Diputados de México aprueban polémico impuesto a sodas y comida "chatarra"

Una reforma fiscal que incluye gravámenes para las bebidas azucaradas y los alimentos altamente calóricos fue aprobada en México el viernes por la Cámara de Diputados, una polémica iniciativa en uno de los países con mayores índices de obesidad, que ahora pasó al Senado. Tras 17 horas de discusión, "el pleno de la Cámara de Diputados aprobó en la madrugada del viernes, en lo general y en lo particular, el dictamen que reforma las leyes" en materia fiscal y lo remitió al Senado, que tiene hasta el 31 de octubre para ratificarlo, explicó la cámara baja en un comunicado. El proyecto, enviado el 8 de septiembre por el presidente Enrique Peña Nieto, recibió 317 votos a favor, especialmente del oficialista PRI (Partido Revolucionario Institucional) y del opositor PRD (Partido de la Revolución Democrática, izquierda) y 164 en contra, principalmente del PAN (Partido Acción Nacional, conservador). Desde entonces diversos sectores han protestado contra la iniciativa de reforma. Esta semana la poderosa Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) anunció la conformación de un "frente común" integrado por sus empresas afiliadas, motivado por eventuales impuestos que les afectarían directamente, como el del gravamen del 10% en las ganancias por la compra de acciones en la Bolsa Mexicana de Valores. "No todas las acciones que requiere un país van a ser aclamadas", dijo al respecto este viernes en entrevista con Radio Fórmula, Luis Videgaray, secretario de Hacienda. "México es y seguirá siendo un país de baja carga tributaria (...) tendremos impuestos particularmente para las utilidades de las empresas (que seguirán siendo) más bajos que en Canadá, Estados Unidos, Brasil o incluso con Chile", añadió el ministro. Acérrima polémica Los diputados acordaron gravar "con un peso (USD 0,07) por litro a las bebidas sabor izadas con azúcares añadidas", como lo propuso el Ejecutivo, pero añadieron una imposición de "5% a alimentos no básicos con alto contenido calórico", como productos de confitería, chocolates, cremas de maní y avellanas, dulces de leche, así como alimentos preparados a base de cereales. La iniciativa, que ahora debe examinar el Senado, despertó fuertes protestas por parte de asociaciones de productores de refrescos, azucareras y restaurantes, que el viernes publicaron en la prensa extensa misiva donde alegan una amenaza para la economía. "La obesidad no se combate con impuestos (...) que afectarán principalmente a los más pobres (...) y ponen en riesgo el empleo y las inversiones", dice uno de los mensaje publicados en el diario Reforma. Los defensores de la normativa, que también exponen su posición en anuncios de prensa, abogan incluso por un impuesto de dos pesos a los refrescos para reducir los niveles de sobrepeso y obesidad que afectan a más del 70% de los 118 millones de mexicanos, según cifras oficiales. Impuesto a comida para perro y chicles Por otro lado, los diputados también homologaron el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en las zonas fronterizas del 11% al 16%, un gravamen que se aplicará en alimentos para perros, gatos y pequeñas mascotas, así como en la goma de mascar. Empresarios y consumidores han protestados por varios de los puntos de la reforma. Esta iniciativa fiscal forma parte del paquete de reformas económicas impulsado por Peña Nieto, que busca revertir la deficiente recaudación tributaria y la marcada desigualdad social en el país a través de otros gravámenes. Sin embargo, Videgaray había asegurado el jueves que los cambios que ha sufrido la iniciativa en el Congreso restarían más de 4.000 millones de dólares a la recaudación, del total de 80.000 millones de dólares que proponía el Ejecutivo. Actualmente, los ingresos tributarios mexicanos equivalen al 13,7% del PIB, mientras que en el resto de América Latina el promedio es de 18,4%. Miles de empleados de McDonald's y otras cadenas de comida rápida participaron en una nueva huelga este jueves en Estados Unidos para reclamar mejores salarios y condiciones de trabajo. Peña Nieto durante un encuentro del G20, el 6 de septiembre de 2013 en San Petersburgo.