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El afable y altruista vecino cuya verdadera identidad escondía a un cruel y caníbal asesino en serie

Karl Denke no era un vecino cualquiera en la población de Kalinowice Górne (baja Silesia, actualmente en Polonia) sino que destacaba por ser alguien afable y altruista que ayudaba a todo aquel que lo necesitaba, colaboraba en la iglesia local como organista y era a menudo llamado cariñosamente con el apodo de ‘papá Denke’.

Fotografía con algunos de los restos humanos encontrados en la casa del asesino en serie y caníbal Karl Denke (vía inyourpocket)
Fotografía con algunos de los restos humanos encontrados en la casa del asesino en serie y caníbal Karl Denke (vía inyourpocket)

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Su niñez fue algo complicada, escapándose del hogar paterno cuando era apenas un niño de 12 años, teniendo que trabajar en multitud de negocios locales como aprendiz, lo que le ayudó a subsistir y aprender numerosos oficios. Entre ellos en un matadero, donde aprendió a cortar las grandes piezas de carne.

Una década después (alrededor de 1885) tras el fallecimiento de su padre, recibió una herencia en metálico con la que compró un caserón en el centro de la población y en donde dio cobijo y amparo a todo aquel que lo necesitaba, sobre todo a viajeros que estaban de paso por Kalinowice Górne y a quienes dejaba hospedarse gratuitamente. También fueron huéspedes ocasionales en la casa de Karl Denke numerosos vagabundos.

Incluso las autoridades locales le permitieron tener un negocio propio en el que vendía diversos objetos realizados en piel (como cinturones, carteras, monederos, tirantes…) además de vender una especie de carne de cerdo aliñada o escabechada que encantaba a sus vecinos.

Pero lo que sus vecinos desconocían por completo es que el afable ‘papá Denke’ era en realidad un perverso y despiadado asesino en serie que, a lo largo de dos décadas (entre 1903 y 1924) había acabado con la vida de un gran número de personas a las que había alojado en su casa.

Pero no solo las asesinaba sino que también aprovechaba todo lo que podía de esos cuerpos tanto para el negocio como para comer él mismo, ya que era un voraz caníbal que engullía diariamente varios kilos de carne humana.

La carne sobrante la escabechaba y la vendía a sus vecinos, quienes se la comían creyendo que era de cerdo e ignorantes de que en realidad esa delicia cárnica era de procedencia humana.

Con la piel desollada era con lo que confeccionaba los artículos que también comercializaba.

Cabe destacar que, ante las primeras desapariciones, las autoridades habían investigado y detenido a un antiguo compañero del matadero donde años atrás había trabajado Karl Denke, pasando el inocente acusado varios años en prisión.

No fue liberado hasta finales de 1924 cuando la denuncia de un viajero hospedado en la casa de Karl Denke diciembre de ese año prosperó tras escapar de allí malherido al ser atacado por su anfitrión. Inicialmente no le hicieron caso y más denunciando a uno de sus vecinos más ilustres y ejemplares, pero tras presentarse en la casa de éste, con motivo de la rutinaria investigación y cumplimentar el documento, pudieron percibir cierto nerviosismo en ‘papá Denke’, por lo que se optó por registrar la vivienda y encontrar un espeluznante paisaje de restos humanos seccionados.

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Denke fue arrestado y conducido hasta la prisión local y dos días después (el 22 de diciembre) uno de los funcionarios lo encontró colgado y sin vida en su celda.

En la casa de Karl Denke se encontraron numerosos huesos y restos humanos pertenecientes a una cuarentena de personas, además de hallar un libro de contabilidad donde el atroz asesino en serie había ido apuntando uno por uno todos los detalles sobre las personas a las que había asesinado (nombre, fecha, peso…).

Durante varias décadas los asesinatos de Karl Denke quedaron ocultos y no fue hasta 1999 cuando, de forma casual, Lucyna Biały, curadora de la biblioteca de la Universidad de Piasek en Wrocław, dio con los archivos y documentación en los que figuraban los detalles de este espeluznante caso.

Fuentes de consulta e imagen: denke.org (1) / denke.org (2) / theguardian / inyourpocket

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