Director de la Policía de Colombia bajo la lupa por escándalo de acoso sexual
Por Jenny Rozo Herrera
Los últimos meses del 2015 fueron para el director de la Policía colombiana, el general Rodolfo Palomino, una especie de cábala sobre lo que deberá enfrentar este año. Una bola de nieve lo envuelve en una serie de denuncias y acusaciones relacionadas con un supuesto acoso laboral y sexual hacia un subalterno, incremento injustificado de su patrimonio y seguimiento a periodistas.
General Rodolfo Palomino, director de la Policía de Colombia. (Foto: Cortesía Policía Nacional)
Aunque el general había tenido unos días de gracia, a inicios de este año su nombre se ha vuelto a barajar durante los últimos días a raíz de otra denuncia que ha acaparado la atención en Colombia, el escándalo del defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, señalado por su exsecretaria privada, la abogada Astrid Helena Cristancho, de presunto acoso laboral y sexual.
Este caso ha motivado a que la opinión pública se pregunte qué ha pasado con el general Palomino.
Precisamente, el procurador, Alejandro Ordoñez, manifestó el jueves 28 de enero que la investigación formal que se lleva a cabo contra el director de la Policía va adelantada, ya que se han “recaudado varios testimonios y pruebas” y que se pronunciará en “cualquier momento, cuando tenga los elementos probatorios que permitan tomar las decisiones”.
Al paso de este ambiente, el Ministerio de Defensa Nacional decidió dos días después, el sábado, reformar la cúpula de la institución pero dejando como titular a Rodolfo Palomino. Los relevos se dieron en la Subdirección General, la Dirección de Seguridad Ciudadana, la Región 4 y 6, que comprenden diferentes departamentos del país; la Dirección Antinarcóticos, la Dirección de Carabineros y Seguridad Rural, un comando especial contra la minería ilegal y la Dirección de Tránsito y Transporte.
Para Palomino todo comenzó a complicarse en octubre pasado, cuando el teniente coronel Reinaldo Gómez, comandante de la policía del municipio de La Mesa, ubicado a unos 65 kilómetros de Bogotá, reveló a la emisora colombiana La F.M. una carta que le había escrito en mayo al general Palomino donde le solicitaba agilizar su desvinculación de la institución y le insinuaba que el retraso se debía a que no accedió, entre 1998 y 1999, a sus pretensiones sexuales.
“Hace unos años cuando yo era teniente y él (Palomino) era teniente coronel, y en un momento donde se realizaba un bautizo de carabineros allá en Corozal, él se me acercó a la remonta y me hizo saber sus intenciones de que yo le gustaba y que quería tener algo conmigo, y le dije diplomáticamente que a mi no me gustaban los hombres sino las mujeres”, contó el coronel.
Reinaldo Gómez, teniente coronel de la Policía Nacional de Colombia. (Foto: Tomada de la cuenta de Twitter de la periodista Vicky Dávila, directora de la emisora La F.M.)
Gómez también divulgó la grabación de una reunión que sostuvo con los coroneles Ciro Carvajal, secretario general de la Policía; y Flavio Meza, comandante de la policía en Cundinamarca; y el mayor John Quintero, asesor jurídico, altos mandos de la policía y muy cercanos a Palomino, donde querían hacerlo desistir de su acusación, poniendo en tela de juicio la transparencia de la institución.
La respuesta del director de la Policía no se hizo esperar. En una rueda de prensa afirmó que “la infamia es el arma más perversa que utilizan aquellos canallas por querer enlodar y hacer daño a la vida y el honor de quienes, como su servidor, hemos jurado trabajar y servir a Colombia”.
A continuación, pidió personalmente a la Procuraduría investigar los hechos. Ante la denuncia de Gómez, el ente abrió una investigación disciplinaria preliminar contra el general Rodolfo Palomino, por el caso de acoso sexual. Palomino también instauró una demanda penal por injuria y calumnia contra Reinaldo Gómez en la Fiscalía General de la Nación.
Las otras denuncias que lo enlodan
Pero a partir de aquí la polémica se agudizó y el alto mando tuvo que enfrentar un segundo obstáculo. Esta vez, recibió cuestionamientos por parte del periodista colombiano Daniel Coronell, quien en una columna en la revista Semana, indicó que la emisora La F.M. iba a dar a conocer que había “hecho millonarias operaciones de finca raíz”.
Uno de los documentos que el periodista Daniel Coronell presentó como prueba en su columna en la revista Semana.
En un contrapunteo, el director de la Policía respondió en un comunicado que durante su “vida institucional y exclusivamente con recursos propios, producto de 36 años de trabajo honesto y dedicado de servicio a la patria”, ha adquirido junto con su esposa, “algunos bienes que hacen parte del patrimonio familiar y están soportados legalmente” en su declaración de renta, la cual estaría dispuesto a “hacer pública, de ser necesario”.
Posteriormente, la bola de nieve continuó su camino hasta verse Palomino involucrado como el presunto responsable de interceptaciones ilegales a la periodista Vicky Dávila, directora de La F.M., como consecuencia de haber denunciado las irregularidades dentro de la Policía. Investigación que lidera la Fiscalía, quien hizo la revelación.
Vicky Dávila, periodista colombiana directora de la emisora La F.M. (Foto: Tomada de Twitter)
Como si fuera poco, la Policía de Tránsito de Cundinamarca también fue protagonista de su propio escándalo. En unos audios, revelados el pasado 12 de enero, se escucha al comandante de Tránsito de Cundinamarca, el teniente coronel Otaín Rodríguez, asegurar que esta labor es un “negocio” y que “ir a trabajar como policía de Tránsito en carreteras, cuando se está escaso de dinero, es la mejor opción porque “la money llega pulpita”.
Como consecuencia, Rodríguez fue apartado del cargo mientras avanza el proceso disciplinario abierto por parte de la “Inspección General con el ánimo de determinar las responsabilidades individuales de los implicados en las mismas”, informó la Policía.
El asunto podría quedar ahí de no ser porque en los audios se da a entender que las irregularidades vienen desde la dirección, es decir, desde el general Palomino.
Pero la integridad de la Policía colombiana se ve aún más afectada cuando es su mismo pie de fuerza el que denuncia corrupción dentro de la institución. Es muy sonado el caso de unos videos difundidos en noviembre de 2015 en las redes sociales por el patrullero Rubén Darío Rozo, quien denunció sobre desigualdad laboral.
Por este hecho, Rozo Giraldo está suspendido de la Institución y se le inició una investigación tanto penal como disciplinaria.
‘La Comunidad del Anillo’
Otro antecedente que genera más dudas sobre la Policía es la llamada “Comunidad del Anillo”, asociada con una supuesta red de prostitución homosexual dentro de la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander, en Bogotá, que droga o alcoholiza hombres y mujeres para luego grabarlos teniendo relaciones sexuales, y posteriormente manipularlos, denunciada en varios informes por la emisora La F.M..
Precisamente, en enero de 2006 fue hallada muerta la alférez Lina María Zapata, suceso del que se dijo fue un suicidio pero que aún no se descarta que haya sido asesinada por ser una de las que descubrió dicha red.
Con todo esto, las reacciones en el país son diversas. Hay quienes valoran la gestión del general Palomino como una de las mejores en la institución durante los últimos años.
Por su parte, el mandatario colombiano nombró en diciembre una Comisión Especial para que “investigue a fondo lo que está sucediendo en la institución y, en un plazo máximo de 90 días, presente un informe detallado con sus hallazgos y recomendaciones”.
En el lado contrario, hay quienes consideran que con el primer asomo de duda de su reputación, el presidente debió destituirlo de su cargo. Un ejemplo ha sido la senadora por la Alianza Verde, Claudia López, quien en su cuenta de Twitter manifestó: “por lo mismo que renunció Otálora debe renunciar Palomino. Se mantiene por encubrimiento y tolerancia del Presidente”. Y añadió: “Tan valiente el Procurador suspendió a Otálora. Y la del Gral Palomino por prostitución, abuso sexual y laboral en la Policía para cuando?”
Ante tantas noticias relacionadas con la corrupción y la desigualdad al interno de la institución, la sensación que queda es que el aumento de todas estas situaciones se debe al descontento de los uniformados por sus condiciones laborales máxime cuando la institución policial debería ser ejemplo de justicia, transparencia y legalidad.