El carísimo tren de vida de los Trump a costa del dinero de los contribuyentes
La escena se ha repetido de la misma manera los tres últimos fines de semanas. Donald Trump ha cogido el viernes el Marine Force One, el helicóptero que le ha trasladado a la base aérea de Andrews, en Maryland, donde se ha montado en el avión presidencial, el Air Force One. El destino final era el habitual: West Palm Beach, en Florida, lugar en el que se encuentra su residencia de lujo, Mar-a-Lago.
Un camino diferente al que siguen la primera dama Melania y el hijo de la pareja Barron, que durante la semana residen en Nueva York hasta que el niño termine el curso escolar, pero que cuando llega el viernes cogen otro avión que les traslada a la mansión familiar. Unos viajes continuos que no salen gratis a los bolsillos de los estadounidenses. De hecho se estima que cada fin de semana fuera de la Casa Blanca cuesta a los contribuyentes unos 3 millones de dólares.
Ser presidente de Estados Unidos no es una tarea fácil. El cargo obliga a estar disponible los 365 días del año, por lo que las vacaciones son una quimera. Simplemente de vez en cuando pueden cambiar de lugar, estando pendientes siempre de lo que pueda ocurrir en el mundo Ya en el pasado los antecesores de Trump tuvieron que hacer frente a críticas por sus ausencias de la Casa Blanca. A Reagan se le decía que pasaba demasiado tiempo en su rancho de California, a George W. Bush se le achacaban sus continuas escapadas a Texas y a Obama sus distintas etapas de descanso en lugares como Hawái o Martha’s Vineyard. De hecho, el propio magnate llegó a criticar en sus redes sociales en numerosas ocasiones al antiguo presidente por exactamente lo mismo que él hace ahora.
The habitual vacationer, @BarackObama, is now in Hawaii. This vacation is costing taxpayers $4 milion +++ while there is 20% unemployment.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 27 de diciembre de 2011
“El vacacionador habitual Barack Obama está ahora en Hawái. Esto le cuesta a los contribuyentes 4 millones de dólares, mientras que hay un 20% de desempleo”.
Pero los gastos de los Trump no se reducen solo a las escapadas de fin de semana. El hecho de que estén separados en dos ciudades –Donald en la Casa Blanca en Washington y Melania y Barron en la Torre Trump de Nueva York- dispara los precios y hace que el Servicio Secreto se tenga que multiplicar. Vigilar la mansión neoyorquina de la familia cuesta medio millón de dólares diarios, tal y como estima la prensa local. Es decir, el curso escolar entero va a ascender a más de 70 millones de dólares y eso sin contar con que cualquier imprevisto puede retrasar el traslado a la capital.
Además, los otros hijos de Trump también están bajo protección del Servicio Secreto y en el caso de Donald Jr. y Eric se encargan de representar a las empresas que su padre tuvo que dejar cuando juró el cargo como presidente. Esto significa costosos viajes por todo el mundo que multiplican la factura y que también hacen dudar sobre un posible conflicto de intereses entre empresas y presidencia.
Judicial Watch, una organización conservadora estimó que las escapadas de los Obama durante los ocho años de mandato costaron a los contribuyentes unos 96 millones de dólares. Una cifra que los Trump van camino de pulverizar en un tiempo récord.
Javier Taeño (@javiertaeno)