El asalto a la embajada de México en Ecuador que marcará un antes y un después para AMLO frente al mundo

La policía ecuatoriana irrumpe en la embajada de México en Quito, Ecuador, el viernes 5 de abril de 2024. El episodio ocurrió horas después de que el gobierno mexicano concediera el asilo político al exvicepresidente Jorge Glas, que permanecía en la sede diplomática desde diciembre de 2023. (AP Foto/David Bustillos)
La policía ecuatoriana irrumpe en la embajada de México en Quito, Ecuador, el viernes 5 de abril de 2024. El episodio ocurrió horas después de que el gobierno mexicano concediera el asilo político al exvicepresidente Jorge Glas, que permanecía en la sede diplomática desde diciembre de 2023. (AP Foto/David Bustillos)

Que se rompan las relaciones entre dos naciones es un suceso extraordinario, en el marco de los vínculos que establecen para su mutuo beneficio y la regulación del derecho internacional que las reglamenta. Para que los gobiernos de dos países determinen que fueron vulnerados los principios que los vinculan debe existir una razón que los empuja a cancelar la relación.

En días recientes el gobierno de Ecuador determinó que era procedente el asalto a la embajada de México con el propósito de detener a Jorge Glas, exvicepresidente del país, a quien acusa de corrupción por el desvío de fondos para la reconstrucción de las provincias destruidas por el terremoto de abril de 2016.

Asimismo, enfrenta dos sentencias, por asociación ilícita en el caso Odebretcht, seis años y, por el caso Sobornos, ocho años. De la condena de 14 años sólo cumplió cinco años en la cárcel. El pasado mes de diciembre Jorge Glas recibió una orden de captura y se refugió en la Embajada de México.

La Cancillería de Ecuador solicitó a la Embajada de México en Quito, autorización para capturar a Jorge Glas y dar cumplimiento a la disposición de la Corte Nacional de Justicia, así como que no le concediera asilo político, por considerar que no sería lícita esa concesión, según lo establecido en el artículo III de la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, que se refiere a que no se podrá conceder asilo “a los que se encuentren inculpados, procesados o condenados por delitos comunes, sin haber cumplido las penas respectivas.”

México no autorizó el ingreso de la policía para detener a Glas. La canciller Alicia Bárcena, manifestó que “eso violaría la inmunidad diplomática de nuestras embajadas”. Dijo que se analiza la solicitud de Glas, “no se lo hemos otorgado, pero tampoco se lo hemos negado”. Se investiga “qué tanto es una persecución política o qué tanto es un problema legal y de corrupción”.

Hasta ese momento el diferendo entre Ecuador y la Embajada de México había transcurrido por las vías diplomáticas normales, hasta que, en su mañanera del 4 de abril, López Obrador se refirió al proceso electoral de Ecuador. Al respecto comentó: “Hubo elecciones en Ecuador, iba la candidata de las fuerzas progresistas, como 10 puntos arriba. Entonces, un candidato ( Fernando Villavicencio), que habla mal de la candidata (Luisa González), que va a arriba, de repente es asesinado, y la candidata que iba arriba se cae, y el candidato que iba en segundo sube. No ganó la candidata y lo más lamentable es que continúa la violencia”.

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, rechazó los comentarios de López Obrador e interpretó que en sus declaraciones el presidente de México da a entender que ganó las elecciones gracias al asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, una muerte fraguada por el crimen organizado. Como consecuencia, su gobierno declaró persona non grata a la embajadora de México, Raquel Serur. La Cancillería ecuatoriana dijo que eso no significaba romper relaciones diplomáticas.

La noche del cinco de abril, la policía de Ecuador ingreso por la fuerza a la Embajada de México y capturó al Jorge Glas. El gobierno de Daniel Noboa, horas antes, había negado el salvoconducto para su traslado a México como asilado político.

El presidente Andrés Manuel López, ordenó la suspensión de relaciones diplomáticas con Ecuador. “Se trata de una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México”.

El asalto a la Embajada de México fue divulgado por diversos medios en el mundo. Gobiernos de países latinoamericanos condenaron el suceso por ser violatorio de acuerdos internacionales, al respecto manifestaron su apoyo a México, Colombia, Venezuela, Argentina, Brasil, Chile, Panamá, Dominicana, Paraguay, Antigua y Barbuda, Honduras, Bolivia y otros. Así como organizaciones internacionales como la OEA, ONU, CELAC, Unión Europea, enfáticamente España.

El gobierno de Estado Unidos, por medio de su Departamento de Estado condenó la violación de la Convención de Viena y exhortó a México y Ecuador a “resolver sus diferencias de acuerdo con las normas internacionales”.

Hoy en conferencia mañanera, López Obrador informó que el asalto a la Embajada de México será denunciado ante la Corte Internacional de Justicia. Reprochó que la postura de Estados Unidos y Canadá fuera indefinida. "Hubo boletines no condenando la intromisión, el asalto, la invasión a nuestra embajada.”

En opinión de López Obrador, el gobierno de Ecuador se atrevió a asaltar la Embajada de México porque “siente que tiene el respaldo de otros gobiernos o de potencias”.

El asalto a la Embajada de México es un hecho grave que suscitó la solidaridad de la comunidad internacional. La circunstancia ubica a México como la víctima. Conviene distinguir que la indignación de países y organizaciones es por la violación a las normas que regulan la convivencia entre naciones en los ámbitos político, económico, cultural, social y demás. López Obrador aprovecha el suceso para levantarse como defensor del derecho internacional y hasta reclama la solidaridad que él no ha expresado hacia pueblos como Ucrania.

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