La gran diferencia entre la campaña de 2020 y la de 2024 en EE.UU.: Biden es cada vez más impopular
NUEVA YORK.- Mejor decirlo de una buena vez: deberíamos esperar que Joe Biden ganara esta elección. Al fin y al cabo, es un presidente en funciones que compite por su reelección con una economía razonablemente sólida y contra un contrincante impopular acusado de múltiples delitos federales.
Y, sin embargo, Biden no va ganando, al menos por ahora. Las encuestas lo muestran a la zaga en estados que aportan por encima de 270 votos en el colegio electoral, y en la flamante encuesta de The New York Times y el Siena College, el expresidente Donald Trump lo aventaja por cinco puntos entre los votantes registrados a nivel nacional, con 48% de intención de voto frente al 43% de Biden.
Es la diferencia más grande que haya logrado Trump en las encuestas nacionales que vienen realizando The New York Times y el Siena College. Más aún: es la mayor diferencia que ha obtenido a nivel nacional incluso desde que compitió por primera vez por la presidencia, en 2015.
¿Por qué va perdiendo Biden? Las posibles razones son muchas: su edad, la guerra en la Franja de Gaza, la cuestión fronteriza y la persistente preocupación por la inflación. Pero, en definitiva, todo se resume en una cuestión bastante simple: Biden es muy impopular. De hecho, es tan impopular que ahora es incluso menos popular que Trump, que sigue siendo tan impopular como lo era hace cuatro años.
La impopularidad de Biden trastocó la dinámica esperable de esta elección: convirtió la que parecía una revancha de final predecible en una carrera que no guarda similitud alguna con las elecciones de 2020, cuando Biden era un candidato atractivo y aceptable para el grupo ideológicamente diverso de votantes que rechazaba a Trump.
Por el contrario, en 2024 muchos votantes enfrentan la agónica decisión de tener que elegir entre dos candidatos que no les gustan. Es exactamente lo que los demócratas intentaron evitar cuando nominaron a Biden en 2020, y es lo que los demócratas lograron mayormente evitar en las elecciones intermedias de 2018 y 2022, cuando nominaron candidatos aceptables o ya en funciones contra contrincantes de derecha. Y también es exactamente lo que hizo que Trump ganara en 2016.
En general, el 19% de los votantes registrados de la encuesta tiene una opinión desfavorable de ambos candidatos, un grupo al que a veces se hace referencia como “odiadores dobles”. En 2020, ese grupo de votantes dice haber respaldado a Biden por un margen de 3 a 1, pero ahora el actual presidente cuenta con el apoyo de menos de la mitad. Cada voto cuenta, pero estos votantes sin duda serán decisivos en las elecciones de noviembre.
En las últimas instancias de la campaña, esos “odiadores dobles” podrían regresar al bando de Biden. Hasta noviembre todavía quedan ocho meses, y son votantes a los que Trump no les gusta para nada. Si vuelven con Biden, en retrospectiva tal vez nos parezca que su regreso fue inevitable.
Pero desde el punto de vista actual, no hay manera de saber lo que pasará. Lo que sí sabemos es que para esos votantes elegir es mucho más difícil que hace cuatro años, cuando su respuesta era que Biden les gustaba. Hoy no lo dicen. Así que están dadas todas las condiciones para que sea una competencia volátil, que podría hacer cambiar la preferencia de esos votantes.
Factores claves
Algunos otros elementos a tener en cuenta son los siguientes.
En nuestra última encuesta anterior, en diciembre, Biden lideraba por 2 puntos en el grupo de los que probablemente irían a votar, aunque estaba 2 puntos abajo en el conjunto más amplio de votantes registrados. Pero en la nueva encuesta, entre quienes probablemente vayan a votar a Trump saca una ventaja de 4 puntos. Pero el déficit de Biden es todavía peor entre los votantes registrados, donde está 5 puntos abajo. Biden sigue siendo inusualmente fuerte en el grupo de los que “muy probablemente” irían a votar, pero esa diferencia ya no alcanza para ponerlo a la delantera.
La fuerza de Biden sigue relativamente concentrada entre los votantes que asisten más regularmente a las urnas: entre los que votaron en una elección de mitad de mandato o en una interna partidaria, Biden tiene una ventaja de 46-45. Y está solo 2 puntos abajo entre quienes “es casi seguro que votarán”. Pero a las elecciones generales acudirán muchos otros votantes, y al menos en esta encuesta en particular, son suficientes para darle a Trump una modesta ventaja.
La encuesta también reveló que en las primarias republicanas Trump aventaja a Nikki Haley por 77-20. Por supuesto que para Trump es un muy buen número, pero en realidad el resultado de Haley es el mejor que haya sacado en un mes. Y según nuestra encuesta, la actual fortaleza de Haley responde a una simple razón: los votantes de Biden, que ahora representan el 15% de los que dicen que probablemente votarán en las primarias republicanas. De hecho, casi la mitad de los partidarios de Haley (48-31) dicen que en las últimas elecciones votaron por Biden, y no por Trump.
El apoyo a Biden entre los votantes no blancos sigue cayendo. Su ventaja en ese grupo era de apenas 49-39, a pesar de que los encuestados no blancos que votaron en las elecciones de 2020 dicen haber votado por Biden en una relación de 69-21.
A pesar de las buenas noticias que dio la economía en los últimos meses, el 51% de los votantes sigue diciendo que la economía está “regular”. Paradójicamente, eso tal vez termine beneficiando a Biden: con el correr del año y a medida que la mejora de la economía se empiece a sentir entre los votantes, quizá los números de Biden también mejoren.
Aunque las primarias ya están en instancias decisivas, los demócratas todavía están divididos sobre la nominación de Biden: el 46% dice que debe ser el candidato, y el 45% dice que no. La encuesta no preguntaba si Biden tendría que abandonar la carrera. A la hora de diseñar la encuesta lo consideramos –de hecho, lo discutimos durante días–, pero finalmente nos pareció que los encuestados no están al tanto de las complicaciones que eso implica para la interna demócrata.
Nate Cohn
Traducción de Jaime Arrambide