El dinero no es la única motivación. Espías y secretos del régimen cubano en la TV de Miami

Un agente de la inteligencia cubana que intercambia información secreta en Nueva York con su agente de Miami parece una propuesta de un guion de cine para Hollywood. Pero como siempre, la realidad supera a la ficción. Esa reunión en Nueva York fue el punto de partida de una noticia que estremeció a la televisión de Miami hace 32 años, que se catapultó a todos los medios del país y que culminó con la expulsión de un diplomático-espía cubano.

Hoy se rescata en un especial sobre espías del gobierno cubano en Estados Unidos, La isla de los espías, que está presentando esta semana América TeVe, en el programa A Fondo, que conduce Juan Manuel Cao, de lunes a viernes a las 8 p.m.

Todo empezó con la propuesta de un director de noticias de Telemundo a Cao, entonces reportero del canal 51. Debía almorzar con un individuo que aseguraba conocer a un espía, cuenta Cao en su libro de crónicas El Impertinente. El hombre resultó ser Francisco Ávila Azcuy, un doble agente de Cuba y del FBI, un campesino que fue apresado y encarcelado en la isla por participar en una expedición anticastrista de Alpha 66.

Ávila Azcuy, “Panchito”, como dijo que lo llamaban, fue captado por la inteligencia cubana en la prisión. A su liberación y regreso a Miami, Panchito comenzó a informar para el FBI. Y así se convirtió en doble agente, indica Cao en su libro, que suma el dato pintoresco de que se convenció de que Panchito era un agente verdadero, y no un charlatán, porque llevaba unas botas típicas de los agentes cubanos, confeccionadas imitando las que usaba Fidel Castro.

En octubre de 1992, el encuentro de Panchito en un restaurante chino en Nueva York con el agente Carlos Manuel Collazo Usallán, tercer secretario de la Misión Permanente de Cuba ante la ONU fue grabado por un equipo del canal 51, compuesto por Cao, el camarógrafo Jorge Lewis, la productora Leticia Herrera y el director de noticias Pablo Gato. Como resultado del reportaje, Collazo Usallán fue expulsado del país y la noticia del espía cubano recorrió Estados Unidos.

En La isla de los espías Cao presenta el testimonio excepcional de quien en aquel entonces fuera el embajador cubano en Naciones Unidas, hoy exiliado, quien cuenta ahora, por primera vez, cómo se vivió la expulsión de Collazo Usallán en Cuba.

Espías de Cuba descubiertos en EEUU

Desde entonces los espías cubanos desenmascarados por los servicios de inteligencia de Estados Unidos se han multiplicado: La red Avispa; Juan Pablo Roque; Ana Belén Montes –principal analista de inteligencia sobre Cuba en el Departamento de Defensa; Mariano Faget, alto funcionario del Servicio de Inmigración y Naturalización en el sur de la Florida; los esposos Carlos y Elsa Alvarez –él profesor de psicología en una universidad en Miami, y ella trabajadora social; el matrimonio de Walter y Gwendolyn Myers – él analista de inteligencia sobre Europa, y Víctor Manuel Rocha, embajador de Estados Unidos en Bolivia y en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, y vicesecretario principal de la Sección de Intereses de EEUU en La Habana, de 1995 a 1997.

Miguel Cossío, gerente general de América TeVe, explicó los aspectos en común de tan diversos espías, que se trazan como resultado de la investigación para La isla de los espías.

“Además de servir a la más larga y cruel dictadura en el hemisferio occidental, todos tienen en común el desprecio hacia lo que representa este país, empezando por el concepto de la libertad”, dijo.

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Aunque muchos de estos espías han ocupado altas posiciones en departamentos gubernamentales clave para la seguridad nacional de Estados Unidos, también han penetrado las universidades.

“En el primer caso, para recolectar información útil, y, en el segundo, para influir a través de la educación en los estudiantes. Esta es una labor de zapa, sembrar ideas, reclutar futuros espías”, dijo Cossío.

Gobierno cubano emplea chantaje para captar espías

El dinero es una motivación tradicional para cualquier espía, pero también hay otra, un profundo sentimiento antiamericano, como señaló Peter Lapp, el agente retirado del FBI que dirigió la operación encubierta para ingresar al apartamento de Ana Belén Montes y copiar el contenido de su computadora.

“Ella odia a nuestro país”, dijo Lapp al Herald, sobre Montes, reclutada para espiar para Cuba en 1984 mientras trabajaba en el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Durante sus años de espionaje para el gobierno cubano, Montes reveló la identidad de al menos cuatro agentes de inteligencia estadounidenses, y se cree fue responsable de la muerte de un boina verde en El Salvador en 1987.

Otro recurso para obligar a alguien a espiar es el chantaje, que generalmente surge como resultado de la vigilancia a quienes quieren captar. Puede incluir las relaciones y los intereses sexuales –el caso de los Romeos de la Stasi para chantajear a secretarias y funcionarias de Alemania Oriental; el consumo de drogas, actos de corrupción, y mantener como rehenes a familiares.

“El ser humano como rehén de un aparato de espionaje enemigo”, dijo Cossío. “Los servicios rusos de espionaje son ampliamente conocidos por utilizar el chantaje, y Cuba no es una excepción. El chantaje puede abarcar el ámbito familiar y hasta las preferencias y gustos personales”.

La serie de América TeVe, que concluye este 21 de junio, incluye documentos clandestinos que muestran técnicas utilizadas por el gobierno cubano, deja al descubierto que el régimen ha organizado autoataques con fines propagandísticos. También presenta el testimonio de un exoficial de la inteligencia que estudió en dos academias de la KGB en Moscú y muestra la estructura del Ministerio del Interior (MININT) e información detallada sobre la Dirección de Inteligencia y actos ilegales, como los asesinatos políticos.