El cese de Jorge F. Hernández agregado cultural de México en España y los ardides de la 4T

El servicio exterior mexicano dejó de ser como los de antes, no figura en la escena internacional y cuando lo hace es para alinearse con el poderoso que nos ofende o para “presionar” con la desaparición de organismos internacionales, como la OEA, detener el tránsito de los migrantes que se dirigen a los Estados Unidos, descalificar las manifestaciones del pueblo de Cuba en contra de su gobierno, que se opone a la crítica y demás.

Por estos días la secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la embajada de México en España mostraron la baja tolerancia a la pluralidad del pensamiento diferente. Fue destituido Jorge F. Hernández que se desempeñaba como agregado cultural y director del Instituto de Cultura de México en Madrid. La SRE dijo que en fechas recientes había incurrido en “comportamientos poco dignos de una conducta institucional”.

Mediante un comunicado de prensa, Enrique Márquez, director de Diplomacia Cultural, comentó: “En días pasados, en una reunión en la Ciudad de México, el Sr. Hernández se refirió en términos muy ofensivos y misóginos a quien era su jefa, la Sra. Embajadora de México en España, María Carmen Oñate Laborde“. (Infobae, 8 de agosto de 2021)

El destituido Jorge F. Hernández, es historiador y escritor, tiene una importante obra literaria, se desempeñó como un eficaz gestor cultural y ocupaba su encargo desde 2019. Su remoción fue ampliamente comentada en redes sociales por diferentes medios, intelectuales y académicos, que se solidarizaron con él.

Para el escritor Jorge F. Hernández “es una bajeza” haber utilizado el nombre de la embajadora Oñate Laborde como pretexto para destituirlo. Lo considera un ardid y mentira “me pueden correr por cualquier otra cosa, por gordo, por feo, pero nunca por misógino”.

Parece desproporcionada la destitución por la publicación de un artículo que, en tiempos normales, habría sido conocido por algunos lectores de Jorge F. Hernández, pero que la soberbia del poder empujó a la lectura de muchos.

De mayor efecto para la diplomacia mexicana fue el robo de un libro realizado por el embajador de México en Argentina, Ricardo Valero, que fue captado en el acto por las cámaras de seguridad de la librería, cuando tomó un libro y lo ocultó en un periódico para tratar de robarlo.

El embajador Valero fue regresado a México donde fue puesto a disposición del Comité de Ética, y fue suspendido de sus funciones, después de argumentar lo que a su derecho convino.

La trama que condujo a su destitución, según Jorge F. Hernández, tiene su origen en la crítica que hizo a Max Arriaga, director de Materiales Educativos de la secretaría de Educación Pública, que unos días antes, al dictar a un grupo de normalistas la conferencia “Formación de docentes lectores en la escuela normal”, dijo que “leer por placer es un acto de consumo capitalista”, llamó a la lectura como acción emancipadora y cuestionó a la Unión Nacional de Padres de Familia por interponer dos amparos contra la impresión de los Libros de Texto Gratuitos.

En su artículo “Por Placer”, publicado en el diario Milenio, Jorge F. Hernández contradijo la afirmación de Max Arriaga de que ‘leer por placer es un acto de consumismo capitalista’, hizo la defensa de la lectura como algo placentero. Defendió a “quienes leemos por insomnio, para viajar sin maletas a cualquier paisaje y sin reloj a cualquier hora y época; habló de los que leen en voz alta para compartir una trama y los que leen en silencio para hablar con dioses, ligarse a una musa o matar a un tirano”.

Por supuesto que se puede exhortar al populis a que lea por adiestramiento, por memorización, por inculcación ideológica y como ungüento de uniformidad, … y habló del que lee por pendejo porque no le queda de otra y el que lee las instrucciones para no dejarse engañar con un electrodoméstico.” (Milenio, 5 de agosto de 2021)

Llama la atención lo rápido de la reacción de alguna parte del estrecho círculo del poder que arrojó del paraíso al indisciplinado intelectual que pensó diferente. Tres días después de publicar “Por Placer” alguien se dio el gusto de poner a salvo la visión de Max Arriaga. Para eso sirve estar en el círculo rojo.

La acción del embajador Ricardo Valero lastimó la imagen y prestigio del cuerpo diplomático mexicano. La prontitud con la que se llevó a cabo la destitución de Jorge F. Hernández pone en evidencia que lo que lastimó al escritor fue un ego que protege al detractor de la lectura por placer. Queda al descubierto, lo inequitativo de las sanciones administrativas, cuando el escritor fue destituido sin oportunidad de argumentar lo que a su derecho convenga. La intolerancia al que piensa diferente es rasgo del autoritarismo que dicen en la 4T que no existe. Sus acciones los delatan.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR