De esto trata el documental "La chica del Vaticano" de Netflix
CIUDAD DE MÉXICO, octubre 29 (EL UNIVERSAL).- Hay una historia que está generando dudas, hipótesis y conversación entre quienes la descubren, por haberle ocurrido a una adolescente en la capital de la religión católica. "La chica del Vaticano", lanzada recientemente por Netflix, ha actualizado uno de los casos sin resolver más misterioso de las últimas cuatro décadas en el seno europeo y que había caído en el olvido.
Aquí te damos las claves para entrar en el tema y sepas las razones de su impacto entre los usuarios de la plataforma donde se ubica entre las producciones más vistas.
- La última vez que se supo de Emanuela Orlandi, de entonces 15 años, fue en junio de 1983. Tras ir a sus clases de música, telefoneó a su familia para informarle que un hombre, a bordo de un automóvil, le había hecho plática. Testigos dicen que la joven se subió a un BMW oscuro.
- Un mes después el propio Juan Pablo II, líder de la iglesia católica, hizo un llamado a los responsables de los hechos, por lo que comenzó a especularse que había sido un secuestro. Hasta entonces, la policía y familia de Emanuela, habían recibido reportes de que había sido vista vendiendo productos de belleza y con el nombre cambiado.
- Llamadas telefónicas afirmaron que había sido secuestrada para lograr la libertad de Mehmet Ali Agca, el hombre que había disparado al Sumo Pontífice dos años atrás. Las autoridades nunca creyeron que hubiese relación entre ambos casos o que hubiese un motivo terrorista en la desaparición de la adolescente.
- Hace diez años, en 2012, el padre Gabriele Amorth quien era el jefe de exorcistas de la Santa Sede, afirmó que en la desaparición habría podido estar relacionado alguien del Vaticano involucrado en explotación sexual. Antes de Orlandi, otra quinceañera había desaparecido, lo que afianzaría la versión extraoficial.
- El escritor Pino Nicotri indicó en su obra "La verdad. De los lobos grises a la pandilla Magliana" que Emanuela habría sido víctima de pedofilia por parte de un grupo de sacerdotes protegidos por la Santa Sede.
- En 2019 la familia de la joven recibió una carta anónima con la imagen de un ángel sobre una tumba del cementerio del Vaticano. Se tramitó una apertura de la tumba, pero la misma estaba vacía.