Distrito escolar de Miami-Dade pide más impuestos para subir el sueldo a los maestros

En mayo el jefe de Finanzas de las Escuelas de Miami-Dade advirtió de la inminente turbulencia financiera que se avecina a menos que el distrito cambie y disminuya la inscripción de estudiantes y obtenga más dinero.

“Si no cambiamos en algún momento en los próximos años vamos a llegar a un punto en el que será difícil recuperarnos, porque tendremos que empezar a destruir los cimientos del sistema escolar”, dijo Ron Steiger a los miembros de un subcomité asesor de participación familiar y comunitaria.

El mensaje, visto en las actas de la reunión obtenidas por el Herald, se emitió unos meses antes que Steiger volviera a ofrecer una advertencia similar, esta vez ante los miembros de la Junta Escolar durante su reunión del 7 de septiembre. Antes que adoptaran un presupuesto de $7,000 millones de para el año escolar 2022-23 —una conversación que duró menos de una hora— hizo saber a los miembros de la Junta que aunque el distrito estaba cerrando el año escolar en una “posición financiera fuerte” su situación financiera “presagia un futuro potencialmente oscuro una vez que los fondos de estímulo federal se acaben (e) incluso quizá antes que eso”.

Sus comentarios esbozan una imagen de la realidad financiera del distrito —aumento de los costos, una disminución de la financiación estatal y una población estudiantil que se ha reducido en aproximadamente 6.75% en los últimos 10 años— antes de un referendo del 8 de noviembre que les pedirá a los electores por segunda vez que aumenten sus impuestos a la propiedad para financiar el pago a los maestros y los costos de seguridad escolar. Los electores aprobaron un aumento de impuestos en 2018 con más del 70% de los votos.

Si se aprueba, la medida generaría $400 millones en cuatro años.

Al mismo tiempo, alrededor de $1,200 millones en fondos de estímulo federal que el distrito recibió durante la pandemia se agotarán en 2024, lo que resulta en un “acantilado financiero” sobre el que los funcionarios, incluido Steiger, han advertido.

El referendo pide que aumente la tasa de impuestos sobre la propiedad de los dueños de viviendas para las escuelas de 0.75 a 1.0 —o $100 por cada $100,000 de valor gravable de la propiedad— durante los próximos cuatro años. Eso significa que la factura anual de impuestos para las escuelas de un dueño común sería de $240, en comparación con $168, sobre la base de una casa en Miami-Dade valuada en $265,682. El cálculo se basa en el valor estimado de una propiedad que va a aumentar solo 3%, por los límites legales de propiedad residencial.

“No hay nada más importante que la conversación que tenemos sobre la necesidad vital de que el referendo se apruebe en noviembre”, advirtió Steiger a los miembros de la Junta Escolar en la reunión del 7 de septiembre. “Tendrá un efecto drástico en las finanzas del distrito”.

Si falla, le dijo al Herald en una entrevista a finales de septiembre, “el futuro es muy sombrío”.

¿Por qué el aumento de impuestos?

Aunque algunos expresaron la preocupación de pedir a los electores que aumenten sus impuestos a la propiedad en medio del aumento del costo de la vida, el distrito ha defendido su decisión.

Una de las razones es una nueva ley estatal que requiere que los distritos compartan una parte de sus ingresos —alrededor del 25%— con las escuelas charter, resultado de que las escuelas públicas de Miami-Dade perdieran un caso judicial a principios de este año cuando el Tribunal de Apelaciones del Tercer Distrito falló que las escuelas charter eran elegibles para esa financiación.

Además, argumentan, el referendo es necesario para mantener competitivos los salarios de los maestros en comparación con los distritos vecinos. En agosto, por ejemplo, los habitantes del Condado Broward acordaron duplicar sus impuestos a la propiedad para apoyar un referendo que generará $267 millones en cuatro años para financiar iniciativas similares a las de Miami-Dade, incluyendo el pago de los maestros.

Si los electores rechazan la medida, el distrito perdería $300 millones —88% de los cuales se destina a la remuneración de los maestros y el otro 12% a la seguridad— una vez que el referendo actual expire en junio de 2023, dijo Steiger al Herald. (Los otros $100 millones son la asignación a las escuelas charter).

Agentes policiales de las Escuelas Públicas de Miami-Dade asisten a una conferencia de prensa el jueves 6 de octubre de 2022, en Madie Ives K-8 Center, en Miami, para promover el referendo del distrito del 8 de noviembre. El distrito está pidiendo a los electores que aumenten sus impuestos a la propiedad para financiar los aumentos de salarios de maestros y agentes de recursos escolares.

Además, los maestros verán una reducción de entre el 15% y el 20% en su paga complementaria, es decir, lo que ganan más allá de su salario base.

En una reunión del lunes, la primera de las 10 que el distrito está organizando para dar a conocer el referendo, el superintendente José Dotres expresó preocupaciones similares. Además de perder potencialmente a los maestros, el distrito también perdería a los agentes de la Policía Escolar ante dependencias con mejores salarios y habría menos programas estudiantiles disponibles, dijo. (Desde el referendo de 2018, el distrito ha contratado a 290 agentes y cada uno se le paga con los fondos del referendo. En total, la Policía del distrito escolar emplea a 468 agentes).

“Perderemos nuestra capacidad de contratar y retener personal de instrucción y buenos agentes policiales. Eso es lo esencial”, dijo Dotres. “Nuestra capacidad se verá comprometida. Si nuestras vacantes son preocupantes ahora, van a ser todavía mayores” si el referendo fracasa.

Los dólares del estímulo se acabarán se irán

El referendo se adelanta a otro problema financiero que enfrenta el distrito: el fin de los dólares del estímulo federal.

Al comienzo de la pandemia, cuando las escuelas cerraron y los distritos se apresuraron a trasladar la enseñanza y el aprendizaje en línea, los funcionarios usaron los fondos de estímulo federal para mantener ciertos programas en funcionamiento y evitar la reducción de personal.

El distrito recibió alrededor de $1,200 millones en fondos de estímulo, lo que supone entre 12% y 15% de su presupuesto operativo anual de unos $3,500 millones. Los fondos ayudaron a compensar una caída de los ingresos de $95 millones —la disminución de la inscripción de los estudiantes de las escuelas públicas tradicionales y una disminución de la asignación general de fondos estatales del distrito, entre otros factores— y un aumento de los gastos de $141 millones.

Cuando esos fondos se agoten —lo que Steiger pronostica que ocurrirá en los próximos uno o dos años— los funcionarios tendrán que tener “conversaciones difíciles” sobre qué programas se reducen.

“No hay nada fácil de recortar. Los programas que existen, existen por una razón, ya sea la educación especial, el inglés como segunda lengua o las artes. No queda nada que sea superfluo, que no sea clave, que no sea importante para nuestra comunidad”, dijo al Herald. “Así decir ahora lo que se reducirá es irresponsable. Pero como he dicho, todo se puede reducir”.

Si el referendo fracasa, la conversación sobre las reducciones se vuelve “sustancialmente peor y más inmediata”, dijo.

Un entorno diferente al de 2018

A pesar del abrumador apoyo de los electores al referendo de 2018, algunos están preocupados frente a la votación de noviembre.

“Mucho cambió en cuatro años”, dijo Antonio White, primer vicepresidente de United Teachers of Dade (UTD), el sindicato de maestros de Miami-Dade. “Los temas de la guerra cultural son reales”.

Antonio White, vicepresidente de United Teachers of Dade, el sindicato de maestros de Miami-Dade, a la izquierda, y Steve Gallon III, vicepresidente de la Junta Escolar de Miami-Dade, hablan antes de una conferencia de prensa para promover el referendo del 8 de noviembre, el jueves 6 de octubre de 2022, en Madie Ives K-8 Center, en Miami. El distrito está pidiendo a los electores que aumenten sus impuestos a la propiedad para financiar los aumentos de los salarios de maestros y agentes de recursos escolares.

Por un lado, el referendo de 2018 ocurrió nueve meses después del tiroteo del 14 de febrero de 2018 en la secundaria Marjory Stoneman Douglas, en el Condado Broward, que dejó 17 personas muertas. El referendo ayudó a financiar la seguridad escolar.

En 2020 llegó la pandemia, que cerró escuelas, desató un movimiento por los derechos de los padres y más tarde, desencadenó una creciente desconfianza de algunos padres hacia las juntas escolares.

Aun así, White dijo que “debemos tratar de educar a la comunidad sobre lo que es esto” y el precio “devastador” que un esfuerzo fallido tendrá en el distrito. Sin el referendo, el distrito tendrá que recortar puestos, que es “lo que hemos estado tratando de evitar”.

El distrito inició recientemente una serie de juntas para que la gente escuche una presentación y haga preguntas sobre el referendo.

Y en una conferencia de prensa el jueves, Dotres dijo que los funcionarios del distrito han estado proporcionando información sobre el referendo en redes sociales y durante las clases abiertas a los padres, además de las asambleas. White, de UTD, dijo que el sindicato “va a estar haciendo folletos y talleres”.

En la rueda de prensa, celebrada por el comité de acción política Save our Futures, participaron el superintendente, algunos miembros de la Junta Escolar, funcionarios del distrito, dirigentes de UTD y un algunos representantes de organizaciones comunitarias.

James López, director ejecutivo de Power U Center for Social Change, una organización sin fines de lucro que desarrolla programas de liderazgo entre los jóvenes afroamericanos y morenos, es uno de los miembros de la comunidad a los que les preocupa que los funcionarios hayan dedicado muy poco tiempo a conseguir que los electores se sumen a la iniciativa. El público necesita tiempo para comprender la “gravedad de la situación y la complejidad del contexto en torno a este referendo”, dijo.

“Apoyamos el referendo no porque nos guste aumentar los impuestos a la propiedad, sino porque si no se aprueba, sabemos que vamos a tener una implosión en [las escuelas de Miami-Dade]”, dijo. “Los maestros no van a querer quedarse les reducen el salario 15% cuando ya están dejando el sector”, dijo. “No solo hay que darle tiempo a la gente para que entienda lo que está en la boleta, sino la razón”.