El 1S: La marcha que intentará sellar la salida de Maduro

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Por Flor Zerpa y Mariángela Velásquez

La lucha política entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición de Venezuela tendrá el jueves 1 de septiembre un capítulo decisorio cuando la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) mida la fuerza popular en una marcha que avalaría un referéndum para revocar el mandato del presidente y así, el proyecto político que inició Hugo Chávez hace casi 18 años.

A escasas horas de la llamada Toma de Caracas, la expectativa y la tensión aumentan.

Por un lado, la MUD busca la calle para salir de Maduro de manera constitucional.

“La oposición está poniendo todos los huevos en la cesta de la marcha y la calle porque tiene que haber un cambio en el clima político vía referendum revocatorio. El gobierno lo ha impedido todo hasta ahora’’, indicó la analista y psicóloga social Colette Capriles.

Mientras que el gobierno parece decidido a asumir los costos de la represión para mantener el poder aunque el mundo lo observa. Prueba de ello ha sido la escalada de detenciones arbitrarias de líderes opositores en horas recientes, denunciadas el martes en la noche por la Organización de Estados Americanos.

“Se reitera la preocupación frente al creciente deterioro institucional registrado en Venezuela y -en este contexto- hace un llamado a que las manifestaciones y marchas previstas, al amparo del legítimo derecho de reunión y de expresión de la voluntad popular, se desarrollen de modo pacífico y en el clima de convivencia necesario”, señaló la secretaría general de la OEA en una misiva.

El objetivo de la marcha es electoral

El secretario general de la MUD, Chuo Torrealba, reiteró el martes la invitación a marchar el 1S para exigirle al Consejo Nacional Electoral (CNE) la publicación de un cronograma que incluya la recolección del 20% de las firmas para el revocatorio, la fecha definitiva del referendum y las elecciones regionales de gobernadores y alcaldes.

“Esta convocatoria ya no le pertenece a la Mesa de la Unidad Democrática, no le pertenece a un grupo de partido. Es una nación puesta de pie, reclamando libertad, reclamando democracia y dispuesta a hacer lo que sea necesario para ejercer nuestro derecho al voto”, declaró Torrealba.

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El diputado de la Asamblea Nacional por el estado Carabobo, Carlos Berrizbeitia, explicó que la negativa del CNE a anunciar un cronograma electoral es para postergar una inevitable derrota.

“El gobierno no quiere referéndum revocatorio este año porque saben que hasta una elección de junta de condominio la pierden”, señaló Berrizbeitia. “Hay mucha expectativa, pero sólo sabremos si es masivo ese mismo día”.

Los partidos políticos han organizado puntos de concentración y salida a Caracas en las ciudades principales y medianas del interior del país, pero esos esfuerzos han sido sistemáticamente bloqueados por el gobierno.

La prensa local informó que las autoridades prohibieron la venta de boletos en el terminal de autobuses de Maracaibo, la segunda ciudad del país ubicada a 800 kilómetros al oeste de la capital. Esa restricción impediría la participación de al menos 10 mil marabinos en el 1S.

En el estado Aragua, el partido Primero Justicia definió al menos 50 puntos de partida en tres municipios. “Es posible que si el gobierno impide el paso de la gente, a pie, como el cura de Barinas o los indígenas de Amazonas, o en carro, podamos tener decenas de protestas en todas las carreteras del país”, puntualizó Heredia.

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Una delegación de etnias del Amazonas logró llegar a Caracas tras 5 días de marcha pese a los obstáculos de la Guardia Nacional Bolivariana. Foto MUD.

Aixa López, dirigente femenina de Acción Democrática, informó que ya habían llegado a Caracas unas 300 militantes que se encuentran alojadas en casas de compañeros de partido y en la sede de AD.

Las activistas se trasladaron en vehiculos particulares porque conocían las trabas que el gobierno venezolano pondría al transporte público y para burlar los peajes colocados en las principales vías terrestres por la Guardia Bolivariana.

Diferencias entre el 2002 y el 2016

El gobierno ha utilizado los canales de radio y televisión estatal para transmitir cadenas que comparan la convocatoria de mañana con las protestas multitudinarias de 2002 y 2003, que terminaron en el breve derrocamiento del entonces presidente Hugo Chávez.

Colette Capriles indicó que el escenario de 2016 es muy distinto al de hace 14 años.

La analista apuntó que durante los primeros años de la Revolución Bolivariana, el liderazgo opositor que incluía a militares, gerentes de la estatal Petróleos de Venezuela y personalidades de medios de comunicación era espontáneo y antipolítico.

Hoy en día la conducción es de partidos políticos amalgamados en una plataforma unida por la convocatoria del referendum revocatorio.

2002 fue la reacción a la constitución de una hegemonía que estaba desplazando élites, pero no tuvo el carácter popular que ésta tiene”, indicó Capriles.

La última encuesta de la firma DatinCorp, realizada el 22 de agosto, señaló que el 81 por ciento de los venezolanos considera que el referendum es una vía positiva para lograr un cambio.

Otro hallazgo significativo de las entrevistas realizadas por DatinCorp a 1.200 personas es que un millón doscientos mil caraqueños mayores de 18 años, equivalente al 34 por ciento, tiene la intención de asistir a la Toma de Caracas del 1S. Si la mitad se arrepiente y opta por quedarse en casa, todavía asistirían unas 600 mil personas a la mayor concentración opositora realizada en Caracas en los últimos años

Tres marchas realizadas en Caracas en 2002 llegaron a convocar más de un millón de participantes, determinó Yorelis Acosta en una investigación sobre la protesta política en Venezuela. Pero buena parte de la llamada “oposición dura” ha emigrado del país por la persecución política y el deterioro de las condiciones de vida.

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Protesta multitudinaria en una autopista del este de Caracas en 2004. Foto Carlos Granier-Phelps (Wikimedia Commons).

Otra diferencia entre las marchas del pasado y las actuales es la presión sobre un cronograma electoral. “Aquí no está planteado construir un contexto insurreccional, como en 2002, sino un cambio de gobierno por la vía constitucional”.

El abogado Cipriano Heredia, miembro del partido opositor Voluntad Popular, opinó que el 1S no tendrá la magnitud del 11A pero que tampoco habrá marcha atrás.

“Esta toma debe marcar un punto de inflexión que destranque el juego para que haya referendo revocatorio en 2016. Si no es así, porque el gobierno se empeña en cerrar la salida electoral, entonces que sea el comienzo de una etapa firme de resistencia pacífica que provoque un cambio desde la lucha cívica”, aseveró Heredia.

Las expectativas del 1S

El apoyo a la marcha no es evidente en la calle por la gran cantidad de tiempo que invierten los ciudadanos en sortear la escasez en largas colas y a la coerción sobre el derecho a la manifestación. De allí que las expectativas sean muy altas.

Capriles indicó que no se puede establecer un baremo de éxito para la marcha. “Esta es una táctica más dentro de una estrategia que busca evitar la inercia dentro de la oposición”.

El gobierno, por su parte, ha dado pasos para dificultarla y construir lo que llama un “escenario de radicalización”.

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El presidente Nicolás Maduro amenazó con repeler con mano dura las aspiraciones de la oposición. Foto Reuters.

El fin de semana el gobierno de Maduro prohibió los vuelos de drones para evitar el registro fotográfico independiente de la marcha, ha ordenado despedir funcionarios públicos, ha promovido un discurso de venganza y ha comenzado a perseguir a miembros de partidos políticos.

La policía política detuvo el lunes de manera irregular a Yon Goicochea, dirigente del partido Voluntad Popular, fundado por el ex alcalde Leopoldo López, quien cumple 14 años de condena por incitar a la violencia durante las manifestaciones del febrero de 2014.

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Rosaura Valentini teme por la vida de su esposo, Yon Goicochea. Foto MUD.

La captura de Goicoechea, quien lleva incomunicado desde el lunes 29 de agosto tras ser señalado por el gobierno de portar detonantes explosivos, fue seguida por la detención del dirigente nacional de Avanzada Progresista, Carlos Melo, por razones aún desconocidas.

La secretaría de la OEA advirtió que está al tanto de las arbitrariedades recientes como el traslado a prisión del ex alcalde de San Cristóbal Daniel Ceballos, la orden de aprehensión contra el alcalde de Maturín Warner Jiménez, los allanamientos a las residencias del diputado Lester Toledo y el alcalde Delson Guarate sin guardar el debido proceso y el traslado de los jóvenes activistas Francisco Márquez y Gabriel San Miguel a la cárcel de Tocuyito.

La OEA y el Sindicato de Trabajadores de la Prensa también denunciaron la prohibición de entrada al país de periodistas internacionales que viajaron a Venezuela para presenciar la marcha del 1S.

La Toma de Caracas fue convocada en medio de una profunda recesión económica en un país que posee una de las mayores reservas petroleras del mundo.

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La escasez de alimentos obliga a los venezolanos ha permanecer durante horas en largas colas para comprar productos regulados. Foto Gustavo Granado.

El valor del bolívar se ha devaluado más de un 10.000 por ciento durante el gobierno de Maduro, con un tipo de cambio saltó de 6,30 bolívares por dólar en 2013 a los 645,06 bolívares por dólar según la tasa establecida por el Sistema de Divisas Complementaria, mientras que la tasa en el mercado negro supera los 1.000 bolívares por dólar.

El salario mínimo en Venezuela ronda los 16 dólares mensuales y la canasta alimentaria cuesta unos 277 dólares mensuales, lo que significa que una familia de 5 personas debe reunir 17 salarios mínimos para alimentarse adecuadamente durante un mes.

Para la marcha del jueves el gobierno anunció el despliegue de 12 mil uniformados preparados para aplacar cualquier señal de “guarimbeo”, palabra usada en Venezuela para señalar a los manifestantes que alteran al orden público. Los líderes opositores han instruido a sus seguidores a no responder a ninguna agresión de las fuerzas públicas. Amanecerá y veremos.