El breve instante en que Clinton y Lewinsky se fotografiaron y tomaron de la mano en la Casa Blanca

El escándalo que suscitó la relación entre el entonces presidente Bill Clinton y la becaria de la Casa Blanca Mónica Lewinsky, sobre todo porque él mintió públicamente al negar que hubiese tenido sexo con ella, sacudió al país a finales de la década de 1990 y desató un proceso de destitución que no prosperó (Clinton al final fue exonerado por el Senado) pero que causó severa crispación política.

Ahora, cerca de dos décadas después de ello (el proceso de destitución se dio entre diciembre de 1998 y febrero de 1999), imágenes de una visita que Lewinsky y su familia hicieron a la Casa Blanca en 1996, en la que se tomaron fotos con el presidente Clinton en la oficina oval, han resurgido públicamente en el contexto de una serie documental titulada ‘The Clinton Affair’ de la cadena de televisión A&E.

Las imágenes reverberan curiosamente desde el pasado y en un momento se ve que Clinton y Lewinsky se toman brevemente de la mano, una sugerencia de que había en efecto una relación entre ellos pero que en ese entonces no tuvo trascendencia. En realidad, como se comenta en Business Insider, para el momento de la visita de su familia a la Casa Blanca, Lewinsky llevaba cerca de seis meses de relación con el entonces presidente, y ello no se conocería públicamente y haría crisis sino hasta finales de 1997.

Ahora, la televisora NBC presentó, en su programa Today, una entrevista reciente con los padres de Lewinsky en la que comentan de la sorpresa que les causó enterarse de que su hija se había implicado sexualmente con el presidente y del severo golpe que ella sufrió a causa del escándalo. “Sólo quiero morirme, quiero morirme”, contó la madre de Lewinsky sobre lo que su hija le comentó en algún momento.

Today también presentó parte de lo que la propia Lewinsky reveló recientemente en el contexto de la presentación de la citada serie documental. Habló de cómo comenzó su relación con Clinton, del enamoramiento que ella sintió hacia él y, también, de la sensación de enorme debilidad ante la figura presidencial. Ella misma dijo que consideró que estaba, al menos en lo sentimental, “completamente a merced” del presidente.

Ese programa también mostró, en su cuenta de Twitter, las imágenes de ese momento en que Lewinsky y su familia se encuentran con Clinton en la oficina oval y se toman una foto juntos. Al final de ello es cuando, por unos segundos, se ve que Lewinsky y Clinton se toman de la mano. Algo que en su momento, 1996, presumiblemente pasó desapercibido pero que tras el revuelo que se desató con la revelación de la relación entre el presidente y la becaria, la mentira que él dijo al respecto y su tenso aunque fallido proceso de destitución cobra un nivel distinto.

Al menos en lo anecdótico pues, más de 20 años después de que se dio esa relación y estalló el escándalo, el contexto personal de los implicados y el de la nación en sí es muy diferente. Lewinsky ciertamente se volvió foco de la atención pública y sufrió momentos de aguda desolación y sufrimiento. Con el tiempo ha logrado –al menos en lo público– superar el impacto de ese escándalo y de la estigmatización que cayó sobre ella y se convirtió en promotora de un plan de dietas, presentadora de un reality show, empresaria en la venta de una línea de bolsos y, sobre todo, activista en contra del acoso cibernético.

Con todo, Lewinsky dijo que “lamenta todos los días” lo que decidió y le sucedió en torno a su relación con el presidente Clinton.

Clinton dejó la presidencia con muy alta popularidad y ha mantenido desde entonces un papel público destacado, tanto en la arena política (sobre todo en apoyo de las diversas campañas de su esposa Hillary Clinton) como con su fundación privada. Pero las sombras de la mentira que dijo sobre su relación con Lewinsky regresan de modo recurrente, y en realidad Clinton no podrá nunca separarse de todo de las huellas de ese escándalo.

El breve momento en el que el presidente y la becaria se toman de la mano es, así, un singular vistazo a esa atribulada relación, que los sacudió a ambos en lo personal y puso en jaque políticamente a Clinton. Con todo, además de la distancia temporal, esas imágenes son, en 2018, una instantánea de un pasado muy diferente y en agudo contraste con lo que hoy sucede en esa misma oficina. El caso Lewinsky fue presumiblemente la mayor crisis de la presidencia de Clinton, y la llevó a un paso de naufragar.

Pero, con todas sus diferencias, los escándalos y tensiones constantes que se dan actualmente en la Casa Blanca y la confrontación y polarización social y política resultantes hacen palidecer en cierto modo los dimes y diretes de administraciones pasadas.

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