De Donald Trump a Joe Biden, de Putin a Zelensky, Don King pasa revista al mundo. Ah, y también habla de boxeo

La conferencia de prensa es sobre Adrien Broner, pero termina siendo de Donald Trump. Del expresidente pasa al actual mandatario, Joe Biden. Se convierte en una dura crítica a Vladimir Putin y una loa a Volodymyr Zelensky, porque “estamos al borde de la Tercera Guerra Mundial’’.

Don King muy pronto cumplirá 92 años. Físicamente es una sombra de aquel hombre imponente y el cuello se le dobla ante el peso de todas las cadenas que son el signo de su personalidad, mientras que el ramo de banderas se agita de manera trémula en sus manos.

Si le hablas de boxeo recupera la vitalidad, pero si entra la política -que él mismo introduce de manera irremediable- en la conversación, pareciera que el espíritu de un hombre joven le poseyera .De pronto el hombre cansado y vetusto se desempolva y habla con la misma verborrea incontenible de sus buenos tiempos, abarcando desde el menor tema doméstico hasta los entresijos de la alta diplomacia.

Quiere mencionar a Broner, su nueva adquisición que este 9 de junio se presentará en el Casino Jai Alai de Miami junto a Guillermo Rigondeaux y otros peleadores, pero no puede detenerse y habla acerca de cómo sacaron de la Casa Blanca a Trump y de lo mal que lo están haciendo Biden y la vicepresidenta Kamala Harris.

Broner, quien visitó a King en sus oficinas de Deerfield Beach para encontrarse con los periodistas, no sabe ni qué decir ante el desfile de personajes y situaciones que brotan de la boca de su promotor. El, que en algún momento hablaba hasta por los codos y era la estrella del show, solo atina a responder con frases cortas.

Su entrenador, el respetadísimo Kevin Cunningham, hace como que pone -o no le queda otro remedio- la mente en blanco en espera de que pase la avalancha de advertencias y premoniciones, que francamente resultan demasiadas y van de susto en susto, en espera de que se vuelva a comentar de boxeo.

Don King junto al boxeador Adrien Broner, quien protagoniza la velada del 9 de junio en Miami.
Don King junto al boxeador Adrien Broner, quien protagoniza la velada del 9 de junio en Miami.

Más allá de que se pueda estar de acuerdo o no con King, algo sí es admirable: a su edad no todos encuentran la capacidad de resistir. Con su característico pelo en puntas, pero cubierto de canas, y su mazo de banderas en la mano, el legendario promotor no deja de trabajar, aunque sin la intensidad de aquellos días en que dominaba el panorama del boxeo.

Firme y hierático, este es mismo hombre que promovió Rumble In Jungle, Thrilla in Manila; el mismo que condujo en momentos las carreras de Muhammad Alí, Joe Frazier, George Foreman, Larry Holmes, Mike Tyson, Evander Holyfield, Chris Byrd, John Ruiz, Julio César Chávez, Ricardo Mayorga, Bernard Hopkins, Félix Trinidad y Roy Jones Jr.

Algunos de estos boxeadores lo demandaron por haberlos defraudado. La mayoría de las demandas se resolvieron fuera de los tribunales y Tyson dijo en algún momento que “hizo más daño a los boxeadores negros que cualquier promotor blanco en la historia del boxeo’’.

Mucho se ha hablado y escrito de los orígenes de King en Cleveland, su viaje a prisión por asesinato en segundo grado y su estancia en un centro penitenciario donde comenzaría, según él, su autoeducación en la librería de la cárcel. Del Instituto Correccional de Marion saldría un hombre diferente.

Enumerar todos los problemas de King con la ley y los enconos de otros contra él sería redactar una lista larga y, sin embargo, se le otorgó un doctorado Honoris Causa en letras humanas de la Universidad de Central State en Wilberforce, Ohio, de modo que no existe molde capaz de contener a esta figura que se resiste a quedarse en casa.

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En otros tiempos, su sola presencia inspiraba respeto y temor. Hoy quizá queda algo de ese respeto, pero mucho de curiosidad, y el público le contempla como se haría delante de una pieza de museo, rara y exótica, una exhibición humana donde la nostalgia, el pasado y la historia coinciden antes de que sea demasiado tarde para desaparecer de golpe.

Habla de un conflicto bélico y de la paz mundial. Dedica sus carteleras al pueblo de Ucrania y condena el egolatrismo de Putin. Se lanza contra la situación porosa de la frontera de Estados Unidos y México. Lo mismo recuerda a George Washington que a la fallecida Reina Isabel. Dicen que él y Trump son un equipo de trabajo: “los Doble D, Donald y Don’’.

En momentos así, se muestra como el sumo pontífice del boxeo y cuesta trabajo creer que, cercano a los 92 años, aún encuentre la fuerza para continuar con la misma pasión del principio. Como se dijo en algún momento del Papa Juan Pablo II: “es un espíritu que arrastra un cuerpo’’.