El aceite de pescado en el embarazo reduce el riesgo de asma en los bebes: estudio

Por Gene Emery (Reuters Health) - Un estudio de Dinamarca sobre 695 embarazadas muestra un aumento en la posibilidad de que el uso de suplementos de aceite de pescado en el último trimestre disminuya el riesgo de asma o sibilancias en los bebés. El riesgo se redujo del 23,7 por ciento en los bebés de las usuarias de un placebo (2,4 g/día de aceite de oliva) al 16,9 por ciento en los bebés de las usuarias de las cápsulas de aceite de pescado. Eso es un 30,7 por ciento menos en los tres primeros años de vida. El beneficio real pareció ser más limitado en los niños de las mujeres que habían comenzado con bajos niveles de dos ingredientes del aceite de pescado: ácido eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA). Eso los volvería más vulnerables a la inflamación y reforzaría la respuesta del sistema inmune, claves en el asma y las enfermedades asociadas. "Si no fuera por los efectos en ese subgrupo, entonces los resultados no habrían sido estadísticamente significativos", dijo Kathleen Melanson, profesora de ciencias de la nutrición de University of Rhode Island, Kingston, y que no participó del estudio. En las mujeres de Dinamarca con bajos valores de EPA y DHA, la tasa de asma y sibilancias en sus hijos era 17,5 por ciento con las cápsulas de aceite de pescado en el embarazo y 34,1 por ciento con el aceite de oliva. Uno de cada cinco niños padece asma y sibilancias. En las últimas décadas, la tasa se duplicó en los países occidentales. Estudios previos habían demostrado que esas enfermedades son más prevalentes en los bebés de las mujeres con bajos niveles de aceite de pescado en el organismo. El nuevo estudio, publicado en The New England Journal of Medicine, es el primero sobre si esos productos sirven para reducir el riesgo. Las mujeres pueden consumir pescado para obtener el mismo beneficio, pero "les tiene que gustar realmente el pescado para ingerir suficiente cantidad a través de la dieta" y obtener el mismo efecto del estudio, según opinó el autor principal, Hans Bisgaard, de la Universidad de Copenhague. Los resultados deberían replicarse en otras regiones del mundo, donde el consumo de pescado en más bajo. FUENTE: The New England Journal of Medicine, online 28 de diciembre del 2016