El año en que las mujeres dijeron basta en Irán

Una mujer participa en la manifestación
Una mujer participa en la manifestación "Mujer, vida, libertad" organizada por el Partido Radical italiano contra los crímenes del régimen iraní en diciembre 2022. (Foto de Stefano Montesi - Corbis/Corbis vía Getty Images)

2022 será recordado como el año en que las mujeres en Irán se rebelaron contra el restrictivo sistema de segregación de género impuesto por la revolución islámica. Y el tsunami de protestas ha sacudido los cimientos del país liderado por el ayatolá Alí Jamenei desde 1989.

Una de las acciones precursoras de lo que los analistas consideran el primer movimiento contrarrevolucionario encabezado por mujeres ocurrió en el mes de julio, cuando una docena de iraníes ataviadas con largos pañuelos verdes y túnicas blancas celebraron una ceremonia para honrar el hiyab y el día de la castidad, en la que exaltaban con versos coránicos la importancia de cubrir a las mujeres.

Las iraníes menos ortodoxas percibieron el acto como una amenaza para los que se oponen a las rígidas doctrinas del régimen islámico iraní y respondieron con una campaña en redes sociales que ridiculizaba el acto progubernamental. Bajo el hashtag #No2Hijab, algunas iraníes etiquetaron a la escritora Margaret Atwood, la autora del Cuento de la Criada, para sugerirle que escribiera su próxima novela distópica sobre un régimen misógino que discrimina violentamente a las mujeres.

Ese desafío virtual es tan solo un ejemplo de las miles de acciones que las mujeres iraníes han realizado en los últimos 40 años en protesta por las políticas de segregación de género.

Pero la chispa que encendió la llamarada fue la trágica suerte de Mahsa “Zina” Amini, una iraní kurda de 22 años que murió luego de que fuera arrestada por la policía moral por usar indebidamente el hiyab. La joven, que había viajado desde la ciudad kurda de Saghez para visitar a unos familiares en la capital, cayó en coma después de una brutal golpiza propinada por los agentes policiales en plena calle y murió tres días después en un hospital.

Ese fue el punto de inflexión que ha impulsado a las mujeres iraníes a luchar por sus derechos a pesar de la fuerte represión. Desde septiembre, la policía ha arrestado a al menos 14.000 personas, la mayoría adolescentes con una edad promedio de 15 años.

Valentía y sangre

Contenido sensible: Una imagen obtenida de la agencia de noticias iraní Mizan el 12 de diciembre de 2022 muestra la ejecución pública de MajidReza Rahnavard en la ciudad iraní de Mashhad, la segunda pena capital vinculada a casi tres meses de protestas, con una oración en farsi que decía

La respuesta del gobierno iraní ha sido despiadada.

La Organización no Gubernamental Iran Human Rights confirmó que al menos 458 personas, incluidos 63 niños y 29 mujeres, habían muerto en las protestas nacionales hasta el 7 de diciembre. Informes de prensa recientes denuncian que las fuerzas de seguridad disparan a las manifestantes en el rostro y los genitales.

Los tribunales iraníes han sentenciado a 11 manifestantes a la pena de muerte. A la fecha han realizado dos ejecuciones por ahorcamiento: Majidreza Rahnavard y Mohsen Shekari fueron colgados desde una grúa en público "por hacer la guerra contra Dios”.

Advierten que son cifras conservadoras que deben considerarse como el saldo mínimo de fatalidades porque todavía quedan por confirmar decenas de denuncias de desaparecidos o fallecidos en extrañas circunstancias desde que comenzaron las movilizaciones.

Cinco días después de la muerte de Amini, la joven de 20 años Hadis Najafi murió abaleada después de publicar un mensaje en Tiktok durante una protesta. “Espero que en unos años, cuando mire hacia atrás, me sienta feliz de que todo haya cambiado para bien”, fue el mensaje que le costó la vida.

Otra muerte espeluznante fue la de Sarina Esmailzadeh, una adolescente influencer de 16 años que fue golpeada hasta morir en una manifestación en la ciudad de Karaj, aunque el gobierno dijo que la chica se suicidó al saltar de un tejado. En unos videos se preguntaba: “¿Por qué tuve que nacer en Irán?”.

Esas muertes no han amilanado las protestas. Por el contrario, han sido el combustible que ha multiplicado acciones de calle.

La revista Time reconoció a las mujeres iraníes como las Heroínas de 2022. La escritora iraní estadounidense Azadeh Moaveni se pregunta qué ha hecho a las jóvenes iraníes tan rebeldes, porque su ferocidad ya se había manifestado antes de la injusta muerte de Amini.

“Solo puedo concluir que cuando las aspiraciones de libertad de una generación parecen tentadoramente al alcance de la mano, más humillantes parecen las restricciones y menos desalentador el tramo final de la lucha. Se siente la resistencia”, dijo Moaveni en un artículo de Time.

La escritora aplaudió el ingenio de las iraníes jóvenes al rechazar al sistema iraní rompiendo una norma cotidiana, que involucra su aspecto personal. Las luchas de la generación de Moaveni tenían aspiraciones inalcanzablesen su momento histórico como lograr que las mujeres tuvieran un matrimonio igualitario o acceder al derecho a la herencia. Ante la imposibilidad de reformar las leyes por la falta de acceso a los procesos formales, las reformistas terminaban desistiendo.

Sin precedentes

La revista Foreign Affairs coincide en que las protestas de Irán representan un hecho histórico.

“El papel que desempeñan las mujeres iraníes en este momento parece no tener precedentes”, me dijo Daniel Edelstein, politólogo de Stanford y experto en revoluciones.

El académico explicó que uno de los pocos antecedentes pudiera ser el papel que jugaron las poissonières parisinas, que fueron trabajadoras de los mercados que irrumpieron en Versalles para evitar que el rey aplastara la naciente Revolución Francesa. Pero en aquel tiempo “las mujeres buscaban prevenir la contrarrevolución, no contribuir a ella”.

Otra referencia del pasado podrían ser los disturbios liderados por mujeres en Petrogrado por tener acceso a un poco de pan durante la Revolución Rusa, que jugaron un papel fundamental en el colapso del imperio zarista, dijo Anne O'Donnell, historiadora de Rusia en la Universidad de Nueva York.

Pero las protestas de Irán han sido únicas porque, “esto no es solo un levantamiento que involucra a las mujeres, es un levantamiento sobre las mujeres y la libertad de las mujeres, y eso lo hace muy especial”.

La coyuntura iraní

El hiyab es el atuendo que las mujeres iraníes están obligadas a usar en público desde 1983, incluso las que no profesan el Islam y las extranjeras que visitan Irán. El tipo más más conocido en Occidente y el más usado en Irán también se llama hiyab y se trata de un pañuelo que cubre la cabeza, el cabello y el cuello, pero deja el rostro al descubierto. Uno de los hiyab más conservadores es la burka, que es una prenda larga y suelta que cubre todo el cuerpo desde la cabeza hasta los pies.

Por eso la lucha contra el hiyab es simbólica y muy poderosa. Los analistas señalan que desde la Primavera Árabe en 2010-11 hasta la revolución de Sudán de 2019, las protestas han estallado por la muerte de hombres jóvenes. Esta es la primera vez en la historia reciente de la región que se desencadena un levantamiento nacional por la atroz muerte de una mujer joven porque la policía moral consideró que llevaba el pañuelo mal colocado, y nada menos que de un grupo étnico minoritario.

Los ánimos ya estaban caldeados cuando ocurrió la muerte de Amini. Además de los ataques relacionados con el hiyab, el gobierno impuso una política demográfica que impone el control social sobre las mujeres, que criminaliza el aborto y restringe la planificación familiar y la atención de la salud reproductiva, como los controles médicos prenatales, el acceso a anticonceptivos y las vasectomías voluntarias.

“Las protestas estallaron en un momento de inminente transición. Jamenei, que cumplió ochenta y tres años este verano, se sometió a una cirugía de cáncer de próstata en 2014. La semana pasada, un alto diplomático europeo me dijo que Jamenei está luchando contra el cáncer nuevamente. Entonces, lo que está en juego, en un momento frágil para el futuro de la Revolución, es enorme”, señaló la escritora Robin Wright en The New Yorker.

Wright asegura que los revolucionarios iraníes plantaron las semillas de su propia destrucción porque después de la revolución islámica, las familias conservadoras inscribieron a sus hijas en las universidades, convencidos de que el sistema protegería la moralidad de las chicas.

El resultado es que la alfabetización femenina se disparó de menos del 30 por ciento en 1976 a más del 80 por ciento en la actualidad. Las mujeres iraníes comprenden las injusticias de la segregación de género porque tienen una mayor educación y están conectadas con el mundo a través de la tecnología, aunque todavía representan menos del 20 por ciento de la fuerza laboral.

Es difícil prever el desenlace de este tsunami de protestas, pero las manifestaciones en las calles y universidades no cesan. Las niñas y mujeres iraníes están descubriendo su voz y un importante sector de la sociedad las está acompañando. Hasta los jugadores del equipo nacional de Irán sumaron su voz con su silencio durante el Mundial de Fútbol al no cantar el himno nacional como una muestra de solidaridad a los manifestantes.

No cabe duda de que las protestas de las mujeres iraníes de 2022 han marcado un hito. Ellas se levantaron y el mundo entero comenzó a escuchar.

Fuentes: The New Yorker, Foreign Affairs, Foreign Policy, Time, The Conversation.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

El día que todas las niñas del mundo quisieron hacer gimnasia