Lo que las nuevas directrices de los CDC implican para nosotros

Mujer en un puesto ambulante de pruebas de COVID-19, en Berkeley, California, el 13 de julio de 2022. (Jim Wilson/The New York Times).
Mujer en un puesto ambulante de pruebas de COVID-19, en Berkeley, California, el 13 de julio de 2022. (Jim Wilson/The New York Times).

Esta semana, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) moderaron varias de sus directrices para la COVID-19 y le dieron un drástico giro a muchas de las medidas, como las cuarentenas y el distanciamiento social, mismas que llevan ya mucho tiempo caracterizando la pandemia.

Este cambio fue impulsado por el hecho de que ahora muchos estadounidenses cuentan con inmunidad contra el coronavirus —gracias a una combinación de las vacunaciones y las infecciones previas— y de que también contamos con vacunas, refuerzos y medicamentos antivirales capaces de disminuir el riesgo de enfermarnos de gravedad.

Según los funcionarios, simplificar las recomendaciones y ayudar a la población a responsabilizarse de los riesgos que corre fue una parte del objetivo de esta agencia de salud pública al emitir el nuevo conjunto de directrices. Pero las pautas siguen siendo complejas y están llenas de sutilezas.

Estas son las respuestas a algunas preguntas comunes acerca de lo que las directrices significan para nosotros.

¿Todavía tenemos que estar a dos metros de distancia de personas desconocidas?

Los CDC no han desechado por completo la idea del distanciamiento social, más bien, esta agencia sugiere guardar cierta distancia de los demás como una de las muchas estrategias que se pueden usar para contribuir a la disminución del riesgo.

Una enfermera del Departamento de Salud del condado de Jackson realiza una prueba de COVID-19, en Independence, Misuri, el 13 de julio de 2022. (Christopher Smith/The New York Times).
Una enfermera del Departamento de Salud del condado de Jackson realiza una prueba de COVID-19, en Independence, Misuri, el 13 de julio de 2022. (Christopher Smith/The New York Times).

Las directrices anteriores recomendaban que las personas que no estuvieran al día con sus vacunas “permanecieran al menos a dos metros de distancia de los demás” en espacios públicos cerrados.

Ahora, la agencia recomienda que es “mejor que la población evite estar en espacios muy concurridos” o que se mantenga a cierta distancia de los demás con el fin de reducir al mínimo su exposición al virus. La agencia señaló que es posible que esta precaución sea importante sobre todo para quienes tienen un alto riesgo de enfermar de gravedad con COVID-19.

¿Tenemos que seguir usando cubrebocas?

Las directrices generales con respecto a los cubrebocas no han cambiado. Los CDC recomiendan que todas las personas mayores de dos años usen un cubrebocas bien ajustado en espacios públicos cerrados cuando el nivel de COVID-19 dentro de la comunidad local es elevado. De acuerdo con estas directrices, las personas que tienen un riesgo muy alto de enfermar de gravedad también deben usar cubrebocas cuando el nivel de su comunidad es medio.

De acuerdo con los CDC, casi el 40 por ciento de los condados de todo Estados Unidos se encuentran en un nivel comunitario alto.

¿Qué debemos hacer si hemos estado expuestos al virus?

Como medida de precaución, los CDC recomiendan que la gente que no está al día con su esquema de vacunación y haya estado en contacto cercano con alguien que tiene COVID-19 se quede en casa al menos cinco días, una práctica que se conoce como cuarentena. (Según las directrices anteriores, las personas asintomáticas que estuvieran al día con sus vacunas no tenían que estar en cuarentena).

La recomendación de guardar cuarentena ha desaparecido, que es uno de los cambios más importantes de las nuevas directrices.

“Las cuarentenas son un instrumento algo deficiente”, comentó Jennifer Nuzzo, directora del Centro de Pandemias de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown. “Estoy convencida de que tenemos que cambiar nuestra manera de pensar acerca del control de este virus”.

Ahora, las personas que han estado expuestas al virus pueden seguir con sus rutinas habituales independientemente de su situación de vacunación, siempre y cuando sigan sin síntomas. No obstante, deben usar un cubrebocas bien ajustado durante diez días completos, estar atentas a los síntomas, tomar medidas adicionales de seguridad con las personas vulnerables y realizarse la prueba por lo menos cinco días después de la exposición.

Si recurren a una prueba casera de antígenos, es probable que tengan que hacerse la prueba en repetidas ocasiones. De acuerdo con una nueva recomendación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por su sigla en inglés), a fin de disminuir el riesgo de falsos negativos, las personas que no tienen síntomas deben hacerse al menos tres pruebas con 48 horas de diferencia. Las personas que sí tienen síntomas de COVID-19 deben hacerse al menos dos pruebas con 48 horas de diferencia.

“La carga viral aumenta después de infectarse”, señaló Michael Mina, un exinvestigador en salud pública de la Universidad de Harvard que ahora es el director científico de eMed, una empresa que vende pruebas que se realizan en casa. “Va subiendo y eso tarda un tiempo”.

¿Qué debemos hacer si damos positivo por el virus?

Es necesario aislarse en casa por lo menos cinco días y mantener cierta distancia de quienes viven en el mismo espacio. Esta recomendación no ha cambiado.

Según las directrices, si no presentamos ningún síntoma en el tiempo que hemos estado aislados —o si los síntomas van mejorando y no hemos tenido fiebre durante por lo menos un día— podemos dejar el aislamiento después del quinto día.

Los CDC antes recomendaban que las personas con COVID-19 usaran cubrebocas durante diez días completos. Según las nuevas directrices, pueden quitarse el cubrebocas más pronto si dan negativo en dos pruebas rápidas de antígenos, realizadas, al menos, con 48 horas de diferencia. Las demás deben seguir usando cubrebocas durante diez días.

Las personas con una enfermedad que va de moderada a grave, o cuyo sistema inmunitario está afectado, deben aislarse al menos durante diez días, explicó la agencia.

Según las nuevas directrices, si los síntomas regresan después de estar aislados, la gente tiene que volver a empezar su periodo de aislamiento.

¿Qué implicaciones tiene esto para las escuelas y las oficinas?

En teoría, las nuevas directrices podrían librar a las escuelas y a las empresas de algunas medidas restrictivas que han sido difíciles de implementar, como establecer e implementar una serie de reglas diferentes para las personas vacunadas y las no vacunadas. Sobre todo en las escuelas, las cuarentenas han sido perjudiciales y polarizadoras.

Según las nuevas directrices, los niños que han estado en contacto directo con algún enfermo de COVID-19 no tienen que quedarse en casa y no es necesario que las escuelas realicen pruebas frecuentes para que estos niños puedan permanecer dentro del aula, una estrategia que se conoce como “hacerse la prueba para poder quedarse”. De acuerdo con los CDC, en la mayoría de los escenarios ya no son necesarios ni el seguimiento de contactos ni las pruebas de vigilancia de rutina para las personas asintomáticas.

En realidad, es posible que las nuevas directrices no cambien gran cosa en muchas escuelas, las cuales habían estado descartando cada vez más de estas medidas. En mayo, por ejemplo, Massachusetts dejó de exigir que los niños asintomáticos estuvieran en cuarentena.

Sin embargo, algunos distritos y funcionarios sí toman como referencia las pautas federales, lo cual podría dar lugar a que algunas poblaciones flexibilicen sus normas para el siguiente año escolar.

c.2022 The New York Times Company