Donald Trump termina devorado por sus propios fans

A finales del siglo pasado, en 1998, el británico Andrew Wakefield publicó un estudio en The Lancet que relacionaba las vacunas con el autismo. En los años siguientes varias investigaciones independientes desmontaron esas tesis, se retiró el artículo y la licencia médica de Wakefield pero los movimientos antivacunas ya se habían hecho fuertes y personalidades como Donald Trump daban alas a sus tesis.

Irónicamente, en agosto de 2021, y con una pandemia de por medio con la que Trump ha tenido que lidiar como presidente de Estados Unidos, el ya expresidente ha sido abucheado por sus propios partidarios durante un mitin en Alabama por recomendar la vacunación contra la covid-19.

Trump ha sido abucheado en Alabama tras defender la vacunación. (Photo by Peter Zay/Anadolu Agency via Getty Images)
Trump ha sido abucheado en Alabama tras defender la vacunación. (Photo by Peter Zay/Anadolu Agency via Getty Images)

“Creo totalmente en vuestras libertades, lo hago, tenéis que hacer lo que tenéis que hacer, pero os recomiendo que os pongáis las vacunas. Yo lo hice. Es bueno", dijo a la vez que provocaba abucheos de sus seguidores.

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Trump y su mujer, la ex primera dama Melania Trump, se vacunaron contra la covid-19 en secreto antes de abandonar el poder. Aunque no lo hicieron público en su momento, el magnate y otros mandatarios republicanos defienden ahora la vacunación, ante la proliferación de la variante Delta –representa ya alrededor del 95% de los casos en Estados Unidos– y el hecho de que la mayoría de las muertes en el país se producen entre personas no vacunadas.

De hecho, varias encuestas han lanzado repetidamente un porcentaje muy alto de prácticamente el 40% de votantes republicanos que rechazan vacunarse o que tienen dudas, mientras del lado demócrata tan solo un 10% se niega a inmunizarse y un 20% está todavía indeciso.

De acuerdo a los datos del portal Our World in Data, solo un 51% de los estadounidenses está totalmente vacunado frente al coronavirus, a pesar de la disponibilidad de vacunas, mientras que un 9% ha recibido la primera dosis.

Desde el estallido de la pandemia en 2020, muchos expertos han lanzado la voz de alarma ante mensajes falsos que se viralizan en Internet y alertan de la supuesta peligrosidad de las vacunas o de contener chips de Bill Gates para controlar a las sociedades, entre otras teorías, dado que hacen peligrar la campaña de vacunación y la posibilidad de alcanzar la inmunidad de rebaño.

Protestas antivacunas en Estados Unidos. (Photo by RINGO CHIU/AFP via Getty Images)
Protestas antivacunas en Estados Unidos. (Photo by RINGO CHIU/AFP via Getty Images)

El discurso antivacunas en Estados Unidos ha sido responsable del resurgimiento en el país de enfermedades que ya se consideraban erradicadas como el sarampión, y ha encontrado una buena oportunidad para expandirse con la llegada de la covid-19, en mitad de un escepticismo creciente y una desconfianza cada vez mayor hacia las instituciones, con la expansión de noticias falsas y un presidente irresponsable e incendiario como Donald Trump.

El magnate ha legitimado, a través de sus discursos y tuits, a los antivacunas o a los negacionistas del cambio climático, y ha dado pábulo a toda clase de teorías conspiratorias, como las impulsadas por el movimiento QAnon, cuyos adeptos protagonizaron, junto a otros grupos, el asalto al Capitolio en enero de 2021.

Ahora es la víctima del monstruo que él ayudó a crecer, y que impulsó con sus mensajes que encuentran eco en todo el mundo.

Sus mensajes se expanden como el virus

En abril de 2020, en pleno estallido de la pandemia del SARS-CoV-2 a nivel mundial, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recomendó una “inyección de desinfectante” para eliminar el virus.

En los días que siguieron a esas declaraciones, el Centro de Control de Envenenamientos de Nueva York recibió una treintena de llamadas relacionadas con la exposición a lejía, al desinfectante Lysol y a otros productos de limpieza.

Aunque la Casa Blanca matizó las palabras del expresidente, su eco provocó varias intoxicaciones, de las que Trump no se sintió responsable, ya que –explicó– había sido "sarcástico".

Suspensión de su cuenta en Twitter

La red social Twitter fue durante muchos años un instrumento de comunicación clave para Trump y la usaba como su altavoz favorito. A través de sus tuits, el magnate convertido en presidente de los Estados Unidos, lanzó mensajes negacionistas, xenófobos o machistas frente a sus adversarios o como herramienta para atraer a los grupos más reaccionarios.

Sin embargo, la justificación del asalto al Capitolio a principios de 2021 por sus simpatizantes llevó a la red social a suspender definitivamente la cuenta de @realDonaldTrump ante “el riesgo de una mayor incitación a la violencia” por su parte.

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