Los ‘Dreamers’ quizá no puedan votar, pero convencieron a legisladores republicanos para que los ayudaran

Asistieron a escuelas públicas de la Florida y crecieron indocumentados en diferentes lugares del estado tras ser traídos al país por sus padres cuando eran niños.

Durante nueve semanas seguidas, decenas de estos jóvenes inmigrantes indocumentados, conocidos como Dreamers, viajaron a Tallahassee para reunirse con legisladores de la Florida. Cada semana, viajaron horas en auto, desde ciudades como Miami y Orlando, para instar a los legisladores a proteger una ley de 2014 que les ha permitido pagar matrículas estatales en institutos superiores o universidades del estado.

Su objetivo era compartir sus historias con los legisladores —en su mayoría republicanos— para convencerlos de contrarrestar una iniciativa liderada por el gobernador Ron DeSantis, quien a principios de este año buscó derogar la ley, diciendo que el estado no debería “subsidiar” la educación de los no ciudadanos estadounidenses.

“Cuando hablé con los legisladores, les expliqué cómo nosotros, los Dreamers, en realidad solo estamos tratando de superarnos, contribuir con las comunidades en las que crecimos y alcanzar nuestro sueño americano”, dijo Murilo Alves, de 25 años, quien llegó a Estados Unidos desde Brasil cuando tenía tres años.

El esfuerzo funcionó, al menos por ahora.

Los legisladores de la Florida concluyeron el periodo de sesiones legislativas de 60 días el viernes sin derogar la ley de las matrículas estatales. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Renner, y la presidenta del Senado, Kathleen Passidomo, dijeron que la decisión de proteger la exención de la colegiatura estatal, al mismo tiempo que también persiguen otras iniciativas de inmigración respaldadas por DeSantis, fue un enfoque “equilibrado” y “justo” para abordar el tema de la inmigración ilegal.

“Me siento cómodo con el lugar donde quedamos”, dijo Renner. “Creo que es un lugar justo, es duro con la inmigración y también justo para los estudiantes”.

Dreamers lideran esfuerzo para proteger ley de colegiaturas estatales

Varios Dreamers que acudieron a Tallahassee y los legisladores republicanos que respaldaron sus esfuerzos tienen la esperanza de que los resultados de este período de sesiones tengan un impacto a largo plazo.

DeSantis, a quien le quedan más de tres años de su segundo mandato, ha adoptado políticas de inmigración de línea dura y está usando su agenda legislativa como un trampolín político en la contienda por la nominación presidencial del Partido Republicano. Se espera que anuncie su candidatura en los próximos días.

“Aunque lo hemos impedido este año, siento que tengo que seguir luchando para asegurarme de que no ocurra el año que viene y los siguientes”, dijo el viernes al Herald/Times la representante estatal Vicki López, republicana de Miami.

Entre los legisladores republicanos, hubo una mezcla de oposición vocal y silenciosa a la derogación de la exención de las matrículas estatales, dijo López. La delegación de Miami-Dade fue clave en la lucha, agregó.

La ley es parte del legado de la propia vicegobernadora de DeSantis, Jeanette Núñez, quien defendió la política en 2014 cuando se desempeñaba en la Cámara de la Florida. Esa dinámica añadió otra razón para que algunos republicanos se opusieran a la iniciativa de derogación.

Pero López dijo que los Dreamers fueron fundamentales para derrotar la propuesta.

“Uno pudo hablar con ellos sobre sus vidas y lo esperanzados que estaban en buscar una educación superior y cuáles eran sus sueños para ellos y sus familias. Una vez que uno humaniza un tema es difícil no verlo a través de su perspectiva”, dijo López.

Luchar hasta el final del período de sesiones

En el último día del período de sesiones legislativas, cuatro Dreamers seguían recorriendo los pasillos del Capitolio. Principalmente, entregaban en mano muestras de agradecimiento a los legisladores que ayudaron a su causa.

Britney Ortiz, una estudiante de 20 años de Orlando que está a punto de graduarse de Valencia State College el domingo, dijo que viajó a Tallahassee cada semana durante el periodo de sesiones legislativas. Se reunió con docenas de legisladores. Llegó a Estados Unidos a los tres años.

“Aprendí el poder que tienen nuestras voces”, dijo Ortiz. “Como no podemos votar, a veces es difícil hacer oír nuestras voces. Pero no podemos escondernos, tenemos que hablar”.

Aquiles Barreto, un joven de 21 años que estudia Comunicación en la Universidad Internacional de la Florida (FIU), dijo que era tan importante para él venir a Tallahassee que una semana hizo un examen parcial por internet para uno de sus cursos universitarios en el viaje de vuelta a Miami.

Barreto, quien llegó al país procedente de Venezuela a la edad de 11 años, dijo que decidió estudiar periodismo audiovisual porque valora la libertad de prensa, más aún después de ver esos derechos restringidos en Venezuela.

Bela Morcas, una joven de 21 años que llegó a Estados Unidos desde Colombia a los 13 y está a un año de graduarse como licenciada en Psicología por la FIU. Cuando se enteró de la ley de colegiaturas estatales en su último año de preparatoria, dijo que fue “la mayor bendición”.

Mientras cabildeaba ante los legisladores, le preocupaba tener que dejar de estudiar durante un tiempo si se derogaban las colegiaturas estatales.

Morcas no está segura de que su esfuerzo sea efectivo a largo plazo, pero dijo que está orgullosa de que ella y docenas de otros Dreamers pudieron poner nuestro granito de arena”.

María Tinoco, una Dreamer de 24 años que la semana pasada se graduó como ingeniera mecánica de la FIU, dijo que la lucha no ha terminado.

“Aunque tuvimos éxito”, dijo, “todavía queda mucho trabajo por hacer”.