Egipto condena al expresidente Mursi a 20 años de prisión

EL CAIRO (Reuters) - El líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi, ha sido sentenciado a veinte años de prisión sin posibilidad de libertad condicional por acusaciones derivadas del asesinato de manifestantes, casi tres años después de que se convirtiera en el primer presidente egipcio elegido libremente en las urnas. Mursi se mantuvo de pie en una jaula en el tribunal cuando el juez Ahmed Sabry Youssef pronunció la sentencia contra él y otros 12 miembros de los Hermanos Musulmanes, incluyendo a altos cargos del grupo como Mohamed el-Beltagy y Essam el-Erian. El juicio se retransmitió en directo por la televisión estatal. Todos ellos fueron condenados bajo los cargos de violencia, secuestro y tortura derivados del asesinato de manifestantes durante las protestas de 2012. Fueron absueltos de la acusación de asesinato, que habría supuesto la pena de muerte. Un abogado de algunos de los acusados dijo que apelarían contra la sentencia. Amnistía Internacional describió el juicio como una "parodia de la justicia" que "acaba con cualquier ilusión que queda de que exista independencia e imparcialidad en el sistema de justicia criminal egipcio". El grupo defensor de los derechos humanos pidió que Mursi volviera a ser juzgado en un tribunal civil "en línea con los estándares internacionales", o liberado. El líder religioso egipcio Sheikh Youssef al-Qaradawi, que vive en Catar, un país que apoya a los Hermanos Musulmanes, criticó la sentencia. "En Egipto, el judicial ya no es uno de los tres poderes. Todos ellos y el país en sí están ahora controlados por los militares", dijo en un comunicado. El gobierno de Egipto, apoyado por Estados Unidos, dijo que el poder judicial era independiente y que nunca interferiría en su trabajo. Mostrando un saludo con cuatro dedos que simboliza la resistencia contra la campaña estatal contra los islamistas, los acusados gritaron "Dios es el más grande" después de la lectura del veredicto en un tribunal improvisado a las afueras de El Cairo. La sentencia es la primera contra Mursi, que asegura estar decidido a revertir lo que llama un golpe militar contra él en 2013, llevado a cabo por el entonces jefe del ejército, ahora presidente, Abdel Fattah al-Sisi. Amr Darrag, un ministro de la era Mursi, dijo que los Hermanos Musulmanes seguirían siendo una fuerza poderosa, con miembros jóvenes tomando los roles de liderazgo ahora vacantes tras la campaña del gobierno en su contra. "La actitud general de los Hermanos es más revolucionaria porque la generación que se está haciendo con el control es joven y más revolucionaria y han visto qué Egipto tendríamos si no hacen lo que tienen que hacer", dijo a Reuters en una entrevista en Estambul. El hijo de Mursi, Osama, dijo que su padre planeaba volver al poder a pesar de la sentencia. La agencia estatal de noticias MENA citó fuentes de seguridad que aseguraban que Mursi había sido trasladado en helicóptero de vuelta a la cárcel de Borg al-Arab, cerca de Alejandría, donde ya ha pasado más de un año retenido. Mursi se enfrenta a acusaciones en otros cuatro casos, incluyendo filtración de secretos a Catar, conspiración con el grupo militante palestino Hamás para desestabilizar a Egipto, y la organización de una fuga de la cárcel durante las revueltas de 2011 contra Hosni Mubarak. Después de deponer a Mursi tras una serie de protestas masivas contra su mandato, Sisi se dispuso a acabar con los Hermanos Musulmanes, a los que acusa de formar parte de una red terrorista que supone una amenaza existencial contra el mundo árabe y occidental. Los Hermanos dicen ser un movimiento pacífico que volverá al poder por voluntad popular, a pesar de que las manifestaciones a su favor han pasado a darse con cuentagotas. El veredicto no pareció desatar protestas significativas, otro signo de la influencia menguante de los Hermanos.