El alguacil de LA ha gastado 300,000 dólares en un cambio insólito en el uniforme de sus oficiales

La apariencia de un oficial de seguridad pública y la presentación de su uniforme son factores importantes en su imagen, su disciplina y su identidad institucional. Pero hay casos en que dedicarle importantes recursos económicos y humanos a ciertos detalles del atuendo de un policía o alguacil linda con lo frívolo y lo dispendioso.

En esa zona punzante gris, entre lo serio y lo risible, se colocó el Departamento del Alguacil del Condado de Los Ángeles al decidir gastar cerca de 300,000 dólares en accesorios para que el color de las hebillas de los cinturones y otros elementos metálicos de los uniformes de sus 9.100 oficiales coincida con el de la insignias en forma de estrella y los sujetadores de sus corbatas, según informó el periódico Los Angeles Times.

Las diferencias en los colores de los accesorios metálicos del uniforme de los alguaciles del Condado de Los Ángeles; mezcla de dorado y plateado a la izquierda, y todo color oro a la derecha. (KABC)
Las diferencias en los colores de los accesorios metálicos del uniforme de los alguaciles del Condado de Los Ángeles; mezcla de dorado y plateado a la izquierda, y todo color oro a la derecha. (KABC)

Todo ello ahora será de color oro, y se dejará atrás la al parecer indeseable divergencia de que oficiales portaran algunos de esos objetos de tono plateado y otros dorados. La estación KABC califica al asunto, en un tono satírico, un nuevo significado del término ‘fashion police’.

Se puede entender que una persona o un grupo quiera lucir mejor y con un estilo homogéneo para enaltecer su orgullo y la marcialidad, algo relevante en el caso de oficiales de policía, pero la afirmación del Departamento del Alguacil de LA de que vestir hebillas, insignias de estrella, sujetadores de corbata y otros motivos metálicos del mismo color hará que, en las calles, a los sospechosos les quede más claro que el oficial, con su atuendo cromáticamente mejor combinado, es quien está en control luce fuera de lugar.

Primero porque no es claro que los sospechosos estén, en el momento de tensión en el que se topan con un alguacil, en plena conciencia y dilucidación de las peculiaridades y sutilezas del uniforme del oficial que los encara y segundo porque, como el propio sindicato de ese Departamento ha dicho, dedicar 300.000 dólares a adquirir accesorios dorados y dedicar tiempo y esfuerzo a promoverlo resulta reprochable cuando hay otras carencias y asimetrías que convendría atender y que ofrecerían ciertamente una mejor posición de fuerza a los alguaciles.

Entre las críticas figuran que ese dinero y esfuerzo podrían ser mejor empleados en resolver, así fuera paso a paso dado que unos cientos de miles de dólares no son suficientes, problemas como la falta de personal y el exceso de trabajo de los oficiales, abusos policiales en las cárceles o falta de herramientas clave como las pistolas eléctricas taser, de acuerdo al LA Times.

Para colmo o fortuna, según se vea, los nuevos accesorios dorados están hechos de latón, igual que los plateados que serán sustituidos, por lo que no hay campo para presumir que ahora un alguacil de LA estará forrado en oro. Todo es un ajuste cromático, para la vista.

Por añadidura, como señala la televisora KTLA, sorprende que el Departamento gaste en hebillas doradas mientras que los oficiales deben pagar de su propio dinero equipos clave como chalecos antibalas de alta calidad, pistolas de respaldo o cámaras portátiles.

La actitud es lo que en este caso relumbra metálicamente.

¿O será que, simplemente, que el Alguacil del Condado quiere que sus efectivos luzcan tan bien como los de la Policía de Los Ángeles, que portan todos sus accesorios de uniforme de color plateado y no tienen, como los alguaciles, esa divergencia cromática?

Los críticos de ese gasto en accesorios dorados consideran, simplemente, que hay prioridades más importantes y que los 300.000 dólares dedicados a ellos es un desperdicio de dinero, como se comenta en el periódico LA Daily News.

Y muchos responderán coloquialmente que no todo lo que brilla es oro.

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