Los efectos de las elecciones argentinas en Punta del Este y la clave que anticipan para el verano

Punta del Este se prepara para su verano con agresivas estrategias para atraer al turismo
Punta del Este se prepara para su verano con agresivas estrategias para atraer al turismo

Ni la brecha cambiaria ni las elecciones presidenciales desalientan la expectativa en Uruguay. A pesar de una diferencia superior al 100% en los tipos de cambio y un contexto inflacionario apremiante, el sector turístico del otro lado del Río de la Plata augura un verano prometedor.

En el marco de la Feria Internacional de América Latina (FIT), el director de Turismo de Maldonado, Martín Laventure, habló con LA NACION y analizó las variables que determinan la temporada estival, hizo proyecciones y anticipó las medidas con las que saldrán a la conquista de turistas.

Pese a la cautela que caracteriza a las autoridades uruguayas, Laventure se mostró optimista de cara al próximo verano y dijo que esperan que se repitan las tendencias del solsticio austral.

-Cuenta regresiva para el verano, ¿cuál es la expectativa?

-La expectativa es buena. Todos los años electorales siempre hay incertidumbre. Este año la Argentina está viviendo un año electoral particularmente complejo, por lo tanto la toma de decisiones y un poco el ánimo de la gente también dependen de cómo se desarrolle.

El director de Turismo de Maldonado, Martín Laventure
El director de Turismo de Maldonado, Martín Laventure - Créditos: @Gentileza

A eso hay que sumar una realidad cambiaria que, sobre todo en algunos servicios, no es la mejor.

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Lo que Uruguay ha hecho es repetir medidas de estímulo, como la devolución del IVA y la tasa 0 en hotelería para incentivar el turismo. También hay un esfuerzo muy grande para brindar servicios de todos los operadores y siempre con una relación precio calidad favorable al usuario. Todas esas cosas ayudan a que se achique un poco esa diferencia cambiaria.

Lo que sigue inalterable es el amor y lo bien que los argentinos la pasan en Uruguay, particularmente en nuestras playas. Eso ha estado siempre por encima de cualquier coyuntura desfavorable y estamos seguros de que este año se repite.

-¿Cómo contrastarías la proyección de este año con respecto a la última temporada?

-Vamos a estar bien. Va a ser muy parecido en relación a la cantidad de gente, ya se recuperaron los niveles de pre-pandemia. Aunque el nivel de gasto fue inferior a otras temporadas y eso probablemente se repita. Con el resto de nuestros clientes, brasileños y extranjeros, no solo nos hemos recuperado, sino que hemos crecido. Lo importante es que no se pierda la costumbre de venir, más allá de si gasta más o menos.

La más castigada es la clase media argentina, eso es un dato de la realidad. Ese es el turismo que hay que ver cómo vamos a buscar. A veces se habla solo de Punta del Este o José Ignacio, que es una oferta más exclusiva, pero también tenemos oferta espectacular en Piriápolis y otras playas con plazas de alojamiento muy distintos.

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Sabemos que la clase media es la más castigada, por lo que el que pueda salir a veranear -que también es un factor que se debe contemplar- yo creo que vamos a estar competitivos con los destinos turísticos dentro de la Argentina.

-En la Argentina ya se anticipa que los principales destinos turísticos tendrán alquileres dolarizados…

-Sí, la noticia que llega es que los principales destinos turísticos en la Argentina van a estar en dólares, por lo menos en lo que tiene que ver con los alquileres. Es una manera de tener estabilidad si no, es muy difícil. Eso nos puede beneficiar, entonces sin dudas estamos analizando cómo salir a contar nuestra realidad y no decir únicamente ‘estamos caros’, por el contrario, demostrar con hechos que hay una oferta para todos.

-¿Qué lectura hace de la relación entre contexto electoral con respecto a las temporadas de verano?

-La última temporada buena en cuanto a la Argentina -y esto no es un análisis político, sino un análisis de la realidad- fue enero de 2018, o sea, enseguida después de unos comicios, cuando había mucha expectativa.

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Más allá de una temporada, nosotros esperamos -porque queremos que la Argentina esté bien- que una vez terminado el proceso electoral, sea cual sea el resultado, se estabilice y la sociedad argentina esté más tranquila y con expectativas de mejorar. Eso hace que quieran descansar y recuperar energías en nuestro país.

En Uruguay esperan el mismo caudal de turistas que el último verano
En Uruguay esperan el mismo caudal de turistas que el último verano - Créditos: @Ricardo Figueredo / LA NACION

-¿Cuáles son los principales activos y desafíos de Punta del Este?

-El principal desafío, que creo lo estamos sorteando, era cómo transitábamos la transformación de un balneario exclusivo a ciudades con movimiento, y ese crecimiento no nos podía hacer perder la esencia. Creo que eso se ha ido logrando. Cada vez hay más gente viviendo, Punta del Este se ha extendido, pero sigue teniendo esa esencia de balneario de pueblito de pescadores que nació hace 117 años.

Como fortalezas veo que quizá antes se asociaba a Punta del Este con el glamour, con la noche, que creo que hoy no es lo que la gente busca. Tenemos vida sana, respeto al medioambiente, innovación y tecnología, tenemos todas las posibilidades que muchos lugares no tienen. Ofrece calidad de vida, las principales empresas -incluso argentinas- se están instalando en Maldonado. Queremos ser “Silicon Beach”, así como en su momento se expandió “Silicon Valley”. Nos transformamos en lugar de todo el año, de residencia y de veraneo.

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-Según datos de la intendencia de Maldonado, más del 10% de los residentes son argentinos. ¿Cuál es la principal preocupación?

Nuestra principal preocupación es que no se aburra, porque generalmente es mucho más lanzado que nosotros. Hay algo que decimos de Punta del Este, que creo es bastante gráfico: si hubiera sido argentino, capaz que hubiera desbarrancado, y si hubiera sido uruguayo, nunca se hubiera desarrollado. Entonces creo que tenemos que darnos cuenta de que ese montón de gente que se está viniendo a vivir, que es mucha, busca tranquilidad, pero también cosas para hacer.

Entonces creo que las preocupaciones pasan por eso, cómo lograr un equilibrio en ser un lugar seguro, tranquilo, respetar el medio ambiente, pero seguir desarrollándolo y que la gente pueda hacer todo lo que quiera hacer en el marco de una seguridad jurídica y física que debemos mantener.