Eddie Murphy: “Soy el único actor negro en la historia del cine que consiguió tener una audiencia mundial”
Eddie Murphy (Nueva York, 59 años) consiguió a finales de los ochenta que se convirtiera en un fenómeno cultural en todo el mundo una película con un reparto de intérpretes negros que contaba la historia de un príncipe africano que viajaba en busca del amor. El actor y productor de Un príncipe en Nueva York (Coming to America, en su título original) asegura por teléfono desde en su casa de Los Ángeles, de la que no salió en casi un año por la pandemia, que ese título es en parte responsable —con otras de sus películas— de que se haya convertido “en el único actor negro en la historia que consiguió tener una audiencia mundial”. Más de tres décadas después, estrena Un príncipe en Nueva York 2, la secuela, y se muestra totalmente convencido de que esta segunda parte revalidará ese título que se otorgó sin el permiso de Morgan Freeman, Denzel Washington, Will Smith o incluso Sidney Poitier.
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Un príncipe en Nueva York 2 [que se estrena el próximo 5 de marzo por Amazon Prime Video] es la versión moderna de la primera entrega, con la misma premisa: “Un cuento sobre el amor, la familia, la tradición, lo que está bien”, explica al diario EL PAÍS el actor Arsenio Hall (Cleveland, 65 años) sin quitarse, cuenta, el tapabocas, aunque la conversación es por teléfono, una hora antes que la de Murphy. Aunque son amigos, ni siquiera se juntan en el mismo espacio para hacer la promoción de la película. “Me da mucho miedo el coronavirus”, justifica el actor que, como el resto del reparto original, repite en su papel de escudero del príncipe Akeem, interpretado por Murphy. En esta nueva entrega, el príncipe se convierte en rey y tiene que enfrentarse a un dilema: ¿quién heredará su trono si tiene tres hijas, pero solo un varón puede sucederle? Un hijo no reconocido de su primer viaje a Nueva York aparece en la ecuación. Los protagonistas volverán al barrio neoyorquino de Queens en busca del posible heredero y se abrirá un debate en el que se mezclan el feminismo, la raza y hasta la protección del medio ambiente.
“La película no pretende predicar ni convencer al público de determinadas cuestiones”, apunta Murphy, mientras Hall remata: “No es una película sobre los problemas que sufren los afroamericanos o su papel en la historia de los Estados Unidos. No aparece la bota de un policía sobre la cabeza de un negro. Estoy orgulloso de haber hecho una película de hora y media para que la gente se ría con nuestro cuento de Zamunda”. Es decir, en busca de ese éxito global, no dejan de lado la actualidad, pero tampoco ahondan en ella. “Para conseguir que una película sea exitosa en todo el mundo hay que tratar temas universales”, zanja el actor y productor del film.
Ni siquiera cuando se les pregunta por el otro hito que marcó la primera entrega —ser una de las primeras películas en contar con un elenco exclusivamente negro— les interesa el tema. Ambos actores reconocen que se adelantaron al fenómeno Pantera negra, de hecho, se consideran el primo mayor de la entrega de Marvel protagonizada por un superhéroe negro, con un reparto negro que apostó por el acento africano. “Son dos películas que trascienden la cuestión de la raza y que han tenido éxito en todo el mundo por esta razón. De hecho, Pantera negra tiene más mensajes sobre la raza que nosotros, que nuestro único interés es ser graciosos”, reitera Hall. “Solo tres películas lo han conseguido en la historia del cine”, zanja Murphy añadiendo a la lista El príncipe de Nueva York. Hasta ahí llega su reflexión.
Nuevo guion
El responsable de la actualización del guion de Un príncipe en Nueva York es Kenya Barris, creador de la serie Black-ish (sobre los avatares de una familia afroamericana). El escritor se unió a los guionistas originales (rondan los 70 años), los primeros a los que contactó Murphy hace cuatro cuando decidió emprender este proyecto. Hall recuerda el momento en que su mejor amigo (es el padrino de su hija mayor) lo llamó para contárselo y la presión que aún siente: “Recibí muchos tuits que me dicen: ‘No arruinen la peli’, ‘déjenla como está’, ‘es mi película favorita”. Murphy, alejado de las redes sociales —no tiene computadora, ni correo electrónico- confiesa y vuelve a mostrar su seguridad: “Nunca me pongo nervioso cuando afronto un proyecto creativo. Soy un artista y estoy muy seguro de mí mismo como artista”.
La película, producida por Paramount y que se terminó de rodar a finales de 2019, se iba a estrenar en cines hasta que llegó la pandemia y la productora decidió posponer el lanzamiento a 2023. Entonces apareció Amazon. “Ya son mis ídolos, junto a Martin Luther King y Malcolm X”, llega a decir Hall tras el desembolso de 125 millones de dólares, según la revista Forbes, de la plataforma para adquirir los derechos de la película. “Gracias a las plataformas más gente va a poder ver la película. Además creo que es una película que puede servir de respiro para mucha gente que ha sufrido y sufre la pandemia”, añade Murphy.