El déficit de la vitamina B12 es más problemático de lo que se pensaba para los veganos

Una dieta basada únicamente en vegetales no aporta vitamina B-12, necesaria para nuestro metabolismo. REUTERS/Fabrizio Bensch (GERMANY – Tags: FOOD SOCIETY)
Una dieta basada únicamente en vegetales no aporta vitamina B-12, necesaria para nuestro metabolismo. REUTERS/Fabrizio Bensch (GERMANY – Tags: FOOD SOCIETY)

Todos somos conscientes de la importancia de las vitaminas. De hecho, la definición de vitamina es una sustancia necesaria para la vida que no podemos fabricar. Pero hay una especialmente relevante, por su relación con ciertas dietas: la vitamina B-12 o cobalamina, una vitamina que no se puede obtener de los vegetales, y que por lo tanto puede resultar deficitaria en vegetarianos o veganos.

Para complicar las cosas, un estudio reciente ha demostrado que la falta de vitamina B-12 no sólo dificulta nuestro metabolismo, nuestra capacidad de obtener energía de los alimentos y por lo tanto mantenernos sanos. También hace que seamos más susceptibles a ciertas infecciones.

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Empezando por el principio, la vitamina B-12 no la producen los vegetales, y de hecho en estos seres vivos su cantidad es despreciable, o directamente inexistente. Pero tampoco la producen los animales, que debemos obtenerla de microorganismos simbióticos. En nuestro caso, se acumula en los tejidos y por lo tanto al comer carne la conseguimos.

Pero, ¿para qué sirve? La cobalamina participa en el metabolismo de aminoácidos de cadena ramificada. Los aminoácidos son los “ladrillos” con los que se construyen las proteínas, y existen varios tipos. El hecho de carecer de vitamina B-12 impide poder gestionar uno de sus tipos de manera adecuada.

La consecuencia, según detectaron los investigadores, es que los residuos de este tipo de aminoácido se acumulan en los tejidos, lo que en sí mismo no es buena noticia. Y si la cosa hubiese quedado ahí, ya sería un problema.

Pero no, la cuestión se complica. Los investigadores han realizado su estudio con el nemátodo Caenorhabditis elegans. Que, aunque pueda parecer algo muy lejano, es uno de los animales modelo para este tipo de estudios, ya que nuestras biologías se parecen lo suficiente.

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Y lo que pudieron comprobar es que los animales con una dieta en la que la vitamina B-12 no estaba tan presente sufrían más infecciones, y que éstas resultaban más difíciles de tratar.

El motivo es sencillo: como falta cobalamina, se acumulan residuos de aminoácidos sin metabolizar. Este hecho genera un estrés fisiológico, una situación bioquímica complicada. Que supone el caldo de cultivo perfecto para que entren bacterias patógenas al organismo.

Al final, en Biología, todo está relacionado. Una dieta que no nos aporte todo lo que requerimos deja al cuerpo en situación comprometida, que los parásitos van a aprovechar. Así que es importante conocer y entender qué riesgos entrañan nuestras decisiones sobre alimentación, y en lo posible evitar problemas.