación para apoyar una reapertura segura. Redfield le reveló al Post que estas se “darán a conocer públicamente en breve”.

A pesar de las demandas públicas para reanudar la economía, un nuevo conjunto de encuestas realizadas por el HuffPost/YouGov descubrió que la abrumadora mayoría de los estadounidenses apoya la medida del confinamiento de su estado y está haciendo un esfuerzo sostenido para seguirla. La encuesta más reciente, realizada entre el viernes y el domingo pasado, desveló que el 86 % de los estadounidenses estaban intentando quedarse en casa tanto como les fuese posible mientras que aproximadamente el 65 % afirmó que continuaría en casa incluso si su zona levantaba todas las restricciones.

Parte de la preparación para una posible segunda ola del COVID-19 incluye convencer a los estadounidenses de que se vacunen contra la gripe durante los próximos meses de verano para que los funcionarios de salud pública puedan minimizar la cantidad de personas hospitalizadas al menos por una de las dos enfermedades respiratorias. Redfield le comentó al Post que vacunarse contra la gripe “puede dejar disponible una cama de hospital para tu madre o abuela infectadas con coronavirus”.

Este artículo fue publicado originalmente en el HuffPost.