Dueños de camiones de comida combaten tarifa de $100 diarios; ven ‘trasfondo racial’

Digna y Adonay Díaz llevan más de 20 años viviendo en Chowchilla. Como muchos otros inmigrantes latinos, huyeron de la violencia en su tierra natal en busca de una vida mejor. Como muchos de los que aterrizan en el Valle Central, este matrimonio de origen salvadoreño, ambos de unos 50 años, trabajaban en el campo cuando llegaron.

Desde entonces han abierto varios negocios en Chowchilla, y también querían operar su camión de comida “Plátano, Pupusas y Cafecito”, en la ciudad.

Pero operar su camión en Chowchilla va a costar tanto con las nuevas tarifas gubernamentales, tal vez $100 diarios, que quizá no valga la pena. Así que trasladaron la operación y el sueño a Madera, donde no hay una tarifa de $100 por día de operación para los camiones de comida, y donde no sienten que la política se dirija injustamente a los negocios latinos.

La situación comenzó en agosto, cuando el Concejo Municipal de Chowchilla aprobó varias actualizaciones de las cuotas en un intento de hacer que los costos de la ciudad estuvieran “más actuallizados con los estándares de hoy en día”, dijo el director de Desarrollo Económico y Comunitario, Mark Hamilton.

Para Catalina López Mendoza, propietaria de “Tacos El Guerrero”, el precio de un permiso en Chowchilla podría pasar de $242 a $36,500 al año.

El hijo de los Díaz, Josué Díaz, quien trabaja como contador en Fresno, dijo que la nueva tarifa para camiones de comida se siente muy dirigida hacia una industria dominada por latinos.

Para el alcalde de Chowchilla, Ray Barragán Jr., se trata de un malentendido que puede cambiar.

“Vengan al concejo”, dijo. “Hagan cambios”.

Operar en Chowchilla es ‘muy difícil’, dicen dueños de camiones de comida

Adonay Díaz dijo que buscar un permiso para un camión de comida en Chowchilla se sintió como tratar de obtener la aprobación de un proyecto de construcción.

Para cumplir con los requisitos de los camiones de comida de la ciudad, tuvieron que encontrar una ubicación a más de 100 pies de las zonas residenciales y 300 pies de los restaurantes existentes, a menos que cada restaurante existente les diera un permiso por escrito.

Mendoza, quien opera “Tacos El Guerrero” junto a una tienda de llantas en el lado oeste de Chowchilla, a pesar de que el lote se encuentra junto a un complejo de apartamentos, dijo que ha pasado apuros similares.

“Ha sido muy difícil”, dijo en español. “En un momento dado, estuve a punto de decir: ‘Sabes qué, no vamos a poder hacerlo aquí’”.

Además de los costos de funcionamiento, Mendoza dijo que paga a la tienda de llantas $1,000 al mes de renta, y que es su “única opción”. Inicialmente quería operar en el terreno de una gasolinera Shell en la zona este de la ciudad.

Las grandes cadenas de restaurantes han denegado el permiso a Mendoza y a la familia Díaz en diferentes ubicaciones, según dijeron. La familia Díaz pensaba que estaba a punto de instalarse en el mismo terreno de la gasolinera Shell que Mendoza había estudiado cuando recibieron una carta de la ciudad fechada el 29 de agosto, una semana después de que se aprobaran las nuevas tarifas.

Digna Díaz, propietaria de ‘Plátano, Pupusas Y Cafecito’, enrolla en sus manos una pupusa rellena de chicharrón y queso el 7 de octubre. Díaz aprendió a cocinar de su madre y ha preparado pupusas desde que tenía 10 años. Ella y su esposo, Adonay Díaz, quien luchó en la Guerra Civil salvadoreña, emigraron a Estados Unidos como refugiados.
Digna Díaz, propietaria de ‘Plátano, Pupusas Y Cafecito’, enrolla en sus manos una pupusa rellena de chicharrón y queso el 7 de octubre. Díaz aprendió a cocinar de su madre y ha preparado pupusas desde que tenía 10 años. Ella y su esposo, Adonay Díaz, quien luchó en la Guerra Civil salvadoreña, emigraron a Estados Unidos como refugiados.

Así se enteraron de los nuevos costos: Un permiso de uso temporal de $215 más $100 por día de funcionamiento, o un permiso de uso administrativo de $550 más $36,500 anuales.

“Pensé que se trataba de un error”, dijo Digna Díaz.

La familia Díaz abrió “Plátano, Pupusas Y Cafecitoen la ciudad de Madera a un costo de $614 anuales. Hamilton dijo a The Bee que las comparaciones con Fresno y Madera son inadecuadas, ya que la población de Chowchilla es mucho menor.

Dos Palos cobra a los camiones de comida $200 al día, mencionó. El Condado de Madera, añadió Hamilton, les cobra $120 al día. El Departamento de Desarrollo Comunitario y Económico del Condado confirmó en un correo electrónico el martes que no existe una tarifa de $120 por día de operación para los camiones de comida.

“Eso es lo que nos dijeron”, dijo Hamilton al Bee.

El departamento de Desarrollo Económico y Comunitario del Condado no había respondido a la solicitud de aclaración del Bee hasta el martes.

La ciudad de Kerman, en el condado de Fresno, tiene una población mucho más cercana a la de Chowchilla. Permite seis camiones de comida permanentes y les cobra alrededor de $800 por año.

Un correo electrónico entre Josué Díaz y Hamilton muestra que la ciudad tiene la intención de hacer que “Tacos El Guerrero” cumpla con la nueva tarifa.

“No, no voy poder pagar eso”, dijo Mendoza.

Los registros públicos proporcionados a The Bee por Josué Díaz muestran que Mendoza pagó $242 cuando renovó su licencia de camión de comida en julio, antes de que se aprobara la nueva tarifa.

Esos registros también muestran que Panda Express y Starbucks pagaron $529. Hamilton confirmó que esos establecimientos no están sujetos a una tarifa diaria como la de los camiones de comida.

¿Discriminación contra los negocios latinos?

Que “Tacos El Guerrero” opere fuera de los requisitos de camiones de comida de la ciudad quizá no importe porque está en un lote en el lado oeste de la ciudad, dijo Josué Díaz.

Es el lado latino más descuidado de la ciudad, añadió, donde no todos los vecindarios tienen aceras.

Aunque no es explícito, prosiguió Josué Díaz, a su familia le parece que las nuevas tarifas para los camiones de comida pueden tener un trasfondo racial porque este tipo de negocio es uno en el que los latinos suelen fijarse para emprender. Mendoza dijo que sus dificultades para operar en la ciudad le han llevado a pensar lo mismo.

“Con esta nueva tarifa ... esencialmente están echando a los negocios latinos de la ciudad”, dijo Josué Díaz.

Adonay Díaz, con mascarilla, camina con un cliente hasta el menú de ‘Plátano, Pupusas Y Cafecito’ el 7 de octubre. Adonay Díaz dijo que la decisión de su familia de venir a Estados Unidos se dio después de que él ya había luchado en la Guerra Civil salvadoreña y estaba a punto de entrar en una segunda campaña.
Adonay Díaz, con mascarilla, camina con un cliente hasta el menú de ‘Plátano, Pupusas Y Cafecito’ el 7 de octubre. Adonay Díaz dijo que la decisión de su familia de venir a Estados Unidos se dio después de que él ya había luchado en la Guerra Civil salvadoreña y estaba a punto de entrar en una segunda campaña.

Como Digna Díaz ya había tenido negocios, el proceso de concesión de licencias no era nuevo para ella. Pero dijo que fue un proceso difícil.

Hamilton dijo a The Bee que la ciudad tiene un historial de ayudar a muchos otros tipos de pequeñas empresas, incluidos los restaurantes fijos de propiedad de minorías como Lady G’s Soul Spot y Taquería Las Aves.

“Tenemos una mezcla de propietarios de restaurantes”, dijo Hamilton. “Ayudamos a todos”.

En el pasado, los negocios locales expresaron que los camiones de comida serían un problema para ellos, dijo el alcalde de Chowchilla, Ray Barragán Jr.

“Mark (Hamilton) solo está haciendo lo que los concejos anteriores solicitaron”, dijo.

Juan Espinoza, abogado del despacho Public Counsel, con sede en Los Ángeles, dijo que la presión sobre los gobiernos locales para imponer regulaciones extremas a las microempresas no es poco frecuente. Espinoza lleva dos años trabajando para apoyar a los vendedores ambulantes y otros microempresarios de California.

“Existe la idea errónea de que (las microempresas) no pagan los mismos costos operativos que las empresas tradicionales”, dijo Espinoza. “Esa retórica está relacionada con el sentimiento antiinmigrante”.

Barragán reiteró que la postura contra los camiones de comida de la ciudad es el resultado de solicitudes anteriores, y dijo que los comentarios en las redes sociales de que no quiere negocios latinos en la ciudad y que no quiere camiones de comida en la ciudad son falsos.

“Soy hispano, así que no tengo prejuicios contra nadie”, dijo. “Quiero que todos los negocios hispanos del mundo abran en Chowchilla”.

La familia Díaz cree que Barragán debería haberse abstenido en la votación sobre la nueva tarifa para los camiones de comida porque es propietario de Sugar Ray’s BBQ en Robertson Boulevard. El alcalde dijo que eso no significa que tenga interés en mantener fuera a los camiones de comida, ya que solo abrió el restaurante para agregar empleos a la comunidad.

También es falsa, dijo Barragán, la idea de que Chowchilla es de alguna manera anti-empresarial. Mencionó el centro de distribución AutoZone de $150 millones que se está construyendo en la ciudad como una oportunidad para los camiones de comida.

“Todo está listo para un cambio”, dijo. “A medida que la ciudad crece, las cosas cambian con eso”.

Líderes de Chowchilla anuncian el nuevo centro de distribución AutoZone de $150 millones, creará 300 empleos

Chowchilla quiere que dueños de camiones de comida acudan al Concejo Municipal

Hubo una discusión mínima entre el concejo cuando aprobó las nuevas tarifas en agosto. Barragán lo atribuyó a que la ciudad ha tenido muy pocos camiones de comida en la última década.

“Si tuviéramos gente que dijera que quiere un camión de comida en la ciudad, también les escucharíamos”, dijo.

Tanto él como Hamilton dijeron que la familia Díaz no ha completado una solicitud de permiso o de exención de tarifas. El concejo decide si se concede una exención de tarifas a un solicitante.

“Vayan a hablar con el concejo y digan: ‘Ey, ¿hay alguna manera en que pudiera estacionar mi camión de comida aquí y tener un esquema de tarifas diferente’”, dijo Barragán. “Lo consideraríamos”.

Hasta que se presente una solicitud de exención de tarifas, no hay manera de saber si va a ser aprobado, dijo Hamilton.

Josué Díaz dijo que el proceso de la ciudad para la aprobación de exenciones de tarifas da al concejo demasiado poder: Las decisiones son arbitrarias.

“Abre la puerta al favoritismo”, coincidió Espinoza. “La discrecionalidad del concejo puede crear disparidades”.

Incluso si no traen su negocio de nuevo a Chowchilla, la familia Díaz dijo que su objetivo es lograr que la tarifa de $100 por día sea derogada y que el proceso de concesión de licencias para camiones de alimentos sea más fácil.

Una carta de la ciudad a ‘Plátano, Pupusas Y Cafecito’ del 29 de agosto muestra que los propietarios de camiones de comida deben pagar $100 por día de operación en Chowchilla. Un permiso anual costaría a los propietarios de camiones de comida $36,500.
Una carta de la ciudad a ‘Plátano, Pupusas Y Cafecito’ del 29 de agosto muestra que los propietarios de camiones de comida deben pagar $100 por día de operación en Chowchilla. Un permiso anual costaría a los propietarios de camiones de comida $36,500.
Recibos de pagos de cadenas por licencias comerciales en Chowchilla muestran que Starbucks y Panda Express pagaron $529, mientras que McDonald's pagó $348. Josué Díaz, hijo de los propietarios de ‘Plátano, Pupusas Y Cafecito’, obtuvo esta información a través de solicitudes de registros públicos después de que sus padres se encontraron con la tarifa de $100 por día de operación impuesta por la ciudad para los camiones de comida.

Vuelve icónica hamburguesería a autopista de California. Sus planes a largo plazo